La crisis sanitaria generada por la epidemia del coronavirus COVID-19 ha puesto el planeta patas arriba y alterado la vida cotidiana de cientos de millones de personas, particularmente en los países capitalistas desarrollados y China, origen de la infección. Cierre de extensas áreas geográficas y de ciudades, suspensión de clases en todos los niveles de la enseñanza, limitaciones a la actividad laboral en numerosos sectores, prohibición gubernativa de reuniones masivas y de manifestaciones, reducción significativa de la vida social y cultural, entre otras, son las consecuencias de una epidemia que afecta a más de 130.000 personas en todo el mundo y que ha dejado hasta el momento cerca de 5.000 muertos, la gran mayoría personas de edad avanzada con patologías previas.

Hoy, mañana y toda la semana nos despertamos con el minuto a minuto de la crisis del SARS-Cov-2, comúnmente llamado Coronavirus. La población se encuentra en un estado de histeria colectiva que se alimenta cada día que pasa, navegando entre la realidad y los cientos de bulos y noticias falsas que se filtran. 

La izquierda debe legislar claramente para revertir la privatización desarrollada en todo el Estado - Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles andaluzas el miércoles 4 de marzo para defender la enseñanza pública, en el día de huelga convocado por la Plataforma de la Enseñanza Pública a la que se sumaron el resto de sindicatos docentes.

Será en marzo. Sin duda, el proceso viene marcado, e incluso motivado directamente, por el cambio vivido por la organización tras el acceso al cogobierno con el PSOE. Esta nueva situación ha supuesto un cambio drástico en las perspectivas barajadas hasta hace muy poco por la amplia mayoría de la izquierda acerca de la imposibilidad de alcanzar la participación en el gobierno. Esta idea se apoyaba en el supuesto veto de la clase dominante, encarnada en las empresas del IBEX 35, ante un Podemos que representaba un peligro “antisistema”.

El movimiento Pensionista de Euskal Herria nos cruzamos por tercer año consecutivo con la conmemoración de aquel 3 de Marzo de 1976. Los que estamos manifestándonos más de 100 lunes somos precisamente los que estuvimos en aquellas luchas. Resulta evidente el nexo entre aquella realidad política y social de la Transición y la realidad económica y política actual. Se puede afirmar sin exagerar que el “Contrato Social” y el “Derecho del Trabajo” a día de hoy han quedado prácticamente rotos o bien son papel mojado.

Yo y mis camaradas hemos creado en nuestro centro el Comité de Lucha Estudiantil. Está integrado por 13 personas. En nuestro centro hay una periferia muy interesante de alumnos con inquietudes y consciencia de que el mundo no está estructurado como debería. Nuestra tarea es introducirlos en la vida política y al marxismo.

A lo largo de estas semanas se han sucedido protestas masivas en el campo convocadas por las organizaciones de propietarios agrícolas, desde los pequeños productores agrupados en UPA hasta los terratenientes nucleados en ASAJA. El eje movilizador de la protesta son los bajos precios pagados en origen por los productos agrícolas, que ven multiplicado su precio por 3 y por 4 en los supermercados y grandes superficies comerciales. Los propietarios se quejan de que el precio en origen se mantiene más o menos estable desde hace años mientras que los costes de producción han crecido.