Religion
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La Iglesia hace caja sin control: 122 millones de euros en alquileres e inversiones que esquivan el pago de impuestos. La propia Conferencia Episcopal Española (CEE) ha reconocido un superávit presupuestario y aportaciones a su propia cadena de televisión, 13TV, con el dinero recogido por la casilla de la declaración de la renta (IRPF), lo cual es ilegal.

Desde los años 30 del siglo pasado, pasando por la Revolución española, el régimen franquista, y tras la denominada democrática y modélica Transición con un monarca impuesto con calzador, la situación de la Iglesia en el Estado Español ha sido de total libre acceso a sus propios medios de comunicación, universidades católicas, profesores de religión pagados por el Estado, inversiones en bancos, alquileres, garajes, rentas de campos de labranza, patrimonio histórico y monumentos nacionales, etc. todo ello pasa directamente a las arcas de ingresos de la propia CEE. Un sinfín de actividades lucrativas que van más allá de las típicas parroquias barriales, donde la gente que es creyente va a rendir culto a su propia religión, pero que sin embargo como sucedía en los años 30 no ha cambiado ni un ápice en la separación Iglesia-Estado. La Iglesia en el Estado Español continúa siendo un ejército de sotanas mantenido con dinero público.

Según la CEE, en el ejercicio del año 2019, han tenido unos “ingresos del patrimonio y de actividades económicas” de más de 122 millones de euros, que con relación a su antigua memoria de actividades económicas de 2018, esta cifra supone 13% de su presupuesto, cifrado en 924 millones de euros. Una cantidad que esquiva impuestos y escapa al control del Estado, que reconoce que no sabe ni siquiera a qué dedica la Iglesia Católica el dinero que recibe por la casilla de la declaración de la renta.

El IBI fantasma

Según el portal de transferencia de la CEE, el pago de IBI está regulado en la Ley de Mecenazgo (ley 49/2002), que considera que muchas instituciones, asociaciones, fundaciones, etc., por la labor que desarrolla, son beneficiosas para la sociedad y, por tanto, el Estado las incentiva para que puedan seguir realizando su labor; o sea, que la Iglesia Católica no es la única que no paga IBI, sino tampoco lo pagan las federaciones deportivas, las sedes de los partidos políticos, las comunidades hebreas y musulmanas, la SGAE, etc., explica así el Episcopado.

Y como hemos mencionado anteriormente la Iglesia tiene algo más que templos y conventos, también tiene pisos, garajes, y edificios enteros que destina a los alquileres.

De hecho, el borrador pone en cuestión el uso que la Conferencia Episcopal hace del dinero recibido a través del IRPF, en especial del superávit de cerca de 20 millones en los últimos ejercicios, y que dedicó mayoritariamente, según confiesa la propia CEE, a aportaciones a su propio medio de comunicación, la 13TV, que tiene en propiedad, lo cual según la ley sería ilegal, dedicar dinero de donaciones a financiar medios de comunicación propios. Lo cierto es que la Iglesia no detalla en qué se gasta el 76% de la asignación del IRPF.

La existencia de superávit no está previsto en los acuerdos Iglesia-Estado, que especialmente hablan del adecuado sostenimiento económico de la Iglesia, es decir, que el dinero de la Renta está pensando para sostener la actividad de la iglesia, no para alimentar sus negocios.

¿Qué incluyen los ingresos por patrimonio?

Sólo mirando los datos de alquileres cobrados por la CEE citamos algunos datos. Sorprende que en dos diócesis pequeñas, como Tenerife (con un millón de euros) o Ávila (780.000 €), casi tripliquen a Madrid y se coloquen al nivel de Valencia. Con datos del años 2016, también con la aportación de la casilla del IRPF para la Iglesia, se ve que parte de los 251 millones recogidos ese año va a sueldos de curas y obispos, rehabilitar parroquias o pagar universidades privadas católicas.

Aunque el 81% de esos recursos, casi 200 millones de euros, se envían directamente a las diócesis para la realización de sus actividades pastorales, hay que ver lo que eso significa. Para empezar, durante años no se ha explicado de dónde salía este superávit de la Iglesia. Lo que significa exactamente “actividades pastorales” no es más ni menos que el Estado, a día de hoy, continúa financiando el sueldo del clero y de su jerarquía.

Un cura en España recibe un salario aproximadamente de 1250 € al mes, en datos de 2016, pero a eso habría que añadirle pluses de “servicios pastorales” como bodas, comuniones, funerales, bautizos, etc. Mientras la desigualdad entre ricos y pobres es enorme, se continúan llevando a cabo desahucios, y cerca de 10 millones de personas acuden a los servicios de los bancos de alimentos, una verdadera vulneración de los derechos básicos de la población que atenta contra la disposición de que la gente pueda cubrir sus necesidades básicas y optar a un puesto de trabajo digno, la Iglesia recibía del Estado 11.000 millones de los presupuestos en 2015 (elplural.com, 6 de abril de 2015).

Los marxistas no estamos en contra de la libertad de culto religioso, pero quien quiera recibir servicios pastorales, construir templos, debe hacerlo en conjunto con sus feligreses. Es decir, quien quiera rezar que pague sus gastos.

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