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Lucha de Clases se congratula de presentar a sus lectores una edición propia de Obras Escogidas de León Trotski, el gran revolucionario ruso que dirigió, junto con Lenin, la Revolución de Octubre de 1917. Este volumen incluye una parte de sus obras más fundamentales, como son: La revolución traicionada, El programa de transición, En defensa del marxismo, y textos sobre la teoría de la revolución permanente.

Antes de presentar la edición y las obras que incluye, nos parece necesario decir algunas palabras sobre el autor.

Trotski: un revolucionario excepcional

Trotski es protagonista de una vida revolucionaria excepcional, que adquiere cada vez un mayor reconocimiento, pese a los intentos del estalinismo y de los enemigos del marxismo revolucionario de ennegrecer su memoria y legado, durante décadas.

Trotski comenzó a participar en el movimiento revolucionario con tan solo 17 años, y desde los 19 años lo hizo bajo las banderas del marxismo, hasta el final de sus días. Purgó por ello, años de prisión, destierro y exilio. Fugado de su presidio en Siberia, emigró en 1902 a Londres, donde trabajó más de un año con los principales dirigentes del marxismo ruso de aquel momento: Lenin, Plejánov y Mártov. Con solo 26 años, fue elegido presidente del soviet de San Petersburgo en la revolución rusa de 1905. Posteriormente, fue elegido presidente del soviet de Petrogrado en la revolución rusa de 1917, así como del Comité Militar Revolucionario que dirigió la toma del poder en Octubre. También fue el creador y organizador del Ejército Rojo que venció exitosamente en la guerra civil de 1918-1920 provocada por la intervención imperialista en la Unión Soviética. Dirigió la reorganización del transporte que quedó en estado de colapso tras 6 años de guerras. Escribió junto a Lenin y Bujarin los principales manifiestos, programas y resoluciones de la Internacional Comunista en vida de Lenin. En su Carta al Congreso, también llamada “Testamento político”, escrita año y medio antes de morir, y que el régimen estalinista de la URSS mantuvo oculta hasta la muerte de Stalin, Lenin caracterizó a Trotski con las siguientes palabras: “Sin duda, es el hombre más capaz del Comité Central” (Lenin, Carta al Congreso).

A la muerte de Lenin, Trotski dirigió la oposición de izquierda contra el proceso de burocratización y el curso derechista de la revolución impuestos por la camarilla agrupada alrededor de Stalin. Desterrado a Asia central en 1928, fue expulsado a Turquía en 1929. Tras un periplo de varios años deambulando por Europa, expulsado de un país tras otro, fue hospedado finalmente en 1937 por el México del presidente Lázaro Cárdenas, donde fue finalmente asesinado, a fines de agosto de 1940, por un sicario estalinista.

En la última década de su vida, Trotski jugó un papel decisivo en salvaguardar la bandera sin tacha del marxismo y del bolchevismo para las siguientes generaciones, resguardándola del fango y la degeneración a donde quiso conducirla el régimen estalinista de la URSS. No sólo preservó el legado revolucionario del bolchevismo sino que realizó una labor creadora para el arsenal del pensamiento marxista, analizando e interpretando los desarrollos sociales e históricos que le tocó vivir en aquellos años: la degeneración de la revolución rusa, el auge del fascismo, la crisis orgánica capitalista y la Gran Depresión, la experiencia de las revoluciones fracasadas en Alemania, China y España, el carácter de la Segunda Guerra Mundial, o la lucha de los pueblos coloniales por su liberación.

En su diario personal escrito en los últimos años de su vida, Trotski, refiriéndose a su labor de aquellos momentos, escribió:

«Y aún pienso que el trabajo en el que estoy comprometido ahora, a pesar de su naturaleza extremadamente insuficiente y fragmentaria, es el más importante de mi vida, más importante que 1917, más importante que el período de guerra civil o cualquier otro….

«Así que no puedo hablar de la ‘indispensabilidad’ de mi trabajo, incluso en el período de 1917 a 1921. Pero ahora mi trabajo es ‘indispensable’ en el pleno sentido de la palabra. No es arrogancia. El colapso de las dos Internacionales ha creado un problema que ninguno de los dirigentes de estas Internacionales está dispuesto a resolver. Las vicisitudes de mi destino personal me han situado ante este problema y armado con una experiencia importante para ocuparme de él. Ahora lo más importante para mí es llevar adelante la misión de armar a una nueva generación con el método revolucionario, por encima de los dirigentes de la Segunda y Tercera Internacional» (Diario del exilio)

Sobre la presente edición

Esta edición recoge textos fundamentales de Trotski que abarcan sus aportaciones más destacadas al arsenal del marxismo.

En La revolución traicionada, escrita en 1936, tenemos el análisis más riguroso y nunca superado hasta la fecha sobre las causas de la degeneración burocrática y totalitaria del Partido Comunista ruso y del Estado soviético, que se extendió posteriormente a toda la Internacional Comunista. Con 55 años de antelación, Trotski pronosticó la caída y derrumbe del sistema estalinista advirtiendo que si la burocracia de Moscú no era derribada por los obreros rusos a través de una revolución política, la burocracia terminaría apropiándose de la propiedad nacionalizada para perpetuarse como una nueva clase capitalista, como efectivamente sucedió. El texto se acompaña de un apéndice, Bolchevismo y estalinismo, escrito en 1937, donde Trotski defiende la continuidad y validez del bolchevismo y del leninismo frente a la tergiversación y manipulación de los mismos por el estalinismo, y contra la crítica falsa, hipócrita y malévola de los dirigentes reformistas y anarquistas.

