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Una oleada de tiroteos perpetrados por fanáticos de extrema derecha ha conmocionado nuevamente a todo el mundo. Los tiroteos en el mes de agosto en Gilroy, California y El Paso, Texas, ejecutados por individuos que compartieron manifiestos fascistas e hicieron públicas sus ideas antes de sus ataques, se cobraron la vida de 25 personas. Habría que estar ciego para no ver que los políticos reaccionarios de derecha como el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, son cómplices del aumento de los ataques fascistas.

En la última entrega de la respuesta a las calumnias de la Casa Blanca contra el socialismo, Alan Woods analiza el terrible costo económico y humano del imperialismo capitalista estadounidense. Señala la clara superioridad de una economía planificada y explica que una transición al socialismo en los Estados Unidos (dadas sus grandes fuerzas productivas) sería mucho más fácil que en países atrasados ​​como era Rusia en 1917, y sería un avance colosal hacia la meta del socialismo mundial.

La semana pasada, se hicieron dos intentos por separado para detener las actividades de Fightback utilizando la violencia y la intimidación. El primer incidente, que involucró a un grupo de unas cinco personas, ocurrió en un evento de Fightback en la Universidad de Carleton, en el que nuestros militantes y asistentes fueron acosados, nuestros materiales fueron arrojados al suelo y pisoteados, y se intentó destruir nuestra bandera. Bajo la amenaza de violencia física, decidimos cancelar el evento. El segundo incidente involucró a varios partidarios de Yellow Vest Canada, un grupo fascista, que hicieron un llamamiento público para interrumpir violentamente un evento nocturno en Toronto. Afortunadamente, este segundo ataque fue cancelado, pero no sin antes recibir la advertencia de que nuestros eventos futuros estarían bajo su objetivo. Presentamos aquí una relación de estos dos incidentes, y nuestra respuesta a los mismos.

En la tercera parte de la respuesta de Alan Woods a la supuesta crítica empírica del socialismo de los asesores de Trump, se aborda la grave y errónea caracterización de las economías nórdicas, Venezuela y la URSS. Alan también refuta la acusación de que el socialismo conducirá inevitablemente a la escasez de alimentos y la ruina económica; y responde a la falsedad de que los socialistas quieren "nacionalizar todo".

La elección presidencial de 2020 ha comenzado. Los cuarenta escaños adicionales que ganaron los Demócratas en la Cámara de Representantes en las recientes elecciones de mitad de período ha hecho aumentar las esperanzas de algunos de ellos. Varios candidatos, entre ellos Elizabeth Warren, Amy Klobuchar, Kamala Harris y Corey Booker, ya han lanzado sus campañas. Bernie Sanders se ha convertido en el décimo candidato oficial, con muchos más por venir, en anunciar su candidatura para la nominación del Partido Demócrata.

En la segunda parte de su respuesta a las calumnias de la Casa Blanca contra el socialismo, Alan Woods aborda la realidad de la vida de los trabajadores estadounidenses bajo el capitalismo. Desde el 2008, los trabajadores han visto dispararse el incremento de la desigualdad, han soportado largas horas en múltiples trabajos y enfrentado a recortes en los servicios esenciales, todo mientras los banqueros parásitos reciben donaciones estatales. El 'sueño americano' está muerto, y el socialismo está alcanzando a un público más amplio.