Los resultados del plebiscito de salida para refrendar la propuesta de nueva constitución emanada de la Convención Constituyente han dado una amplia mayoría a la opción rechazo, con un 62% de los votos. Este resultado es incluso peor de lo que preveían las encuestas. Es necesario explicar el porqué.

El régimen, con el Acuerdo por la Nueva Constitución y auxiliado por la pandemia, logró efectivamente desmovilizar el impulso revolucionario de los cinco meses que siguen al estallido. Ahora nos enfrentamos a tomar una posición frente a la coyuntura inmediata, que es por el Apruebo, el Rechazo, o anular y boicotear el plebiscito.

Los resultados de las elecciones a la Convención Constituyente en Chile durante el fin de semana representan un terremoto político, con un fuerte rechazo de todos los partidos establecidos, lo que puede entenderse como la expresión política (distorsionada) de la insurrección de 2019.

El candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric gana la elección presidencial con un 56% de los votos. Una mayoría récord en términos absolutos, con unos 4 millones 600 mil votos y casi 1 millón de votos de ventaja sobre el candidato pinochetista Juan Antonio Kast, que obtuvo el 44%.

Con una mayoría contundente gana el Apruebo, un 78% contra 22% del Rechazo. El plebiscito decide cambiar la constitución de la dictadura. Una victoria que la clase trabajadora celebra y siente como propia. Después de un año de la marcha más grande de Chile, el pueblo ha pasado por muchas cosas. La represión, abusos, muertos y mutilados; también engaños y manipulaciones mediáticas. Y considerando la pandemia, vemos una importante participación récord de 50%. Y esto de cara a una verdadera tormenta electoral en los próximos meses. ¿Qué significa esta victoria?

El candidato de ultraderecha Jose Antonio Kast, pasa a segunda vuelta con una primera mayoría de 28%. Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad (coalición del Frente Amplio con el Partido Comunista) obtuvo el 26%, una diferencia de 150,000 votos.

El Apruebo a una nueva Constitución ganó con un arrollador 78%. También ganó por mayoría amplia que los diputados constituyentes sean elegidos entre la población y no con la participación de los parlamentarios actuales. Los medios corren hoy a saludar la “fiesta de la democracia”, la “victoria de la institucionalidad y contra la violencia”. La clase trabajadora, por su parte, celebra y siente como propia esta victoria ¿Qué sigue ahora?