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Editorial Lucha de Clases nº86 - En el momento de imprimir esta revista, se anunciaba una subida de precios interanual hasta junio de más de un 10%, la mayor en 40 años. Los patrones se muestran inflexibles tratando de imponer aumentos raquíticos. Estallan luchas obreras, pero cada una de ellas lo hace a espaldas de las demás ¿Qué tareas debe plantearse el movimiento obrero del Estado español en esta situación?

El malestar social por el aumento desbocado de precios está alcanzando el punto de ebullición. Según un estudio de CCOO titulado Precios, rentas del trabajo y pobreza del mes de mayo, la electricidad subió un 30% interanual, el butano y propano un 33% y el gas natural un 19%. El gasóleo un 34% y la gasolina un 24%. El aceite de oliva subió el 36% y otros aceites el 95%, el pan sube un 13%, la pasta un 28%, la carne de ave un 14% y la de vacuno un 12%. La leche sube un 17%, los huevos 25%, el pescado fresco 12%, la fruta 9%, las legumbres y hortalizas el 8%, y los alimentos para bebé un 15%.

¿Cómo están enfrentándose los trabajadores a esta situación?

Hasta el 31 de mayo 5,8 millones de trabajadores recibieron un incremento medio del 2,4%. Pero los restantes 5,6 millones de trabajadores sin convenio firmado tienen 0€ de subida salarial hasta el momento.

Sólo el 26% de los convenios tienen cláusulas de revisión salarial, frente al 70% en 2007, según CCOO. Y aun así suelen tener topes de aumentos máximos del 2,5%, por lo que tampoco recuperan el poder adquisitivo perdido.

Un estudio del diario Cinco Días del pasado 31 de marzo calculaba una pérdida interanual de 20.000 millones en el poder adquisitivo en los salarios hasta el mes de marzo; es decir, 1.754 euros por trabajador. Siendo 1.300 euros el salario más habitual, esto implica trabajar gratis un mes y 10 días. Pero este dinero no se evapora en el aire, va directamente a las empresas que se lucran con el aumento de precios.

Así, según Contabilidad Nacional, los beneficios de empresarios y autónomos (el llamado excedente bruto de explotación y las Rentas Mixtas) crecieron un 12,0% interanual, hasta el primer trimestre de 2022, muy por encima de la inflación interanual actual del 8,7%. Sólo Iberdrola obtuvo un beneficio neto récord de 3.885 millones de euros en 2021. Y este año espera alcanzar los 4.200 millones de euros.

Debemos decir ¡Basta Ya! a esta explotación y saqueo escandaloso contra nuestras familias.

El malestar está expresándose en un incremento de luchas, y cada vez más duras. Según la patronal CEOE, el número de horas perdidas por huelgas en enero-mayo pasó, respecto a 2021, de 6,3 millones a 16,1 millones, y el número de trabajadores implicados de 161.000 a 430.000. En junio, los conflictos se han intensificado. Tuvimos huelgas del metal en Coruña y Álava y la heroica huelga del metal de Cantabria que duró 20 días. Aquí se alcanzó el mayor aumento hasta la fecha (4,5%) con una cláusula de revisión del 65% sobre la diferencia con el IPC real de 2022, reflejando el ambiente de ira. Aunque las direcciones sindicales impidieron ir más allá. Vimos huelgas en Correos y en teleoperadores, cuyo convenio lleva caducado desde 2019 con un salario bruto medio de 800 euros. Empresas importantes, como Mercedes Benz en Vitoria-Gasteiz, también están en lucha, y se preparan otras en aerolíneas como Ryanair y Easyjet, e incluso en el diario El País.

La patronal se resiste a conceder aumentos por encima del 2%-3%, pero necesitamos mucho más. Los empresarios se aprovechan de la dispersión y aislamiento de las luchas y de la inacción de las cúpulas sindicales de UGT y CCOO.

Lo que hace falta es extender y unificar las luchas de todos los convenios a nivel provincial, regional e incluso estatal: convocando los mismos días, y con manifestaciones conjuntas.

Hay que propiciar asambleas en las empresas reclamando a las direcciones sindicales de todos los territorios esta unificación de luchas, y los comités de empresa de cada zona deberían tomar la iniciativa de coordinarse entre sí sin esperar resoluciones desde arriba ¡Son condiciones de vida civilizadas para nuestras familias lo que nos jugamos!

Debemos luchar por reivindicaciones claras, tales como: subida mínima igual a la inflación anual prevista 7,2% con cláusula de revisión salarial que complete el 100% de la diferencia con la inflación real, escala móvil precios-salarios cada 6 meses, nacionalización sin indemnización de las empresas energéticas que concentran la parte mayor del aumento de precios.

Si las empresas alegan falta de recursos para aplicar estos aumentos, que abran sus libros de cuentas para comprobar adónde fueron sus beneficios del último año. Y si no pueden aumentar los salarios o recurren a despidos, que sean nacionalizadas bajo control obrero, sin indemnización salvo a pequeños accionistas sin recursos, e integradas en un plan estatal de producción que atienda necesidades sociales. Frente al capitalismo que nos condena a la degradación, debemos oponer un programa obrero y socialista y unificar las luchas en todas partes.

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