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El pasado 15 de marzo falleció en Lavapiés Mame, inmigrante de origen senegalés que llevaba doce años trabajando y residiendo en el madrileño barrio de Lavapiés. Mame se dedicaba a la venta ambulante todos estos años mientras peleaba por  conseguir papeles, es decir para ‘’legalizarse como ser humano’’.

La del 17 de marzo ha sido una gran jornada de lucha, con cientos de miles en las calles de todo el país, pese al frío, la lluvia y, en algunas zonas, la nieve. Una mayoría de jubilados, acompañados de trabajadores y jóvenes, han marchado para defender el derecho a una pensión digna, ganado con lucha y sacrificio durante décadas por la clase trabajadora de este país.

Cantante de rap, condenado a dos años de cárcel por sus letras reivindicativas - Esta entrevista fue realizada después de que la Audiencia Nacional condenara a la pena de dos años y un día a 12 miembros del colectivo “La Insurgencia”, entre ellos, el entrevistado, Iván Leszno. Este tribunal, heredero directo del franquista Tribunal de Orden Público (TOP), añadió un día a la pena de dos años para enviar conscientemente a estos compañeros a la cárcel, ya que la pena de dos años es excarcelable si no hay “delitos” previos. Esto muestra el carácter político, vengativo y de ensañamiento de estos jueces, que escapan a cualquier control popular y que están dotados con todo tipo de privilegios materiales. La entrevista está publicada también en nuestra revista impresa Lucha de Clases.

Las magníficas movilizaciones de los pensionistas de estos meses son una inspiración para todos. Ausentes de consignas y de dirección por parte de las cúpulas sindicales y de la izquierda, se han lanzado a la calle con todo su ímpetu para tomar su destino en sus manos, ayudando a transformar toda la situación. No es casualidad que al frente del movimiento, en cada zona y ciudad, se hayan situado veteranos activistas sindicales y de izquierdas de los años 70, ahora jubilados, que han puesto al servicio del movimiento su experiencia acumulada en años de lucha contra la dictadura franquista, contra los patronos, y contra los despidos y reconversiones industriales.

1. En los últimos días, el nivel de represión, intimidación y autoritarismo flagrante ejercido por el podrido régimen del 78 alcanzó niveles sin precedentes. El 20 de febrero, el rapero comunista Valtonyc fue condenado a tres años y seis meses de prisión por injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo en las letras de sus canciones.

La jornada del 8 de marzo que vivimos en el Estado español ha sido histórica. Un comentarista del diario catalán El Periódico, la describió como "más que una huelga,  casi una revolución". Y esta apreciación no era exagerada. Tras varios años de apatía y desmovilización, una marea humana emergió en las calles de todo el país, arrastrando a mujeres (y hombres) de todos los sectores populares, pero fundamentalmente de la clase trabajadora. Hubo un ambiente de fuerza y confianza en las propias fuerzas que se rebelaba contra la atmósfera de estancamiento, desesperanza y fatalismo que la clase dominante, y también los dirigentes sindicales y de izquierdas, habían establecido en el último período.

La clase dominante y su aparato de Estado están decididos a hacer cualquier cosa para dar un escarmiento al independentismo catalán e impedir la investidura de Puigdemont como President de la Generalitat. Para ello, están pisoteando sus propias leyes en una deriva autoritaria que también apunta contra los movimientos de lucha y resistencia de la clase obrera que se dibujan en el horizonte. Si la excusa para violentar su propia legalidad burguesa es la “situación excepcional” catalana, ¿cuánto  más no van a justificar mañana acciones similares y más graves cuando tengan lugar, a su entender, “situaciones excepcionales” en el resto del Estado?