Un proceso revolucionario, como cualquier clase de combate, conoce diferentes alternativas. El fracaso o la falta de decisión de uno de los contendientes determinan en gran medida el resultado final. El fracaso de la sublevación de Kornílov en agosto dio un poderoso impulso a la radicalización de las masas, originando un movimiento en sentido contrario que se tornó aun más poderoso no sólo por la derrota física temporal del adversario, sino por las lecciones sacadas del conflicto.

 

Existe el reduccionismo en sectores de la izquierda de contemplar la Revolución Rusa de 1917 como una sucesión de acontecimientos que evolucionan indefectiblemente hacia una situación donde, de manera casi irremisible, un Partido bolchevique unido se hizo con el poder esperando oportunamente su ocasión, como si tuviera un plan preestablecido. Pero en las auténticas revoluciones no hay nada parecido a un plan preestablecido que se lleve hasta el final.

Las tareas inmediatas de la revolución rusa eran de carácter democrático-burgués: instaurar una república democrática que pusiera las bases para un desarrollo avanzado de la industria y la cultura. Pero la burguesía rusa, débil, había llegado tarde al desarrollo histórico, constreñida en su avance por las burguesías más fuertes de Europa y Norteamérica.

 

Los dirigentes socialistas conciliadores, mencheviques y socialrevolucionarios, participantes en el gobierno de unidad nacional con los partidos burgueses, fomentaban la idea entre su base social de que la continuación de la guerra contra los imperios centrales era para salvaguardar las conquistas de la Revolución de Febrero. Aceptando esto, el soldado entendía la guerra como defensiva: "mientras el gobierno no consiga la paz habrá que defenderse". Estaba instalada la idea de "no más ofensivas", con la perspectiva de una paz general.

 

Este año se cumple el centenario de la Revolución Rusa: el acontecimiento más importante habido en la historia de la humanidad hasta la fecha. Por vez primera, dejando a un lado la experiencia efímera pero gloriosa de la Comuna de París, millones de oprimidos derribaron a sus opresores y se propusieron edificar una sociedad justa, igualitaria y verdaderamente humana, una sociedad socialista. Para conmemorar este gran acontecimiento, Lucha de Clases publicará una serie de artículos a lo largo del año, que seguirán cronológicamente las etapas más relevantes de la Revolución Rusa.

 

Mayo de 1917 fue un mes de transición entre las luchas de masas que se habían desencadenado en abril y las que vendrán posteriormente en junio y julio. Pero no fue sólo eso, inmerso en un período tan excepcional, no pudo ser un mayo cualquiera.

1917 WomenCada año, el 8 de marzo, el día internacional de la mujer es celebrado en todo el mundo. En nuestro tiempo se trata esencialmente de un día de sensibilización y de recuerdo de la opresión vivida por estas últimas. Este año, este día tenía un significado particular, ya que se trataba igualmente del aniversario del comienzo de la revolución rusa de 1917. En efecto, pocas personas saben que el 8 de marzo de 1917, las mujeres dieron el banderazo de salida de la revolución. Ese fue el comienzo de un proceso revolucionario que iba a llevar a la clase obrera rusa al poder, permitiendo avances espectaculares para las mujeres