Análisis Político
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El 7 de abril, con la movilización de la plataforma JUVENTUD SIN FUTURO (plataforma inicialmente formada por asociaciones universitarias de Madrid en defensa de la universidad pública), se abrió una senda por donde se expresaron miles de jóvenes, sobre todo en Madrid, pero también en más de 15 ciudades donde hubo manifestaciones.  

 



La incertidumbre ante el futuro, la reivindicación de un puesto de trabajo digno, los problemas ante las hipotecas, el acceso a la vivienda…, fueron las demandas básicas que expresaban las inquietudes reflejadas, que buscaban conectar con la inmensa mayoría social.

Otro grupo de compañeros había lanzado la convocatoria de DEMOCRACIA REAL YA para el 15 de mayo. La plataforma JUVENTUD SIN FUTURO se integró en ese movimiento, que ya contó entonces con un camino más despejado, sirviéndose en la práctica del aldabonazo que supuso JUVENTUD SIN FUTURO y el 7 de abril.

Hay ciertas diferencias entre los promotores iniciales de la Plataforma JUVENTUD SIN FUTURO y la campaña DEMOCRACIA REAL YA. Estos últimos, aunque abordaban en su web inicialmente reivindicaciones sociales, hacían un énfasis especial en las reivindicaciones que tenían que ver con la degeneración de la política, centradas en un sistema electoral más justo para los partidos minoritarios o en la eliminación de los privilegios de los políticos. Desde la declaración inicial de DEMOCRACIA REAL YA había llamamientos un tanto difusos a una “revolución ética”. Insistieron en la idea de llegar a TODA la sociedad actual: “unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores (…) Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos podemos cambiarla”.

En cambio, la plataforma JUVENTUD SIN FUTURO hablaba nítidamente de la “crisis capitalista” señalando correcta y explícitamente a los culpables de la merma de nuestros derechos: “las élites económicas y las políticas de nuestros Gobiernos.” El mensaje tenía un contenido tradicional de izquierdas:

“Frente a la salida de la crisis por la derecha, nosotras y nosotros, la generación precaria, señalamos a los culpables y reivindicamos ser escuchados (…)  sabemos que esto sólo lo solucionamos sin los que causaron esta crisis. Instamos a emprender la movilización colectiva”.

El “accidente” de que la movilización de DEMOCRACIA REAL YA fuese la segunda en convocarse, hizo que capitalizase buena parte del trabajo inicial de JUVENTUD SIN FUTURO, tomando en mayo mayor protagonismo jóvenes con menos experiencia política a los que les estalló un movimiento que sorprendió a todos. Eso ha tenido consecuencias en el sentido de que, en los hechos, no había una dirección del movimiento con una experiencia o estrategia unificada de lucha a nivel estatal, más allá de las acampadas en las que solo pueden participar una minoría.

Dicha táctica de lucha, a la larga, se ha demostrado incorrecta, pues no todo el mundo puede participar en ella y, a la larga, se convierte en antidemocrática por ello mismo. Lo correcto hubiera sido celebrar asambleas masivas en institutos, universidades y barrios, preparando con cuidado cada oleada de luchas, para que el movimiento pudiera respirar y oxigenarse, para tener un impacto cada vez mayor en el movimiento obrero. 

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