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Evo-con_el_dedo_en_altoNo se aplacan las protestas y la oleada de indignación por la brutal represión policial de la marcha indígena en defensa del TIPNIS. Por tercera vez en pocos meses el propio Evo Morales tuvo que dar la cara en un discurso a la nación anunciando el paso atrás del gobierno y la suspensión de la controvertida construcción de la carretera San Ignacio de Moxos – Villa Tunari, que afecta al TIPNIS, hasta realizar un “debate nacional”.

Morales ha anunciado la conformación de una comisión de “alto nivel” con representantes de organizaciones de derechos humanos para esclarecer lo acontecido.

¿Quién dio la orden?

Hay muchas cosas poco claras. A las 12 del mediodía el Ministro Romero en rueda de prensa lee una carta de Evo Morales que invita una delegación de al menos 20 dirigentes de la marcha indígena a dialogar directamente con el Presidente, en La Paz, a las 20 horas del mismo día domingo. Al momento de la lectura de la carta, el Presidente estaba en una comunidad del TIPNIS intentando convencer a los indígenas del lugar sobre la utilidad de la carretera. A las 17 se desencadena la violencia del Estado en Yucumo.

Según las fuentes oficiales la policía habría actuado en base a un “requerimiento fiscal”, circunstancia desmentida por el propio Fiscal General de La Paz. La policía afirma también haber reaccionado a provocaciones de los indígenas, pero el contingente policial había sido reforzado, numerosas flotas habían llegado al lugar para trasladar a los indígenas: la acción estaba premeditada.

Finalmente, en una rueda de prensa de hoy, el Ministro de Gobierno Sacha Llorenti responsabilizaba al dimisionario Viceministro de la misma cartera, Marcos Farfán, de haber dado la orden. Sin embargo, el aludido ha desmentido categóricamente precisando haber renunciado por su rechazo a la represión.

Responsabilidades políticas y aparato estatal

Hay claras responsabilidades políticas que no tienen nada a que ver con los abusos de algunos policías. El primer responsable es el propio Ministro de Gobierno Sacha Llorenti, que en la mejor hipótesis no sabe o encubre lo que ocurre en su despacho, y otros ministros como Carlos Romero etc., culpables de haber generado el clima de tensión que desembocó en la violencia policial. Por esto las organizaciones sociales, sindicales etc., que se van sumando a la protesta piden la inmediata renuncia de estos ministros, pedido al que nos adherimos desde un principio.

En su discurso a la nación, Evo Morales ha definido como “imperdonable” la violencia hacia los indígenas, asegurando que “el Presidente nunca instruyó” semejante brutalidad. Este reconocimiento repone la verdad tras los indecentes y cínicos informes de Llorenti y de los medios de comunicación estatales (a propósito: señores de Canal 7 y de Cambio recuerden “la verdad nos hace libres”).

Pero no es suficiente. No se pueden encubrir responsabilidades políticas. Si el Presidente puede, a prueba de su buena fe, citar la carta enviada horas antes a los indígenas y su presencia en el TIPNIS al momento de los hechos, debe sacar de lo acontecido las conclusiones políticas pertinentes. Que hay una parte del gobierno que anda con su propia autónoma línea desligada de los movimientos sociales. Que el aparato estatal, que él mismo, en otras ocasiones, se esforzó de aparentar como “revolucionario”, sigue siendo represivo y burgués. Que no hay manera de reformar al Estado burgués: este debe ser destruido.

Tensiones en el gobierno

Las tensiones en el gobierno se evidencian aun más el lunes, con el cuestionamiento de la represión policial expresado por el Viceministro de Minería Freddy Beltrán, la renuncia de la Viceministra de Migración María Quiroga, y aun más con la valerosa renuncia de la Ministra de Defensa Cecilia Chacón, cuyas motivaciones, que compartimos plenamente, fueron las siguientes:

Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el gobierno… Las medidas asumidas, lejos de aislar a la derecha, fortalecen su manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos. ¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera.