El programa de transición fue escrito por Trotski en 1938 para la conferencia fundacional de la Cuarta Internacional. Siguiendo las pautas programáticas aprobadas en los primeros cuatros congresos de la Internacional Comunista, todos los que se celebraron en vida de Lenin, se ofrece un compendio de reivindicaciones sobre los más variados aspectos que tienen como objetivo unir las demandas inmediatas de la clase trabajadora con la necesidad de la transformación socialista de la sociedad. Esto se hace a través de un programa-puente, de transición, entre dichas reivindicaciones y la revolución socialista. Este “programa de transición” tiene una vitalidad y actualidad extraordinarias. Diseñado para una época de crisis orgánica del sistema capitalista, como la que existía en los años 30 del siglo pasado, este programa encaja perfectamente para el momento actual, signado igualmente por una crisis insoluble del capitalismo global en declive. Además, extiende estas reivindicaciones de transición para los regímenes políticos existentes en aquellos años, los sistemas estalinistas y fascistas. El texto se acompaña de un apéndice que incluye la transcripción de discusiones políticas mantenidas por León Trotski con dirigentes del partido trotskista norteamericano, el Socialist Workers Party (SWP), sobre diferentes puntos del programa de transición y su aplicación concreta a la situación de EEUU en aquellos momentos.

Una de las aportaciones teóricas más sobresalientes de Trotski fue su teoría de la revolución permanente, bosquejada inicialmente por él en 1904, y que fue confirmada brillantemente por el triunfo de la Revolución Rusa de 1917 y otras experiencias revolucionarias a lo largo de las décadas siguientes. Según esta teoría, la única forma de superar el atraso de los países capitalistas poco desarrollados y de liberar a las naciones coloniales y excoloniales del dominio imperialista, es por medio de una revolución socialista dirigida por la clase trabajadora, que arrastre al resto de clases y capas oprimidas de la sociedad, comenzando por el campesinado pobre, ligando las reivindicaciones democráticas con las socialistas. El ejemplo de una revolución socialista triunfante, en las condiciones modernas, actuaría como un detonante para iniciar un proceso de revolución socialista internacional que alcanzaría a los países capitalistas desarrollados, adquiriendo así el proceso revolucionario un carácter ininterrumpido, permanente. Para esta edición hemos escogidos dos de los textos más sobresalientes del libro clásico escrito por Trotski en 1930 sobre este tema (La revolución permanente), concretamente la Introducción y las tesis finales (Tesis fundamentales).

Por último, ponemos a disposición del público la obra En defensa del marxismo, un conjunto de artículos y cartas escritos por Trotski entre 1939 y 1940, y publicado poco después de su muerte, sobre los más variados temas: la teoría marxista del Estado, la naturaleza de clase del Estado soviético y del estalinismo, la actitud del marxismo ante la guerra imperialista, filosofía y  materialismo dialéctico, el centralismo democrático, entre otros.

Los tres primeros títulos (La revolución traicionada, El programa de transición y La teoría de la revolución permanente) vienen precedidos de introducciones de Alan Woods, el conocido teórico e historiador marxista británico, y máximo dirigente de la Corriente Marxista Internacional, escritos para ediciones anteriores de estas obras. El prólogo para En defensa del marxismo ha sido escrito por los editores de esta edición.

Los textos elegidos han tomado como base la primera edición en castellano de estas obras, cotejados meticulosamente con ediciones posteriores en castellano y las primeras ediciones en inglés, corrigiendo errores tipográficos, de traducción, y mutilaciones, que habían permanecido en todas las ediciones en castellano hasta la fecha. Hemos mantenido notas originales de ediciones anteriores y añadido otras nuevas allí donde los editores hemos considerado necesario hacerlo para situar y facilitar la lectura del texto en el caso de lectores poco familiarizados con estas obras, los personajes citados y determinados acontecimientos.

Más de 80 años después de que todas estas obras fueran escritas, la Historia ya ha establecido un veredicto sobre las mismas. Los hijos y nietos de los mismos dirigentes  estalinistas cuya política y modo de vida en la antigua URSS Trotski denunció en sus escritos, y que juraban falsamente en nombre de Lenin y de la hoz y el martillo, terminaron pasándose al capitalismo. Se apropiaron desvergonzadamente de la riqueza del pueblo y se apresuraron a escupir sobre la bandera roja del comunismo. Y hoy, los continuadores de aquéllos a quienes se calificaba de “trotskistas”´, por defender el legado de León Trotski y del genuino leninismo, son los únicos en el mundo que mantienen alta la bandera del comunismo y del socialismo internacional.

Podemos afirmar, por tanto, con toda confianza que el lector encontrará en estas obras la continuidad genuina del método marxista y una fuente de inspiración revolucionaria para la lucha por la transformación socialista de la sociedad.

Los Editores

Precio: 15 €

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