Análisis Político
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Anguita_Ateneo_primavera-12El compañero Julio Anguita publicó el pasado 22 de junio el Manifiesto Somos mayoría, donde llama a una convocatoria destinada a “constituir un referente de poder ciudadano (…)

Anguita_Ateneo_primavera-12"Un Frente Cívico que teniéndose a sí mismo como referente, abra paso a una situación de plenos derechos económicos y políticos junto con unas relaciones personales y sociales fundamentadas en la ética cívica”. [1]

El compañero propuso la constitución en todo el Estado español de este Frente para desarrollar un programa, proponiendo él mismo diez puntos iniciales a desarrollar en los debates que se realicen en todas las zonas.

Por ejemplo, algunos de estos puntos iniciales son: Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 1.000 euros al mes. Desempleo, Pensión mínima y Renta Básica de la misma cuantía. Reforma Fiscal progresiva y lucha contra el fraude y los paraísos fiscales. Nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos de la economía…

Varios de estos puntos fueron aprobados en la Convocatoria Social estatal que IU realizó el pasado octubre, o bien han formado parte del programa tradicional de IU. Es un programa cuya puesta en vigor sin duda mejoraría sustancialmente los niveles de bienestar.

Lecciones del 15M

 En su texto, el compañero Anguita habla de “mayoría”, pero se cuida de usar los términos “trabajador”, “empresario”, “capitalismo”... Creemos que no es algo casual.

Ante lo que él mismo define en su escrito como una “desideologización” existente, parece que el compañero intenta captar la atención de un sector de la sociedad que ha entrado en política en el último periodo con el 15M. Pero, concediendo que haya tal desideologización actual (cosa que hay que relativizar bastante) ¿Es tan bajo el nivel de conciencia como para que sea imposible emplear un lenguaje de clase sencillo? ¿Son estos “nuevos” jóvenes urbanos el “sujeto principal” en el que tenemos que basarnos, que debe determinar los principales mensajes y propuestas que lanzamos a la mayoría de la sociedad?

Desde nuestro punto de vista, el 15M indicó el despertar abrupto de una generación que entró en política, que lucha por transformar lo que no quiere en un contexto muy concreto: más de cuatro años de recesión y estancamiento económico del capitalismo. Al mismo tiempo, el momento en el que se dio el nacimiento del 15M es uno donde los dirigentes de los partidos de izquierda y sindicatos mayoritarios aparecen más alejados que nunca de las aspiraciones y del día a día que vive la clase trabajadora y la juventud.

Debido a la exagerada dedicación de su dirección a la política institucional, la ausencia directa de IU (y de otras organizaciones de izquierda) de la dirección del 15M dio lugar al desarrollo de ideas confusas en dicho movimiento del tipo “no somos ni conservadores ni progresistas”, dándose una contradicción grande: millones se movilizaron ante una crisis evidente del capitalismo cada vez más clara para las masas, pero muchos de los que dirigían la movilización (en algunos lugares, colectivos organizados de anarquistas y grupos de derechas) en los hechos supusieron un freno objetivo a la hora de sacar conclusiones más avanzadas.

A pesar de ello, una nueva generación brotó a la lucha con el 15M, capas más veteranas de luchadores reverdecieron, muchísimos activistas sacaron preciosas conclusiones de su participación en estas movilizaciones. Todo ello fue muy positivo. De hecho, la mayor parte de lo que queda organizado del 15M, y eso es muy positivo, en febrero y marzo sacó la conclusión de que no podían permanecer ajenos a las grandes movilizaciones convocadas por los sindicatos.

Desideologización y toma de conciencia

 En Somos mayoría se expresa la siguiente idea:

“La tremenda paradoja, la inquietante contradicción consiste en comparar la gravedad de la situación y la ausencia de sujeto social capaz de abordarla y superarla”. Se necesita un soporte cívico democrático, de valores alternativos, firme, con voluntad de acometer el proceso de saneamiento económico, político y ético que la realidad demanda; y sin embargo esa fuerza no existe por ahora; existe en potencia pero no en acto”. (El subrayado es nuestro).