La ex Ministra ChacónHay rumores que otros ministros habrían presentado sus renuncias, que el Presidente mismo ha frenado. Finalmente 5 diputados del MAS electos en circunscripciones especiales indígenas han anunciado la conformación de una bancada propia en la Asamblea Legislativa Plurinacional. De tal manera el MAS pierde los 2/3 que son la mayoría cualificada para implementar todas las reformas requeridas en la Constitución Política del Estado, desde el Código Civil hasta la Ley del Trabajo. El gobierno surgido de los movimientos sociales, de marchas y movilizaciones, tropieza sobre la represión violenta de una marcha y manifiesta sus divisiones internas.

¡NO! a la carretera por el TIPNIS

Sin embargo otros fueron los aspectos más decepcionantes del discurso de Evo Morales. En primer lugar su hacerse escudo en la defensa de la construcción de la carretera tras las leyes promulgadas por gobiernos anteriores. ¿Dónde está el cambio entonces? El 21.060 también era de gobiernos anteriores, por esto ¿Deberíamos cumplirlo? Evo Morales se presentaba con un voluminoso archivo de pedidos de movimientos sociales de Beni y Cochabamba que apoyarían la construcción de la carretera. Al mismo tiempo mostró una carta con sello y firma de diferentes comunidades del TIPNIS que apoyarían la construcción de la carretera. Finalmente declaró la suspensión de la construcción de la misma hasta la realización de un indefinido “debate nacional”.

marcha la pazEstas declaraciones pronunciadas solo unas semanas atrás hubieran evitado que se llegase a la situación actual. Generan escepticismo ahora cuando los pobladores de la comunidad Santísima Trinitaria denuncian que la multinacional brasilera OAS ya ha empezado excavaciones en territorio del TIPNIS hace un mes. El gobierno reitera que la construcción de la carretera es apoyada por una amplia mayoría de los indígenas del TIPNIS, sin embargo sigue sin quererlos consultar realmente.

Primero ofreció una consulta a “todos los pobladores del TIPNIS”, un verdadero engaño porque todo mundo sabe que ahora los colonizadores ilegales, que han hecho retroceder 7 veces la línea roja de demarcación del TIPNIS reduciendo su extensión de 200 mil Ha, son actualmente mayoría en el parque. Ahora se habla de un “debate nacional” que suponemos aluda a la hipótesis de un referéndum. Una consulta a los indígenas y solo a ellos hubiera sido la única manera de conocer realmente que opinan las 3 etnias del TIPNIS sobre la construcción de la carretera. Una consulta en la cual –queremos reiterarlo– si nosotros votáramos, diríamos NO a la carretera por el TIPNIS. De todas maneras ahora los indígenas piden la promulgación de un Decreto Supremo que anule la construcción de la carretera por el TIPNIS y con este objetivo están movilizandose nuevamente.

La vida en el TIPNIS

Si el problema fuese realmente la vinculación entre los departamento de Beni y Cochabamba y permitir un progreso material y una verdadera inclusión social de los indígenas, nuestra posición podría ser menos categórica. No vamos a idealizar como si fuese una libre elección y un derecho democrático que el salir de su propia comunidad enfermo y llegar muerto 4 días después a una posta sanitaria sea “ecológico”. De hecho, esta clase de idealizaciones no pertenecen tampoco a la propia marcha indígena, que en sus reivindicaciones más progresivas y con un claro carácter de clase, reclaman salud, vivienda y educación para los indígenas. Lo cual compartimos y apoyamos plenamente.

No es idealizando románticamente las condiciones de vida de los indígenas del TIPNIS que se ayuda su causa. No muchos saben o discuten en Bolivia el hecho que el país que primero reconoció a sus pueblos originarios precolombinos derechos autonómicos, incluso muy avanzados como la posibilidad de ejercer justicia propia, son los EEUU. Y que los nativos en EEUU viven y administran territorios donde la tasa de desempleo es del 40%, la pobreza llega a picos del 54% y la principal actividad económica son el juego al azar y la venta de alcohol. O que el propio Subcomandante Marcos en su Sexta Declaración de la Selva Lacandona, tuvo que admitir que en las zonas “liberadas” por el EZLN y en las juntas de buen gobierno proliferaban machismo y desigualdades sociales a la sombra de las ONG que detentan el control económico de las vidas de los indígenas del Chiapas.

