¿Qué interés puede ofrecer, en este contexto, la Revolución española de los años 30 del siglo pasado? No en vano, este extraordinario acontecimiento histórico aún reverbera en la memoria de la clase obrera española y en sus luchas cotidianas.

Casi noventa años después de aquellos acontecimientos, la profunda crisis social y económica que atraviesa el Estado español ha desenterrado los viejos demonios de nuestra historia contemporánea. Ahí están el atraso histórico de la economía española y el carácter reaccionario de la burguesía. El viejo aparato del Estado sigue siendo una fuente de conspiraciones reaccionarias. A la polarización creciente entre las clases sociales se suma el desprestigio de la monarquía y el avance de las tendencias republicanas en la sociedad.

Por encima de todo, hemos visto desarrollarse con enorme vigor un proceso masivo de movilizaciones sociales y de organización popular que muestran la voluntad creciente de la clase trabajadora y de la juventud de tomar su destino en sus manos para transformar la sociedad.

Por tanto, el estudio de la Revolución española resulta esencial para aplicar sus lecciones a la realidad actual y evitar los errores del pasado, a fin de contribuir al éxito de la lucha actualmente en curso y armar políticamente a la nueva generación de revolucionarios que luchamos por el socialismo.