La izquierda lleva décadas discutiendo acerca del concepto de “sujeto social” y el compañero Anguita es conocedor de muchos de estos debates. Desde nuestro punto de vista, como afirma el marxismo, sí hay un sujeto social (de hecho, el único) que puede afrontar y superar la situación actual, que es la clase trabajadora y que, de hecho, numéricamente es hoy más fuerte que nunca en la historia por el número y papel que juega en la sociedad. Otra cosa diferente es qué “fuerza” política o movimiento (“soporte cívico democrático” lo llama Anguita) dirige a la clase trabajadora, que constituye la segunda proposición del párrafo anterior.

Que la crisis del capitalismo, a pesar del conservadurismo de los dirigentes políticos y sindicales, está acentuando la lucha de clases y acelerando objetivamente el proceso de toma de conciencia, es algo que está pasando delante de nuestros ojos. Entresacamos la frase de un enfermero de Málaga que aparece en esta publicación sobre una asamblea en su hospital: [2]

“…En la Asamblea de hoy del hospital, cuando se levantó aquel médico pidiendo la UNIDAD de todos los trabajadores, fuesen enfermeros, ayudantes, médicos…, eso no lo he visto yo en 34 años de trabajo allí (…)”.

Nosotros afirmamos que en centenares de centros de trabajo, si no miles, está produciéndose situaciones parecidas y una nueva capa de trabajadores está empezando a participar en procesos de lucha que, objetivamente, están afectando a su toma de conciencia como clase, empezando a entender el papel que juegan como colectivo; es decir, utilizando la expresión que usa Marx: están empezando a ser “de clase en sí a clase para sí”.

En Europa, tenemos en la mayoría de los países a unas direcciones sindicales y políticas que miran hacia el pasado de la concertación social, del parlamentarismo y del viejo institucionalismo, buscando resolver problemas con esas herramientas que ya no valen. Bertolt Brecht expresó en una frase sencilla una idea bastante profunda que expone un aspecto de la naturaleza del periodo actual: “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.

En cambio, los marxistas de LUCHA DE CLASES pensamos que los compañeros que nos reclamamos del marxismo (como el compañero Anguita) no podemos renunciar a una explicación del mundo que lleve a un programa y consignas con un carácter claramente socialistas.

Clase contra clase

 Creemos que el compañero Anguita abusa del uso del término “ciudadano”, lo que para un marxista (y más en la época actual) es algo equívoco: tan ciudadana es Esther Koplowitz o Esperanza Aguirre como una jornalera de la fresa en Huelva o una secretaria en la administración pública ¡Pero tienen intereses muy diferentes! Unas forman parte de la clase capitalista (y de sus representantes directos políticos) y otras forman parte de la clase trabajadora, manual o intelectual, urbana o agraria, que ahora como clase está llegando de una manera cada vez más profunda y real a la asimilación de su identidad de intereses como clase, frente a la convicción cada vez más palpable de su oposición irresistible a la clase capitalista.

Anguita sí habla en Somos mayoría de los desórdenes sociales que provocan “los mercados” que dominan a la sociedad. La verdad sea dicha, todo el mundo habla de “los mercados”, en primer lugar los medios de comunicación de masas burgueses, precisamente para oscurecer el principal conflicto existente hoy en día: la contradicción de intereses total existente entre la clase trabajadora y la capitalista. Pretenden dar una idea confusa, de un poder extraño, impersonal, que nadie conoce. Cuando El País le preguntó por “los mercados” a Cayo Lara, nuestro coordinador de IU, éste respondió con un discurso de clase más sencillo y, al mismo tiempo, más profundo y real que el de Somos mayoría:

“¿Quiénes son los mercados? Es que yo quiero poner nombres y apellidos a los mercados. Vamos a ver quiénes son. Vamos a ver si son las 1.440 personas que controlan el 80% del PIB de España. A ver si los mercados son esos señores de la banca que se retiran y les dan 80 millones de euros. O los banqueros que han ganado 17.000 millones de euros en 2009, en plena crisis, a costa del sufrimiento de la pequeña y mediana empresa. A ver si son los que están cogiendo dinero al 1% en el BCE y se lo están vendiendo al 9% a Grecia. Son los que están especulando con el dinero de todos. Aquí hay un poder financiero tan importante que tiene más poder que los Estados (…) Hay dos salidas posibles hoy a la crisis. O los que se han enriquecido aportan recursos para una salida social, o se sale con el sufrimiento de los trabajadores y las clases populares”. [3]

En Somos mayoría la exposición del “qué” está sucediendo aparece resumida con elocuencia. Ahora bien, para los marxistas, hay que responder a más preguntas que son igual, o más importantes. Se trata del “por qué”, del “cómo”, “de qué manera”. La ventaja de la exposición de Cayo Lara (sobre la que creemos que, a su vez, hay que profundizar), con un punto de vista de clase, es que responde más claramente a estas preguntas.

