Movimiento Obrero
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Entrevista a Nacho Calderón, profesor de la Universidad de Málaga

Nacho Calderón es profesor contratado doctor de la Universidad de Málaga. Miembro de la Asamblea del Personal Docente Investigador (PDI) de la Universidad de Málaga. Le preguntamos por la movilización que han emprendido.

interinos huelga

Foto: aulamagna.com.es

- ¿Cómo habéis llegado a esta situación?

Básicamente, desde el año 2012 y con el pretexto de la crisis económica, se congelaron las posibilidades de promoción del profesorado universitario. En este panorama, hay un colectivo dentro del Personal Docente e Investigador (PDI) que ha sido especialmente afectado por los recortes: el Profesorado Ayudante Doctor, una categoría profesional que obtiene el profesorado después de haber defendido su Tesis Doctoral, mayoritariamente después de conseguir una Beca de Investigación Pública. En ambos casos, las contrataciones son para cuatro y cinco años respectivamente. Cuando se terminan esos períodos, el profesorado tiene que volver a concursar para la obtención de otro tipo de plazas. El problema añadido viene cuando los recortes impiden la convocatoria de plazas, ya que este personal –que tanto ha trabajado en su formación y en el que las administraciones han invertido durante años por sus expedientes académicos y su proyección investigadora– se encuentra en una situación de completa indefensión, encadenando contratos temporales e indiscutiblemente precarios en muchos casos. Por otra parte, la acumulación de personas que no han podido promocionar durante los últimos años necesita una respuesta que dé salida digna a tanto talento dentro de nuestras universidades.

La crisis ha puesto a la Universidad de Málaga en una situación crítica: en torno al 45% del profesorado cobra menos de 700 euros mensuales y un 60% tiene contrato temporal. En concreto, en la Facultad de Ciencias de la Educación en la que trabajo el profesorado con vinculación no permanente superó el 70% el curso pasado.

- ¿Qué procesos evaluativos tiene que pasar el profesorado Universitario?

Trataré de simplificarlo al máximo, lo que supone perder de vista la inmensa cantidad de casuísticas particulares que dificultan aún más este proceso. Básicamente, al terminar un grado universitario, la persona concursa en convocatorias Estatales o Autonómicas para la obtención de una Beca de Formación de Profesorado Universitario (conocidas como Becas de investigación). Este es el primer concurso de méritos de gran dificultad, ya que suelen concurrir los mejores expedientes de la especialidad en un concurso competitivo donde las plazas son muy limitadas. Una vez obtenida, la vinculación con el departamento al que se adscribe la ayuda tiene una duración de 4 años, en los que ha de rendirse cuentas anualmente sobre el trabajo realizado conducente a la realización del Doctorado. Esto culmina con la defensa de la Tesis Doctoral ante un tribunal, previa evaluación de expertos y publicaciones de reconocido prestigio.

El segundo paso es obtener un contrato de Ayudante Doctor, para lo que el docente ha de someter su Currículum Vitae a evaluación por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), en un proceso que se denomina acreditación. Este proceso sólo tiene éxito cuando se han realizado estancias de investigación en el extranjero, realizado publicaciones de impacto, desarrollado clases universitarias, etc. y es una condición indispensable para poder concursar a una plaza de Ayudante Doctor, que por supuesto es pública. De modo que se trata de otro concurso público, en el que se compite con personal muy cualificado: doctores acreditados para esa figura.

Sin embargo, estas plazas no se convocaron en 2012 y 2013, y con cuentagotas a partir de 2014. Como consecuencia, muchos compañeros tuvieron que irse al extranjero o han sobrevivido encadenando diversos contratos postdoctorales o de Profesor Sustituto Interino (a tiempo parcial y vergonzosamente remunerados), con sueldos ínfimos y que a veces les obligan a peregrinar por varios Departamentos o Universidades diferentes. Sólo unos pocos han tenido la suerte de convertirse finalmente en Profesor Ayudante Doctor después de este periplo.

Una vez se obtiene esa plaza, tienes 5 años de contrato en los que se ha de ir generando currículum para poder obtener la acreditación de la ANECA para Plazas de Profesor Contratado Doctor, una figura por fin con vinculación permanente. Se trata de una evaluación muy exigente, que requiere grandes esfuerzos en docencia, investigación y gestión por parte del docente. Si se obtiene esta acreditación, se puede concursar a las plazas que se convoquen con ese perfil, en un concurso-oposición. Sin embargo, la crisis irrumpió eliminando las posibilidades de optar a una plaza de este tipo, que también dejaron de convocarse. Por ello, las personas que habían conseguido optar a las escasas plazas de Ayudante Doctor fueron reconvertidos a una nueva figura: “Profesor Contratado Doctor Interino”, un contrato para salir del paso en este despropósito. Quienes no habían podido optar a Ayudante Doctor, ni eso. Muchos docentes tuvieron que asumir que tendrían que conformarse con contratos de menor cualificación y completamente precarios (como los de Sustitutos Interinos, a tiempo parcial y vergonzosamente remunerados). El caso es que hay compañeros y compañeras que llevan hasta 15 años encadenando trabajos temporales, muy precarios y mal pagados, y con la imposibilidad de hacer proyectos vitales a medio y largo plazo.

