Huelga de estudiantes el 25 y 26 de Febrero

Esto supone un empeoramiento de la calidad de la enseñanza, al recortar en un año, hasta sólo 3, la duración ordinaria de una carrera universitaria. Al mismo tiempo, encarece bastante las matrículas para todo estudiante que quiera acceder al nivel de formación de una antigua licenciatura, al tener que hacer ahora dos años de los costosísimos másters, en vez del único año que era necesario con la última reforma, lo que ya de por sí era elitista y selectivo.

Con el 3+2 que propone ahora el PP, el precio medio de una carrera puede subir de los 10.000€ a los 14.000€, o más. Hay que recordar que con Bolonia ya se produjo un incremento de unos 5.000€ de media.

El gobierno defiende esta reforma, alegando que supone una mejor adaptación al mercado laboral de los estudiantes al finalizar sus carreras. Este argumento tiene lógica, si entendemos que el Partido Popular durante estos años de gobierno lo que ha hecho ha sido precarizar el mundo laboral, con lo cual ahora toca bajar la calidad de las titulaciones universitarias para ampliar la mano de obra barata para las empresas. Los másters serán más caros y más largos, haciendo que a los hijos de los trabajadores nos sea mucho más difícil acceder a ellos. Esto supone, como hemos dicho, un recrudecimiento de la elitización de la enseñanza.

El Sindicato de Estudiantes (SE), en respuesta, ha convocado una huelga estudiantil los días 25 y 26 de febrero, seguida de otra posterior movilización a fines de marzo.

Es necesario movilizarse desde todo el conjunto de la comunidad educativa para parar esta nueva contrarreforma social. Ahora bien, lo que tenemos que preguntarnos es si los métodos que han utilizado los compañeros de la dirección del SE permiten esto. Los compañeros de la dirección del SE, desgraciadamente, han convocado la huelga en solitario sin apelar previamente a un frente único con el resto de organizaciones educativas y asociaciones estudiantiles, teniendo en cuenta, por ejemplo, la poca presencia del SE en las universidades. Este comportamiento ha generado un mal ambiente entre el movimiento estudiantil y está entorpeciendo el éxito de la lucha.

Hay que luchar por un movimiento sindical de estudiantes unido, en colaboración con el movimiento sindical, asociaciones de madres y padres de alumnos, Marea Verde y, en definitiva, apelando al apoyo del conjunto de la sociedad, tal como hicieron los profesores en Baleares a comienzos del curso anterior.