Análisis Político
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Tras el escándalo por los 100 millones de dólares recibidos de Arabia Saudí en 2008, el exasesor del rey, Arturo Fasana, declaró ante la fiscalía suiza, haber entregado al banco Mirabaud, el 7 de abril de 2010, un maletín de dinero con 1,7 millones de euros que Juan Carlos de Borbón le había encargado ingresar en su cuenta. El dinero procedía de una donación de la Casa Real de Bahréin.

El asesor que Juan Carlos de Borbón eligió para estas operaciones era el mismo que asesoró a Francisco Correa en la trama Gürtel. Según el banco suizo, Fasana era una persona de confianza para la entidad suiza. Al ser preguntado por el fiscal suizo de dónde procedía el dinero, Fasana respondió “porque Juan Carlos era una persona apreciada en los países del Golfo Pérsico”. Y es que Bahréin no es el único país cuya casa real ha hecho este tipo de donaciones al exjefe del Estado. Hace apenas dos meses se publicó la noticia de otra donación de 100 millones de euros de Arabia Saudí. Es bochornoso saber que nuestro jefe del Estado ha ido a casa de su gestor para llevarle una maleta llena de dinero para que éste se la ingrese en un banco suizo (El País: https://cutt.ly/OymeSwi). Es más propio de una película de Martin Scorsese que de un país supuestamente democrático.

En el año 2014, en un arrebato de soberbia, Jordi Pujol dijo en el Parlament “si tocan una rama del árbol, caerán todas”. Este tipo de prácticas eran un secreto a voces. Según el periodista Ignacio Escolar, la burguesía española ya hace tiempo que sabía de estas prácticas por parte del jefe del Estado, como mostró Francisco Correa en una de sus declaraciones en la mencionada trama Gürtel. Es cada vez más evidente el vínculo existente entre toda la clase dominante, de tal manera que la investigación de un caso puede llevar a descubrir otras tramas protagonizadas por otros sectores de la burguesía. La monarquía había quedado aparentemente al margen de todo durante un tiempo y hasta dirigentes de la izquierda, como Pablo Iglesias, llegaron a teorizar que había sido la institución más hábil para escurrir el bulto mediante su renovación. Hoy vemos con claridad que no fue así ni mucho menos. La monarquía española atraviesa el peor momento desde la Transición. Si se sostiene es sólo porque PSOE y Unidas Podemos (UP) no le dan el golpe final.

A raíz de esta última noticia, otros grupos de la izquierda han vuelto a dar un paso al frente contra la monarquía. La CUP registró una nueva petición para una comisión de investigación en el Congreso. ERC ha señalado el camino al Gobierno instándole a investigar el asunto desde la fiscalía española, en lugar de dejarlo en manos únicamente de la fiscalía Suiza. Pero Pedro Sánchez continúa cerrando filas tras Felipe VI. En estos días, textualmente ha respondido a preguntas sobre la aparición de la nueva donación a Juan Carlos I, que “el rey Felipe VI ya ha marcado las líneas de conducta” y repite el mantra de que la monarquía se ha renovado en la figura de Felipe VI. Unidas Podemos, por su parte, ha hecho tímidos ataques a la monarquía que inmediatamente han sido reprochados por sus socios de coalición. Una vez más, las tensiones en el Gobierno y la impotencia de UP señalan que tarde o temprano debería haber una ruptura del mismo si UP no quiere quedar completamente desacreditado ante las masas. Un hecho destacable es que el pasado 14 de abril, Omar Anguita, líder estatal de las juventudes del PSOE, defendió públicamente el giro hacia una nueva república. Como tantas veces en la historia, es la juventud del partido el sector que da los primeros pasos hacia la izquierda. Si el Gobierno quisiese, podría acabar con la inviolabilidad de Juan Carlos de Borbón que, recordemos, ya no es rey. Si el Gobierno quisiese, podría, por ejemplo, volver a preguntar en el CIS qué opinan los españoles de la monarquía; y podría impulsar el movimiento republicano para lograr un verdadero cambio social en el Estado español.

Recientemente, el diario Público ha dado a conocer una encuesta llevada a cabo por el gabinete demoscópico Sináptica sobre la opinión de los españoles acerca de la monarquía o la república. Los resultados de este estudio muestran que el 52% de los españoles votarían por la república en un referéndum y sólo un 30% defendería la monarquía. Cerca de un 20% permanece silencioso. La cifra es aún mayor cuando se pregunta si se está de acuerdo con la consulta. En torno al 60% considera que debería decidirse mediante un referéndum. El voto republicano se concentra lógicamente en los partidos de izquierdas, mientras que el monárquico se halla en la derecha. Es especialmente interesante ver que más de la mitad de los votantes del PSOE defienden un modelo republicano, quedando en evidencia la traición de sus dirigentes.

El movimiento republicano rebrotará con fuerza en nuestro país. No de un modo folclórico, sino vinculado a la lucha por el socialismo. No se trata de una mera cuestión formal, de elegir al jefe del Estado mediante el voto o de endurecer las investigaciones o las penas contra la corrupción. La clase obrera española necesita ir más allá, necesita una república socialista en la que tomemos las palancas de la economía mediante control obrero. Sólo así podremos preservar nuestras necesidades frente a los privilegios de la burguesía en la crisis económica que acaba de estallar. Si estás de acuerdo con estas ideas, ¡únete a nosotros en la lucha por el socialismo!

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