El coste de la energía se ha disparado. A los representantes de la clase dominante europea les preocupa mucho que esto pueda conducir a la desindustrialización, al desempleo y a una respuesta contundente de la clase trabajadora. Se habla de un nuevo invierno del descontento.

Finalmente, tras 4 días de negociaciones intensas los 27 países de la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo sobre el llamado Fondo de Recuperación, cuantificado en 750.000 millones de euros. El gobierno español dice que el acuerdo es muy ventajoso para el país, y la derecha en general también se ha mostrado satisfecha. Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos es: un acuerdo ventajoso, ¿para qué clase?

La crisis del coronavirus ha echado por tierra el aclamado “boom” portugués, basado principalmente en la ahora paralizada industria turística, y ha expuesto la fragilidad de esta atrasada economía europea. Los trabajadores portugueses deben seguir el ejemplo de sus hermanos y hermanas en Italia y España, los cuales se han enfrontado a los intentos de la patronal de hacerles escoger entre salud y paga con huelgas y lucha de clases.

Tras varias semanas de tira y afloja, se alcanzó un acuerdo precario sobre las ayudas a los países miembros de la UE que necesiten financiación extra para hacer frente a la crisis económica detonada por la epidemia de coronavirus. Los Estados dispondrán de hasta 540.000 millones de euros ¿Bajo qué condiciones? ¿Qué tiene que ver esto con  el Plan Marshall para Europa que exige Pedro Sánchez? ¿Es éste viable?

Poco más de 25 años después de su fundación, la Unión Europea parece que podría desmoronarse bajo el peso de sus propias contradicciones. En todos los países donde se mire, los partidos principales se ven sometidos a una enorme presión debido al aumento de la lucha de clases como resultado de 10 años de crisis. El resultado es que, un país tras otro, la clase dominante ya no puede gobernar a la antigua usanza

Con el desplazamiento del epicentro de la pandemia de coronavirus a Europa, la región se enfrenta ahora a su crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Todos los pilares de la llamada integración europea se están derrumbando bajo una enorme presión.

Los resultados de las elecciones locales de la semana pasada [7 de mayo, NdT] tienen lecciones importantes para el Partido Laborista. No resultó ser la crisis que algunos estaban prediciendo, y todavía están sugiriendo, pero fue sin embargo un mal resultado. Los Conservadores ganaron más de 550 concejales, mientras que el Laborismo perdió más de 330. UKIP (derecha xenófoba) perdió todas menos una de las 140 concejalías que defendía.