Análisis Político
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El decreto antidesahucios: ¿Un rescate a los trabajadores o a los grandes tenedores de vivienda? - El martes 22 de diciembre se llevó a cabo la aprobación del nuevo decreto contra los desahucios durante el periodo del estado de alarma. Si uno lee el título del decreto, podría pensar que es todo éxito del gobierno de coalición, pero si analizamos el decreto veremos cómo al final la prioridad no es rescatar a los más desfavorecidos, sino de evitar un estallido social y las pérdidas millonarias de los grandes tenedores de vivienda.


UP desahucios

Celebración de Podemos por la aprobación del decreto

Una medida escandalosamente insuficiente.

El decreto, a priori, contiene una parte positiva que es la supresión de los desahucios hasta el 9 de mayo. Sin embargo, la medida es, de hecho, insuficiente, ya que contiene muchas limitaciones y la más grande es que solamente afecta las viviendas pertenecientes a personas jurídicas o a personas físicas titulares de más de 10 viviendas y que las personas que las habitan sin título se encuentren en situación de vulnerabilidad económica. Además, sólo queda reservada esta posibilidad si no hay una alternativa habitacional y que la persona sea víctima de violencia de género, dependiente o que en la casa viva alguna persona dependiente o menor de edad. Entonces, teniendo en cuenta que los grandes inversores inmobiliarios controlan sólo el 7% de las viviendas totales1 destinadas al alquiler y la gran cantidad de viviendas sin contratos de alquiler, sobretodo, de pequeños propietarios, podemos afirmar que el decreto deja de lado a buena parte de la población que habita en una vivienda de cuyo propietario no tiene más de 10 viviendas, aunque cumpla todos los demás requisitos.
Claramente, no podemos dar por bueno ni siquiera la parte más progresista del decreto. Además, si uno observa lo que están llevando a cabo en otros países, vemos que va en línea con lo que están haciendo otros gobiernos conservadores como el de Donald Trump o Angela Merkel. Por ello, no podemos atribuirlo como un éxito del gobierno de coalición esta parte progresista y mucho menos cuando, aún teniendo en vigor la moratoria durante la pandemia, en España se han producido durante el segundo y tercer trimestre, 8.067 lanzamientos derivados tanto por el impago de hipotecas (1.864) como por el impago del alquiler (6.203), según estadísticas del Consejo general del Poder Judicial (CGPJ). 2

Victoria de los grandes tenedores de viviendas.

Durante la elaboración del decreto hemos visto como Unidas Podemos y el PSOE tenían fuertes discrepancias en cuanto a la compensación a los grandes tenedor de viviendas, que según el decreto, son los que tienen en propiedad más de 10 viviendas. Mientras que Unidas Podemos tenía la presión de la calle, el PSOE tenía la presión de los bancos y especuladores. La situación se resolvió cuando el PSOE aceptó que el decreto se contemplara la prohibición de cortar los suministros básicos (agua, luz y gas) a las personas en situación de vulnerabilidad social. De esta forma, Unidas Podemos podría aferrarse a esta medida como una justificación de su papel dentro del gobierno.

Pero quien sale victorioso de esta disputa es el PSOE y, por tanto, los grandes tenedores, que serán beneficiarios de una compensación que consistirá en el precio medio de alquiler del entorno en el que se ubique el inmueble, la cual, será determinada a partir de los índices de referencia más los gastos corrientes asumidas y acreditadas por el arrendador, por el período que media entre la suspensión del desahucio y su levantamiento. Esto significa que los trabajadores, de forma indirecta, pagarán esta compensación, ya que son el pilar tributario del Estado y este, incrementará su deuda para que los grandes tenedores no vean afectados buena parte de sus beneficios, que han generado con precios del alquiler totalmente abusivos. En concreto, los bancos, que han explotado las miserias más vergonzosas y terribles de la clase trabajadora en acaparar viviendas gracias a los desahucios y con el pago de la deuda contraída con la hipoteca que no queda anulado después de que el banco se quede la casa.