La Constitución y las leyes

En la primera parte del documento Somos mayoría, Anguita habla de la necesidad del “Desarrollo de los contenidos de los Títulos Preliminar y VII de la Constitución”. En su segunda aportación, (Somos mayoría II), Anguita defiende: “el Poder, es decir el conjunto de intereses económicos que han medrado y medran en perjuicio de la mayoría, se mantienen y acuerdan en franca violación de la Constitución de 1978. Cuando una oligarquía deja en suspenso y conculca la legislación y los principios que dice defender, la mayoría lo tiene fácil: exigir que se cumplan las leyes”. 

Esto nos recuerda muchas de las intervenciones del compañero cuando era coordinador general de IU, cuando quizás de una forma irreal y exagerada planteaba que se podía llevar adelante el programa de IU dentro de la Constitución actual.

El compañero Anguita conoce sin duda lo que se dice de Solón de Atenas, compilador de la Constitución ateniense que “comparó las leyes a meras telas de araña, que rompe cuando quiere el fuerte y poderoso, mientras que la sufren los débiles con todo su rigor” ¿Encontró alguna vez el compañero alguna dificultad para que un grupo de jóvenes entendieran este ejemplo, sencillo, maravilloso y con un contenido de clase claro, de lo que significan las leyes en una sociedad de clases? ¿No conecta esto mejor con lo que ya viven a diario los trabajadores en sus empresas cuando NO se aplica el convenio, o cuando NO reclaman por el cumplimiento de la ley porque carecen de dinero para un abogado o con el hecho de que son los potentados los que se llevan las subvenciones agrarias en Andalucía porque disponen de legiones de abogados y economistas para ello mientras que el pequeño propietario carece de ellos? ¿No hay que alzarse sobre estos ejemplos que ya nos suministra la vida diaria, a millones, para ir más allá y desmontar todos los mitos sobre la santidad de las leyes, incluida la de la sacrosanta Constitución que en septiembre se enmendó a golpe de Decreto?

De hecho, después de escribir Somos mayoría, Anguita, en una entrevista en la prensa, explica muy bien “por qué” todos los ciudadanos no compartimos los mismos intereses y cómo hasta las leyes más sagradas se supeditan a quienes detentan el poder:

“En política, lo único importante es la correlación de fuerzas. La política es fuerza, no cantos angélicos (…) Es lo mismo que hace el Santander o el BBVA y yo ni me asusto ni lo denuncio. Hablar de la justicia o la objetividad de las normas es hablar de algo que no es cierto. La Constitución la manejan quienes tienen el poder”. [4]

Esto es lo que Anguita ha explicado muy bien en decenas de ocasiones y está mucho más claro que Somos Mayoría. Entonces ¿Qué pretende el compañero Anguita con Somos mayoría?

Quienes detentan el poder tienen un nombre, son los capitalistas: bancos, grandes empresarios, multinacionales… Los “ricos”, si se quiere emplear una fórmula un tanto genérica. Pero, así y todo, en nuestra experiencia, eso es fácilmente entendible para chicos de 15 o 16 años en los institutos. Entonces ¿Por qué esforzarse en rebajar el nivel de comprensión de millones de personas que todos los días ven la crisis del capitalismo en cuanto encienden la pantalla de la TV?

Tomemos un solo dato de la realidad. Por ejemplo, en febrero pasado, por primera vez en 35 años, las rentas del trabajo (17 millones de asalariados junto con la mayoría de más de 5 millones de parados) representaban menos en el reparto de rentas global que las rentas del capital (menos de tres millones de capitalistas) en el conjunto del Estado español.

Nosotros vamos con este dato (no ya a una asamblea de trabajadores) sino a cualquier asamblea o reunión de jóvenes en un instituto o facultad, y explicamos: “¿Es esto justo? ¿Hay dinero para mantener y mejorar nuestro estado del bienestar? Sí, hay un montón, lo tienen los ricos, ahí están los datos”. Creemos que es muy fácil y sencillo, con tres o cuatro datos que nos proporciona la realidad, y basándonos en la experiencia que tiene la inmensa mayoría de la sociedad (que es la clase trabajadora) elaborar un discurso de carácter socialista que conecte con nuestro auditorio en este momento. AQUÍ ponemos un ejemplo.

