Europa
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La reunión contra la guerra de las izquierdas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia en Minsk ha sido denominada “la nueva Zimmerwald”. En Zimmerwald, como ya sabéis, hubo una conferencia de socialistas contra la guerra en 1915. Pero, como es bien sabido, los participantes se dividieron entre moderados y pacifistas de “la izquierda de Zimmerwald” (Lenin, Zinoviev, Platten, Hoglund, Radek, Berzin, Borchardt, Nerman). Los firmantes de este comunicado hemos decidido dejar clara nuestra posición, que se podría denominar “la izquierda de Minsk”. La declaración está abierta a firmas de apoyo.

El 8 de junio en Minsk, los representantes de diversos grupos y organizaciones de izquierda de Ucrania, Bielorrusia y Rusia adoptaron la siguiente declaración. Nosotros, los firmantes, apoyamos esta iniciativa, pero con algunas reservas, que enumeraremos a continuación:

Tal declaración hubiese estado bien para un movimiento amplio contra la guerra, incluyendo no sólo a la izquierda. Si esta es la posición de la izquierda, es demasiado moderada.

Primero, la junta de Kiev que comparte al menos ciertas características claves del fascismo, de acuerdo con la clásica definición de Georgi Dimitrov. Ahora, la junta de Kiev es el principal enemigo contra el que debemos de luchar y que ha de ser destruido. Mientras la junta esté ahí, no habrá paz, esto se deduce del carácter político y de clase del régimen de Kiev. Si antes era posible tener la ilusión de que habría una escisión en la oligarquía, los últimos acontecimientos, como el apoyo total del clan de Ajmetov hacia la junta y la perfidia de las grandes empresas de Donetsk con la junta y contra la República Popular de Donetsk (DNR, por sus siglas en ruso), no dejan lugar a dudas. Toda la oligarquía ucraniana como clase está del lado de la junta. Esta formulación no se puede considerar izquierdista. Y este hecho no nos permite mantener la “neutralidad” que emana de ciertos aspectos de la declaración.

Segundo, la izquierda debería apoyar el derecho a la autodeterminación de los pueblos del Donbass. Este derecho se implementó en los referéndums de Donetsk y Lugansk. Y, mientras los referéndums no se llevaron a cabo en condiciones idóneas, esto no fue culpa de la RPD y la República Popular de Lugansk (LC), sino de la junta de Kiev, que hizo todo lo que pudo para evitar que los ciudadanos expresasen su opinión. Al mismo tiempo, esto no significa necesariamente que le estemos prestando apoyo a la dirección política y militar de la DNR y LC. Por supuesto, dada la composición obrera de la región, la izquierda no podía liderar la lucha del movimiento anti-oligárquico y antifascista. Los patriotas pro-rusos estaban mejor organizados que la izquierda, así que se alzaron como dirigentes del movimiento. Esta es una ocasión para la autocrítica de la izquierda, y no de la DNR y LC.

Tercero, para la izquierda rusa, evidentemente, suena políticamente correcto el señalar a Rusia como la primera entre las potencias intervencionistas, pero esto choca contra los hechos. En realidad, apenas hay apoyo ruso, excepto de iniciativas privadas. Acciones recientes de las autoridades rusas dicen más sobre el deseo de abandonar a los rebeldes del Donbass en cuanto les propongan ofertas del tipo de un “pago parcial del gas”. Aquí, Kagarlitskiy está más en lo correcto, cuando dijo que si Rusia fuese una verdadera democracia, los tanques rusos ya estarían en Kiev. El régimen ruso debe ser criticado no por su intervencionismo, sino por la falta de éste, que raya con la traición, que acompañan con una ensordecedora propaganda patriótica y antifascista.

Cuarto, se hace una llamada abstracta al desarme “de los grupos armados”. ¿Qué grupos? ¿Todos, incluyendo al ejército ucraniano y la policía? ¿O sólo una parte? ¿Qué parte? ¿Desarmar a la milicia popular, o reconocerla como la fuerza armada legítima de la DNR y LC y subordinarlas a las autoridades democráticamente elegidas de la república, que se elegirían tras el alto el fuego? Creemos que la última opción aseguraría más libertad y democracia al Donbass que la disolución de la milicia mientras se mantenga la junta de Kiev.

Activistas y simpatizantes de Borotba de 18 regiones de Ucrania

15 de junio, 2014

 

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