Europa
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Veintidós personas han sido asesinadas y 59 resultaron heridas en el ataque terrorista más mortífero en suelo británico desde los atentados de Londres del 7 de julio de 2004. El ataque a un concierto-pop en el Manchester Arena, llevado a cabo por un único atacante suicida, fue deliberadamente programado para atacar a miles de personas, incluyendo muchos niños, que comenzaban a abandonar el lugar a las 22:35. Un número de niños y adolescentes ya se sabe que están entre los muertos y desaparecidos.

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No hay palabras suficientes para condenar este acto repugnante y depravado de asesinato en masa. Mientras que el cobarde atacante logró escapar de las consecuencias de su crimen haciéndose volar a sí mismo, las familias de sus víctimas se enfrentarán ahora a toda una vida destrozada. Les ofrecemos nuestras más sinceras condolencias y enviamos nuestros mejores deseos a los heridos y traumatizados por el ataque.

En el momento de escribir, la identidad del atacante no ha sido revelada pero el ISIS ha reclamado la responsabilidad del ataque. Si esta afirmación es verdadera o simplemente un ejercicio cínico de relaciones públicas todavía está por verse, pero lo que está claro es que se trató de un ataque terrorista planeado, diseñado para cobrarse el máximo número de vidas inocentes. Nos solidarizamos con Manchester y no tenemos más que desprecio por los perpetradores y defensores de estos actos imperdonables.

Muchos "líderes mundiales" ya han presentado mensajes de apoyo. Hablando desde Belén como parte de su gira por la región, Donald Trump también ha condenado el ataque, hablando de una "ideología maligna [que] debe ser completamente borrada". Esas palabras son huecas hasta el extremo en un hombre que hace sólo unos días firmó un acuerdo de 110.000 millones de dólares para vender armas al Estado saudí, centro y fuente de la ideología wahabista que forma el credo común de grupos como ISIS, Al Qaeda y los talibanes.

¿Cómo se puede borrar este mal cuando nuestros líderes alimentan y participan en su proliferación en Oriente Medio y en el mundo? Nos gustaría hacer esta pregunta a Theresa May, cuyo gobierno ha participado en la carnicería de Yemen y Siria, mientras firmaba su propio multimillonario acuerdo de armas con el estado saudita. Está claro que para los gustos de May y Trump, cuando se trata de ganar dinero, los intereses de la paz y la estabilidad vienen en un segundo orden. La visión de los Tories para la Gran Bretaña post-Brexit es la de un comerciante global de armas. Por lo tanto, su visión para el mundo debe ser una nueva devastación en el extranjero y ataques contra civiles inocentes en casa.

Cuando miles de personas mueren en ataques aéreos en Irak y Siria, o cuando países como Pakistán sufren atentados suicidas casi diariamente, los líderes de Occidente no tienen nada que decir e incluso celebran la carnicería (como en el caso de Mosul, por ejemplo). Claramente, en la mente de hipócritas como Trump y May, las vidas de los muertos por el imperialismo y sus aliados no son iguales a las muertes por terroristas en sus propios países.

En verdad, los terroristas y la derecha siempre se hacen el juego unos a otros. Al igual que después de los repugnantes ataques en París y Niza, los gobiernos usan estos ataques como pretexto para aumentar el espionaje, la discriminación y la opresión de los trabajadores musulmanes en particular, mientras que los fanáticos rabiosos se sienten con derecho a vomitar su bilis tóxica ante la opinión pública. A su vez, este aumento de la retórica odiosa y de las medidas opresivas contra los musulmanes de a pie sólo sirve para alimentar la ira y el resentimiento del que dependen grupos como el ISIS.

Ya la celebridad fanática, Katie Hopkins, que vive por todo lo alto de propagar el odio contra los musulmanes y los pobres, ha tuiteado: "Necesitamos una solución final". Es más que una coincidencia que la terminología de Hopkins sea un reflejo exacto de la de los nazis. Ellos, como ella, dependían del temor de algún "enemigo enemigo interno". Aquellos que defienden y organizan atrocidades terroristas deben frotarse las manos con alegría cada vez que prominentes derechistas abren la boca.

En su declaración de esta mañana, May dijo que "nuestros valores prevalecerán".Debemos ser claros: nuestros valores son los de los trabajadores, de todas las religiones y etnias, que transportaron, alimentaron y cuidaron a las víctimas heridas y traumatizadas durante toda la noche. Los nuestros son los valores democráticos y socialistas de la clase obrera internacional, no los valores hipócritas y reaccionarios de Hopkins, May, Trump y sus amigos entre los dictadores del mundo. Es sobre la base de estos valores que estamos en completa solidaridad con Manchester, y en oposición no sólo al terrorismo, sino al sistema que lo produce.

Por esta razón, no creemos que Corbyn ni la izquierda deban dudar en explicar las razones del flagelo del terrorismo y los medios por los cuales podemos evitar nuevos ataques. Que todos los partidos hayan suspendido la campaña hoy como una señal de respeto por las víctimas y sus familias afligidas es comprensible, pero en los próximos días, los Conservadores y sus propagandistas pagados en los medios harán todo lo posible para usar esta tragedia para apuntalar a May y su "gobierno Conservador fuerte y estable".

Incluso hoy, mientras todos los partidos han suspendido formalmente la campaña, el despreciable diario The Sun se ha hundido aún más bajo con una nota, publicada esta mañana, que comienza, "Para el Laborismo [el atentado] no puede ser más condenatorio. Los inocentes fueron asesinados específicamente porque Jeremy Corbyn y John McDonnell sucumbieron al IRA". Este repugnante intento de asociar al Laborismo con actos terroristas fue seguido rápidamente de una nota que defendía al "equipo" de May contra los "aullidos de la izquierda ante cualquier intento de recortar costes o gastar dinero más sabiamente".

En realidad, los Tories nunca dejaron de hacer campaña y buscarán inevitablemente ganar más en los próximos días, cuando May intente jugar a la líder "fuerte y estable". Para ellos hay demasiado en juego. Mientras más tiempo detengan a Corbyn, más grande será el vacío para que sea llenado por odiosos reaccionarios, y más la prensa de derecha lo retratará como un débil simpatizante-terrorista, una amenaza "peligrosa" para el país.

Corbyn puede y debe demostrar que realmente hay una alternativa a los males gemelos del terrorismo islamista y de la demagogia de derecha: una alternativa basada en la unidad de los trabajadores del mundo en la lucha contra el capitalismo. Es en la creencia firme en esta alternativa que ofrecemos nuestras condolencias y solidaridad a las víctimas del ataque de Manchester, y luchamos para acabar con el horror del capitalismo para siempre.

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