Para más inri, la ANECA cambia sus baremos el pasado año, endureciéndolos de una forma completamente desorbitada y sin sentido, de modo que en la práctica impide que la inmensa mayoría del profesorado pueda acreditarse a la figura de Profesor Titular (necesaria para conseguir la gran aspiración: la de llegar algún día a opositar para ser funcionario). En muchas áreas de conocimiento, ese endurecimiento de los baremos dejaría afuera a la mayoría de los actuales profesores titulares y catedráticos de la UMA. Pues bien, esta acreditación es la que se exige en la actualidad al profesorado Ayudante Doctor y Contratado Doctor Interino para que su promoción sea “automática”. Es decir, la promoción “automática” es en la actualidad imposible. Y la promoción por concurso público, un horror debido al embudo hecho tras años de no sacar plazas a concurso.

- ¿Por qué motivo hay que revisar esos baremos?

Aquí está otra de las cuestiones más sangrantes. Además del sinsentido de seguir aumentando la cantidad de producciones científicas que son contadas “al peso” (lo que implica un tipo de trabajo investigador vacío de significado y de escaso impacto en la sociedad), el criterio escogido para valorar las publicaciones académicas genera un círculo vicioso muy nocivo para las administraciones públicas. Sencillamente, con lo que se ha venido a llamar “factor de impacto” de una publicación, y al haber introducido rankings como el Journal Citation Reports (JCR) de Thomson-Reuters en los baremos de la ANECA como los únicos garantes de la calidad de la ciencia, las Universidades Públicas se han puesto al servicio de algunos grupos editoriales multinacionales que están haciendo un gran negocio. El proceso es simple: las administraciones públicas subvencionan proyectos de investigación, que son llevados a cabo por personal de las Universidades Públicas. Las Universidades, por medio de la ANECA, exigen al profesorado que publique en revistas del JCR para que sean debidamente valorados. El profesorado, necesitado de la promoción dado el carácter temporal y precario de sus contratos, se ve obligado a enviar gratuitamente los principales hallazgos de sus investigaciones a estas revistas en forma de artículos. Cuando los trabajos son aceptados, la revista los publica con un alto coste (unos 35 € el artículo). Y lo más grave: las universidades compran estas revistas a esas grandes multinacionales. Nos sorprendería saber cuánto dinero público invierten nuestras universidades en tener esas revistas, que se apoderan gratuitamente del resultado de las investigaciones financiadas completamente con dinero público gracias a la connivencia de agencias como la ANECA. Esto es inaceptable desde el punto de vista democrático, y una clara y peligrosa privatización de la ciencia.

- ¿Cuáles son vuestras reivindicaciones?

Hay dos claras reivindicaciones: la derogación de los criterios actuales de la ANECA y la promoción automática del Profesorado Ayudante Doctor y Contratado Doctor Interino a la figura de Profesorado Contratado Doctor cuando se haya obtenido la acreditación para esa figura. Son dos reivindicaciones razonables y posibles, que requieren la voluntad de reconocer el trabajo del profesorado de nuestras universidades.

- ¿Hay otras universidades en las mismas circunstancias? ¿Qué sindicatos y colectivos os apoyan?

Los recortes han afectado en todo el Estado, aunque de maneras diferenciadas; y la ANECA acredita a todos los docentes de España. Es decir, nos afecta a todas las Universidades Públicas. Y en concreto en Andalucía, nos hemos levantado de momento la Universidad de Sevilla y la de Jaén, cuyos comités de empresa han respaldado la huelga. Es decir, han obtenido el apoyo de los sindicatos mayoritarios. En la Universidad de Córdoba, el Comité de Empresa ha aprobado la adhesión a la huelga para la próxima semana (por 5 votos a favor de CCOO y 4 en contra de UGT y CSIF). Lamentablemente en Málaga no ha sido así, y la huelga está soportada únicamente por la Asamblea del PDI y el SEM-SIAM, así como por el SAT, que cubre a todas las Universidades Andaluzas. El resto de sindicatos (CCOO, UGT y CSIF) deben confiar en las mesas de negociación en las que están sentados, pero consideramos que ese tiempo ya se ha agotado. Y también lo consideran sus propias formaciones en otras provincias…

- Vuestra situación que es fruto, en definitiva, de la privatización y recortes que sufre la educación pública ¿No crees que sería necesario que la comunidad educativa, todos los sindicatos de clase y partidos que defienden el "no a los recortes" os apoyaran y diesen a conocer al conjunto de la sociedad vuestras reivindicaciones?

Definitivamente. De hecho, llevamos semanas contactando con representantes públicos de todos los partidos políticos mayoritarios en el Parlamento Andaluz, en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Todos ellos reconocen la legitimidad y justificación de nuestras reivindicaciones, y la necesidad de abordar estos problemas que están poniendo a las Universidades Públicas en una situación muy comprometida. Todos ellos, junto con los sindicatos de clase, han manifestado que apoyan nuestras críticas y planteamientos, sin embargo, aquí estamos. Librando una lucha que no puede esperar más, porque las personas tienen vidas. No se puede jugar así con las vidas de la gente. Y entretanto, ir debilitando la educación superior pública. Porque es evidente, pero también es importante destacarlo: dinamitar las condiciones del trabajo docente es atacar directamente a la calidad del sistema de enseñanza, que debe ayudar a generar libertad y justicia social, construir pensamiento y promover cambios sociales. Y esto difícilmente se produce desde la precariedad y la temporalidad.

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