Existen cuestiones que tampoco quedan contestadas en el decreto y una de ellas es si la deuda de los meses impagados por parte del inquilino con el propietario queda intacta si este último recibe la compensación. De esta forma, se generaría una situación donde el propietario no sólo estaría manteniendo buena parte de los beneficios, sino que, además los incrementaría a medida que el inquilino una vez desahuciado pueda empezar a hacer frente a la deuda.

IPREM mensual

También se podría entrar a analizar cómo se calculan las situaciones de vulnerabilidad, ya que si hacemos una pequeña investigación, se puede observar que en materia económica se tiene como referencia el “Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples” (IPREM) y este lleva estancado prácticamente una década. Esto quiere decir que con la subida del salario mínimo de cada vez es más complicado obtener una ayuda y, además, si sumamos la subida de la inflación, nos encontramos que muchas personas no pueden optar a una ayuda por no tener los ingresos correspondientes y estos, a su vez, no son suficientes para poder afrontar todos los gastos para tener una vida digna, sumiéndolas en una espiral creciente de deudas y precariedad.

Unidas Podemos y su política de conciliación de clases.

Desde la Corriente Marxista Internacional ya avisamos de que la entrada de Unidas Podemos al gobierno con el PSOE en una situación de minoría no iba a suponer ningún cambio sustancial de las condiciones de vida de los trabajadores más allá de las cuestiones sociales. Lo que realmente supone entrar en este gobierno es implicarse en las políticas en favor de los capitalistas que lleva a cabo el PSOE y renunciar a su independencia política respecto al PSOE. Esto genera confusión y apatía a la clase trabajadora y prepara un retorno de la derecha en un futuro.

Desde la visión política de Unidas Podemos es producto de intentar gestionar el capitalismo y dirigirse a la clase trabajadora como sus representantes. Por lo tanto, se intenta tener contenta tanto a la burguesía como la clase trabajadora, aunque no resulta tan fácil como puede parecer. No obstante, pese a la dificultad, siempre es el escenario más deseable para la burguesía.

La situación ideal para la burguesía es poder hacer negocios y obtener suculentos beneficios con una relativa paz social, pero esta paz únicamente se puede obtener si la burguesía hace pequeñas concesiones a los trabajadores que les permiten vislumbrar un cierto progreso social, por el cual se necesitará un crecimiento continuo de la economía. Aunque como Marx analiza durante toda su obra, el carácter orgánico del capitalismo, basado en la lucha de clases, hace que acabe desembocando en sucesivas crisis que de cada vez son más virulentas hasta que se logra resolver por la caída del sistema o por un sufrimiento terrible de la clase trabajadora.

En un contexto de crisis del capitalismo las medidas que intentan contentar a los trabajadores como empresarios no son más que campañas de marketing político sustentadas por un montón de estadísticas vacías que no reflejan la realidad, sino que pretenden “maquillarla”. Un gobierno que intente administrar el capitalismo en esta situación se encontrará obligado a gestionar los recortes a la clase trabajadora intentando evitar un estallido social y manteniendo así la hegemonía de la clase dominante. Si se pretende no hacer recortes a los trabajadores, esto implica no querer gestionar la crisis del capitalismo y asumir una lucha revolucionaria contra la burguesía.

En consecuencia, Unidas Podemos se encuentra en un callejón sin salida cuando se implica con el PSOE en el gobierno. Es por eso que presenta este decreto como una victoria sin ningún tipo de crítica como claramente se merece.

Si Unidas Podemos no quiere terminar desintegrándose en un futuro a medio plazo, debe plantearse la salida del gobierno y desarrollar una táctica revolucionaria que cuestione el statu quo y haga frente a los poderosos. Los marxistas sabemos que el problema de la vivienda solamente se puede resolver con la expropiación sin indemnización de las viviendas a los grandes tenedores, salvo los más pequeños si se demuestra que no tienen otros recursos, y por su reparto a las familias trabajadoras mediante un gran parque de viviendas públicas, y cuyo costo o alquiler no suponga más del 10% de los ingresos familiares.

Solo con una táctica revolucionaria seremos capaces de lograr conquistas para la clase trabajadora, y cuando antes construyamos una dirección revolucionaria que conecte con las masas, antes podremos desligarnos de la miseria provocada por el capitalismo.

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