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USA_ocupaWall_StreetLa clase política no puede seguir ignorando el movimiento. Esto no es como el movimiento del conocido Tea Party, la esencia destilada de la histeria reaccionaria de la clase media de la que se han nutrido los republicanos para sus propios fines cínicos.

El miedo de los Demócratas y Republicanos

USA_ocupaWall_StreetEs evidente que el movimiento de Ocupar Wall Street no apoya a los Demócratas ni a los Republicanos, sino que es una protesta contra ambos. La victoria de Obama fue una expresión del disgusto generalizado contra el desacreditado gobierno de Bush y todas sus obras. Millones de estadounidenses creían que iban a votar por el cambio. Pero no ha habido ningún cambio, sólo más de lo mismo. El embalaje es diferente, pero lo que hay dentro es lo mismo. Ha tomado un poco de tiempo para que este hecho se registrara en la conciencia popular. Pero ahora la verdad se ha revelado ante millones de trabajadores, personas pobres y de clase media: ¡Estos partidos y sus dirigentes no nos representan, sino que sólo representan los intereses de los ricos y los poderosos!

Algunos Demócratas están tratando de entrar en la escena, pensando que pueden ganar votos aquí. De ahí que Louise Slaughter del Estado de Nueva York declarara:

"Durante 30 años, la clase media de Estados Unidos ha visto erosionarse su nivel de vida, mientras que el 1% de los más ricos amasaron fortunas que harían sonrojar a los “robber barons” [robber barons, literalmente significa 'barones ladrones'. Hace referencia en lenguaje popular a los especuladores sin escrúpulos que se enriquecieron en EEUU a fines del siglo XIX engañando y estafando a la gente, Nota del Traductor].
 

Pero este es un movimiento popular genuino que está bastante más a la izquierda que los Demócratas. De hecho, muchos de éstos están, probablemente, más asustados que los Republicanos. El presidente de la Convención Demócrata de Connecticut, John Larson, ha dicho: "El silencio de las masas ya no va a ser tan silencioso".

Eso estuvo bien dicho. Pero el Sr. Larson pasa por alto el pequeño detalle de que la protesta popular en las calles está expresando su descontento, no sólo con los Republicanos, sino también con los Demócratas y los políticos de Washington, en general; y un hombre que cabalga sobre el lomo de un tigre, se encontrará en una situación muy difícil cuando pretenda desmontar.

En cuanto a los Republicanos, es natural el odio que le tienen a este movimiento, que es la antítesis de los intereses de las grandes empresas que ellos defienden abiertamente más que nadie. Herman Cain, que está en la carrera de las primarias republicanas, y que es un magnate de la Pizza, intentó difamar al movimiento calificándolo como una herramienta de Obama. "Si ustedes no tienen trabajo y no son ricos, ¡Cúlpense a sí mismos!", dijo el propietario ricachón de la empresa que tiene el apropiado nombre de Pizza El Padrino.

Otro aspirante a presidente Republicano, Newt Gingrich, fue un poco más inteligente, al describir las manifestaciones como una reacción a las políticas de Obama - al rescate de los bancos en particular. Inteligente, pero completamente deshonesto, ya que fue el Republicano George W. Bush, quien inició la política de los rescates bancarios masivos, cargando a Estados Unidos con su actual deuda pública enorme e insostenible.

¡Se necesita un Partido Laborista!

Incluso algunos de los residentes en los rascacielos de Wall Street contra los cuales fue dirigida la ira de los manifestantes expresaron un grado de comprensión hacia las protestas, e incluso una simpatía a escondidas. Un periodista del canal británico Four News le preguntó a un hombre de traje elegante si estaba sorprendido por la protesta, a lo que respondió: "Me sorprende que no haya habido protestas en cada ciudad de los Estados Unidos mucho antes."

He aquí los elementos de una amplia coalición que reúne a todos los explotados, las capas desposeídas y oprimidas de la sociedad. Y el líder natural de esta coalición es, y debe ser, la clase obrera organizada.

Al menos 39 sindicatos y organizaciones sociales se unieron a la marcha del miércoles en Nueva York, incluyendo a grupos como MoveOn.org y la Coalición de Personas sin Hogar. Pero, desde lejos, los más poderosos fueron los sindicatos: la Federación Unida de Maestros, el sindicato de telecomunicaciones (Communication Workers of America), el sindicato de los trabajadores del automóvil y afines (United Auto Workers), el Sindicato de Trabajadores de Salud, la Unión de Empleados Públicos DC37, y muchos otros.

Esto representa una fuerza potencialmente poderosa para el cambio. Pero debe ser organizada y movilizada. Otros sindicatos clave han apoyado oficialmente las protestas de Ocupar Wall Street, como la Federación sindical AFL-CIO, el sindicato de trabajadores de servicios (SEIU), y el Sindicato de Camioneros. Este es un importante punto de partida. Pero no es suficiente.

Ha llegado el momento de que el movimiento obrero de EE.UU. rompa todos sus vínculos con el Partido Demócrata, que es sólo la bota izquierda de las grandes empresas. Ha llegado el momento de crear un partido obrero independiente basado en los sindicatos, lo que atraerá bajo su bandera a todas las fuerzas vivas de la sociedad estadounidense. La Campaña por un Partido Laborista de Masas (CMPL) señala el camino a seguir y está trabajando para aumentar esta idea en los sindicatos. No se deben escatimar esfuerzos para difundir la Campaña y plantear esta idea en cada pueblo y ciudad, en cada fábrica, lugar de trabajo, escuela y sindicato local.

Lo que estamos viendo en las calles de Nueva York es el comienzo de un cambio radical en la sociedad y la política estadounidense. Lo que se necesita es un partido que pueda organizar, unir y galvanizar los sentimientos y aspiraciones de las masas y les proporcione un vehículo que puede poner fin al actual estado de cosas intolerable y reconstruir la sociedad desde abajo hacia arriba.

Se puede objetar que los manifestantes de Nueva York no tenían un programa claro para cambiar la sociedad. Eso puede ser cierto. Pero ¿De dónde se cree que puede conseguirse un programa así? Las masas, ya sea en los EE.UU. o en cualquier otro país, no aprenden de los libros, sino sólo de la experiencia. ¿Y quién puede dudar de que el pueblo de Estados Unidos está aprendiendo, y lo hace rápidamente?

Tal vez las personas que se manifestaron ayer no sabían exactamente lo que querían. Pero saben muy bien lo que no quieren, y eso es un hecho muy importante. Estamos siendo testigos de un giro importante en la situación a escala mundial. Desde Túnez a Egipto, desde Madrid a Atenas, en un país tras otro, las masas están entrando en el escenario de la historia.

No es un caso de tal o cual país. Lo que estamos viendo es una crisis global del capitalismo que, como la noche sigue al día, debe expresarse como un movimiento mundial en dirección a la revolución. Las causas de estos movimientos son muy similares, si no idénticas.

Es el mismo espíritu que mueve a las masas, el mismo sentimiento de ardiente indignación, la misma sensación de que lo que tenemos ahora es intolerable, no merece existir, debe ser derrocado y será derrocado.

El compañero de Boston se pregunta: "¿Somos la chispa que enciende un fuego? ¿Lo hemos iniciado ya?”. Una mujer de mediana edad de Nueva York y, obviamente de clase media, le dijo ayer a un reportero de la BBC: "Necesitamos otra revolución norteamericana". Esa es la manera en que se desarrolla la conciencia. Es la voz del futuro. Todo lo demás es sólo el pasado.

6 de octubre de 2011

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