Hay que explicar más cosas. El programa que propone Anguita (como el de IU) es un primer paso. Pero hay que decir que los ricos, los capitalistas españoles, ya están sacando su dinero del país por valor de decenas de miles de millones de euros. Ante la crisis de sobreproducción capitalista, no tienen garantías de que invirtiendo en nuevas industrias vayan a recuperar sus inversiones. Esto está sucediendo ya, delante de nuestros ojos, y hay que explicarlo.

El compañero Anguita ha hablado de que la “economía” no puede estar por encima de la “democracia”. Esto sigue siendo un tanto genérico, pues hay diferentes tipos de “política económica” y nuestra “democracia” es bastante mejorable... Hay que ser más concretos, hablando de lo que está sucediendo hoy en día. Creemos que tiene que ver más con la realidad decir "las políticas económicas pro-capitalistas no funcionan y esta democracia es un sucedáneo, con leyes que protegen a los poderosos. Frente a la anarquía del capitalismo que cierra fábricas cuando hay necesidad, hace falta planificar la economía, para el servicio de la inmensa mayoría, formada fundamentalmente por la clase trabajadora".

Habrá una democracia económica auténtica si ésta consiste en que se pueda planificar la economía; pero no se puede planificar lo que no se controla, y no se puede controlar lo que no se posee.

Si los empresarios no invierten, el único que tiene posibilidad de hacerlo es el Gobierno, el Estado, planificando la economía con la participación y con el control democrático por parte de los trabajadores, empezando con las “empresas estratégicas” como planteó Anguita y la Convocatoria Social de octubre de IU, y siguiendo por las del IBEX-35. Así se combatiría el arribismo y burocratismo, la mala gestión y el caos. [6]

Sobre lo "viejo y lo nuevo"

El Estado español no va a ser una excepción con respecto a los procesos que hemos visto en los países donde más se puso contra las cuerdas a los representantes del sistema capitalista en Europa: la movilización de la inmensa mayoría de la sociedad encabezada por la "vieja clase obrera" como en Francia, en el otoño de 2010; o en Grecia, en los últimos años. 

En Público diferentes sociólogos, comentando el ascenso del SYRIZA, el Front de Gauche en Francia, o IU, opinaban diferente al compañero Anguita en lo que respecta a la “desideologización” existente:

"La sociedad está "repolitizándose" (…) En Francia es la primera vez desde 1981 que un partido de este perfil ideológico sobrepasa la barrera del 10% de sufragios (…) La coalición que lidera Mélenchon obtuvo casi 4 millones de votos (11,1%) frente a los resultados del PCF en 2007, que logró poco más de 700.000 votos (1,93%). [5]

¡Y qué decir de la subida del SYRIZA, que pasó en dos meses de poco más del 8% en las encuestas al 26%! Después de un año de diferentes movilizaciones, fuera y dentro del 15M, todo esto se ha empezado a concretar políticamente: ese es el trasfondo del brusco incremento de votos hacia IU. Hay una búsqueda de una explicación de cómo funciona la sociedad actual y de una clara alternativa a la misma. Tenemos que mirar al futuro con optimismo y ofrecer una clara alternativa al estado de cosas actual y, para ello, no tenemos nada que ocultar. Tenemos las mejores ideas, las del socialismo y del marxismo que deben, en este sentido, emplearse.



[1] Las propuestas de Julio Anguita se pueden ver aquí: http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/06/somos-mayoria.html . Luego, el 3 de julio de 2012, Anguita sacó la segunda parte de este documento, donde aclaró algunos aspectos del primero: http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/07/empezamos-caminar-somos-mayoria-ii.html , al mismo tiempo que dio a conocer algunas asociaciones y movimientos promotores del Frente: el colectivo Socialismo 21, algunos miembros de ATTAC y las Mesas de Convergencia.

[2] Se refiere al nuevo número impreso de LUCHA DE CLASES, el nº 5

[3] http://www.elpais.com/articulo/espana/Zapatero/rodillas/bancos/elpepunac/20100516elpepinac_10/Tes

[4] http://voces.huffingtonpost.com/blackberry/p.html?id=1619490

[5] http://m.publico.es/438012

[6] Para ver los puntos básicos del programa actual que proponemos desde LUCHA DE CLASES, Ver AQUÍ .

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