Progreso y engaño

En la percepción de los compañeros indígenas de base del TIPNIS, la amenaza es representada por los asentamientos ilegales de colonizadores cocaleros y por las madereras. Es lo que ellos conocen por experiencia propia y saben que ya en el pasado los madereros y cocaleros han intensificado sus actividades ilegales allí donde se abrían caminos. Por esta experiencia son escépticos y, frente a un futuro por lo menos incierto, defienden un presente de privaciones.

Como escribimos en nuestro pronunciamiento:

 “Las razones de la obstinación a realizar la carretera y que esta pase por el TIPNIS son múltiples: vincular no Beni a Cochabamba (alternativas para esto habría) sino Bolivia a la economía brasilera que financia y defiende el proyecto de la carretera; abrir el TIPNIS –que ya fue declarado área de interés hidrocarburifero con DS 676 de 2010– a la exploración de multinacionales, para estimular su siempre más baja inversión; dar la señal a una burguesía agroindustrial sedienta de tierra y escasamente productiva que es posible y se debe ampliar la frontera agrícola, incluso destruyendo parques con las prácticas erosivas del chaqueo.”

Por esto ni se tomaron en cuenta las 4 posibles alternativas presentadas por un grupo de ciudadanos, técnicos y profesionales de la Campaña en Defensa del Isiboro Sécure. Otras podrían estudiarse si los bolivianos, trabajadores, campesinos e indígenas, pudiésemos realmente disponer sobre nuestros recursos, áreas protegidas, parques, tierra y territorio, sin la presión de multinacionales, imperialismo, gobiernos extranjeros y burguesía nativa.

Obedecer a trabajadores, campesinos e indígenas

El proceso está herido a muerte, lo hemos leído por todos lados. Como correctamente señalaba la dimisionaria Ministra Chacón las manipulaciones de la derecha se fortalecen ahora. Evo en su discurso aludía a problemas similares que se tuvieron en pasado, circunstancias en que el gobierno pudo reponer su apoyo popular. Pero ahora es distinto, en pocos meses, y por la misma necesidad de complacer a multinacionales e intereses capitalistas, se han atacado dos símbolos. Primero el Gasolinazo (guerra del gas), ahora la represión a los indígenas. La cantidad se vuelve siempre en calidad y pensar de curvarse ahora como caña hasta que pase la tempestad es inútil.

Es ahora aún más que nunca urgente e imprescindible un profundo giro a la izquierda en la política gubernamental, que se refleje en la política económica, social, productiva y en un cambio real del gabinete ministerial, con el alejamiento de todos los ministros y funcionarios de la poderosa corriente conciliatoria con el capitalismo y el imperialismo y su sustitución por auténticos representantes de la lucha popular, que respondan realmente a las bases. Obedecer al sector de los banqueros, empresarios, terratenientes, ricos viejos y nuevos no sirve. Es necesario comenzar a atender las demandas sociales por tierra, territorio, salud, trabajo, vivienda, educación que son el motor real del proceso. Demandas de trabajadores, campesinado pobre y pueblos indígenas.

Como en Octubre de 2003, la COB tiene frente a si una enorme responsabilidad. La participación de los trabajadores en la Guerra del Gas, siempre menospreciada por reformistas viejos y nuevos, fue lo que dio la fuerza necesaria al movimiento, lo generalizó trasladándolo a las ciudades, lo ayudó a plasmarse en un programa que conocemos como Agenda de Octubre. La huelga convocada por la COB es una ocasión de vital importancia para recuperar este papel y poner un alto a los intentos de manipulación de la derecha. Los trabajadores deben ser los que exijan que el gobierno no se cierre lamiéndose las heridas y ocultando sus divisiones, sino que dé este profundo y necesario giro a la izquierda que la situación amerita.

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