Economía
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El precio de la luz vuelve a máximos en el Estado español, a pesar de las medidas del gobierno y de la UE, como la llamada “excepción ibérica” y el tope del gas. Estas medidas han sido presentadas como una intervención en el mercado en beneficio de los usuarios, en particular de los más vulnerables. Pero, ¿funciona realmente?

Fundamentación de la medida

El tope del gas es una medida del gobierno de España para intervenir el mercado eléctrico y rebajar el coste de la factura de la luz.

Esta medida consiste en topar el precio del coste del gas en los mercados mayoristas, es decir fijar el precio del gas.

Esta fijación de precios no es real, el gobierno establece una cantidad de lo que debe valer el gas pero esto no impide que las empresas puedan comprar ese gas por el precio que pide el país o la empresa extractora de origen.

El gas en este país se utiliza mayormente para la generación de electricidad, abastecer a las industrias y en menor medida para abastecer a hogares.

La mayoría de hogares que usan gas se encuentran en el norte de España, esto se debe a las singularidades climáticas respecto al sur.

Con esta medida el gobierno pretendía que las eléctricas asumieran desde su margen de beneficios la diferencia entre el tope y el precio de mercado.

Plasmación de los costes en factura de la luz

Para clientes del mercado libre (ejemplo: Endesa Iberdrola, Naturgy), en las facturas viene señalado como coste del tope de gas RDL 10/2022 de esta manera:

RDL1022

Este mecanismo consiste en multiplicar los Kilovatios consumidos por unos céntimos, que serían la diferencia entre el tope que fija el gobierno y el coste en el mercado. Esta diferencia oscila también según los kilovatios consumidos; en la actualidad, un cliente que está por debajo de 100 Kilovatios lo paga a 0,06 céntimos.

En los clientes del mercado regulado (Curenergía, Endesa Siglo XXI o Gas and Power), también pagan el coste del tope del gas (Incluso con Bono social). Esta diferencia del tope se le suma directamente al precio del kilovatio donde se calcula la energía consumida. De esta forma podemos ver que en los tramos de máximo consumo están llegando a pagar 0,74 céntimos el kwh, mientras que el libre oscila según la compañía más barata entre 0,16-0,19 céntimos el kwh.

Recordemos que los clientes de Bono Social son clientes que operan en el mercado regulado, a los que el gobierno les reconoce una situación vulnerable y se les aplica un descuento del 25% o 50% en la factura de la luz dependiendo de factores como el grado de vulnerabilidad, las cargas familiares, etc. Estos descuentos van directos sobre el recibo de la luz. Simplemente aunque pagues mas seguirás pagando menos que otros usuarios del mercado regulado. Cabe destacar que el mercado regulado en los últimos años ha sido bastante más caro que el libre, entre otras cuestiones porque la clase trabajadora por sus circunstancias materiales no se puede adaptar mayoritariamente a las medidas de tramos horarios del gobierno. Otra medida del gobierno fue poner distintos tramos de consumo de energía para frenar la subida, pero la realidad es que la mayoría de familia consume la luz cuando puede y mayoritariamente en las horas donde el precio es mayor.

Conclusiones

En la práctica esta medida para bajar el coste del precio de la luz se queda en una declaración de buenas intenciones por parte del gobierno central. Esta medida se ha revelado como un absoluto fracaso, ya que al ser privadas las empresas energéticas están derivando los costes del tope de gas a los consumidores, metiéndolos en la factura de la luz como un nuevo concepto a pagar. Además, el derecho actual les faculta para ello.

Si bien la responsabilidad directa del elevado precio de la luz recae sobre las empresas energéticas, la responsabilidad del gobierno PSOE-UP no es menor. El gobierno pretende conciliar los intereses de los capitalistas con los de la clase trabajadora intentando aplicar medidas que no solucionan los problemas energéticos de origen.

No hay terceras vías posibles ante la carestía energética que estamos padeciendo la clase obrera, ante la crisis energética urge la nacionalización sin indemnización de todo el sector bajo control obrero.

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