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Más de un millón de personas se manifestaron en Santiago de Chile el viernes 25 de octubre en lo que se vino a llamar "La marcha más grande de Chile", y ciertamente lo fue, superando el cierre de campaña del NO en 1988 que congregó a un millón de personas. La movilización del viernes 25 de octubre, se repitió en ciudades y comunas de todo el país y se produce a una semana del estado de emergencia, la militarización de las calles y el toque de queda impuesto por el gobierno de Piñera. Un total de más de dos millones marcharon contra el régimen.

Al momento de escribir estas líneas, el cómputo oficial del voto alcanza el 83% del electorado y la ventaja de Evo sobre Mesa es inferior a los cinco puntos. Faltan al conteo aproximadamente un millón de votos, de pocas grandes ciudades como El Alto y de áreas rurales. Aun sin saber si habrá o no la segunda vuelta prácticamente anunciada la noche del domingo por el propio Órgano Electoral (OEP) hay algunos elementos que ya son claros. El MAS es el primer partido de Bolivia, pero Evo ha obtenido su peor resultado en 14 años, peor incluso que en el referéndum constitucional del 21F de 2016. 

Lo que empezó como una protesta contra el paquetazo del FMI impuesto por el presidente Lenin Moreno se ha convertido en una insurrección nacional que plantea la cuestión de quién gobierna el país. La enorme movilización de masas ha obligado al gobierno a huir de la capital Quito, a cerrar la asamblea nacional y ha empezado a resquebrajar las fuerzas armadas. Para avanzar, el movimiento debe plantearse la cuestión del poder.

¡Abajo el estado de emergencia!¡ Fuera Piñera! - El gobierno de los empresarios en Chile ha declarado la guerra a los pobres. Han decretado estado de emergencia y toque de queda en las principales ciudades. Una medida que no se veía desde 1987 en dictadura. Ya se confirman once muertos. El inmenso levantamiento popular ha puesto gravemente en jaque al gobierno que actúa desesperado. Se vive una movilización histórica no vista desde las protestas que tumbaron al dictador Pinochet.

El movimiento en Ecuador contra el paquetazo de Lenín Moreno y el FMI que se inició el 2 de octubre ha alcanzado proporciones insurreccionales. El estado de excepción declarado el viernes y la utilización de la policía y el ejército (1 muerto, decenas de heridos, cientos de detenidos) no ha parado el movimiento de obreros, jóvenes y campesinos. En algunas provincias se han asaltado las gobernaciones y la poderosa organización indígena CONAIE ha declarado su propio estado de excepción. Ayer, lunes 7 de octubre, ante la llegada de las columnas indígenas a la capital Quito, Lenín Moreno se vió obligado a evacuar el palacio presidencial y trasladar el gobierno a Guayaquil. Obreros y campesinos se preparan para la huelga general del miércoles 9 de octubre. El gobierno pende de un hilo.

El 14 de Octubre el gobierno ecuatoriano de Lenín Moreno derogaba el decreto 883. Después de 12 días de lucha y movilizaciones que habían alcanzado proporciones insurreccionales, Moreno se veía obligado a hacer una concesión importante ante el peligro de ser derrocado de manera revolucionaria. El levantamiento de obreros, campesinos y estudiantes había conseguido una primera victoria, todavía parcial, a costa de 8 muertos, 1340 heridos y 1192 detenidos.

El anuncio por parte del gobierno de Lenín Moreno de un paquete de contrarreformas económicas por valor de US $ 2.200 millones el 1 de octubre ha dado lugar a manifestaciones y huelgas masivas. El gobierno, que teme perder el control de la situación, respondió con brutal represión policial y ayer, 3 de octubre, declaró el estado de emergencia durante 60 días.