Ya han pasado más de 100 días desde que comenzara la invasión rusa de Ucrania, sin vislumbrarse el final de la guerra. Las declaraciones entusiastas de Occidente tras la retirada de Rusia de las áreas que había ocupado alrededor de Kiev, Sumi, Chernihiv y Járkov, se han convertido en evaluaciones más pesimistas. Las fuerzas rusas, con una artillería superior, han ganado terreno en el Donbás, lenta pero implacablemente. Las pérdidas ucranianas están aumentando.

Mientras que se está dedicando mucha atención a la guerra en Ucrania, se está desarrollando un conflicto igualmente importante en el Pacífico, y se trata de quién va a dominar esta región clave: ¿Estados Unidos o China? De hecho, el principal eje de la política exterior estadounidense consiste en frenar la creciente influencia de China.

Oleksandra Koval, directora del Instituto del Libro de Ucrania (dependiente del Ministerio de Cultura de Ucrania), afirmó que comenzarán a trabajar para retirar más de 100 millones de los llamados libros de "propaganda" de las bibliotecas públicas de Ucrania. Estos libros, que incluyen las obras de escritores y poetas de renombre mundial como Dostoievski y Pushkin, podrían acabar en centros de reciclaje de papel según el ministro de Cultura, Oleksandr Tkachenko.

El pasado 13 de junio se inició en Ecuador un nuevo paro nacional para exigir mejores condiciones económicas según anunció la CONAIE. Entre los reclamos se incluyen la congelación del precio de las gasolinas, el control de los precios de los productos de consumo masivo y la oposición a un plan de privatizaciones, todas ellas ligadas, según los manifestantes, a las imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Boris Johnson se salvó por poco el lunes pasado en la moción de confianza sobre su liderazgo en el gobierno. Esto prepara el escenario para una amarga guerra civil dentro del Partido Conservador, profundizando la crisis para el establishment, y para el capitalismo británico. Explosiones revolucionarias están implícitas en la situación.

La primera vuelta de las elecciones legislativas estuvo marcada por un nuevo récord de abstención durante esta elección: 52,5%, frente al 51,3% de 2017 y el 42,8% de 2012. Habiendo alcanzado tal nivel, la abstención se convierte en el elemento más significativo del resultado.

Con el Jubileo de Platino de la Reina de este fin de semana, el establishment británico y sus portavoces de los medios de comunicación han entrado en un frenesí patriótico. Nuestra posición es: ¡Abolir la monarquía! ¡No a esta maldita reliquia reaccionaria! ¡Luchar por una república socialista!