Movilización republicana del 18 de octubre - Abajo la monarquía y el Régimen del 78

Desde la Corriente Marxista Internacional saludamos esta convocatoria y animamos a la clase trabajadora y a la juventud de todo el Estado a salir a la calle el próximo día 18.

Pese al casi total silencio mediático entorno al rey emérito en los últimos meses, la crisis de la monarquía en España no sólo no ha terminado sino que se está profundizando. Recientemente, la fiscalía de Ginebra ha remitido nueva documentación sobre su investigación al rey emérito que, en palabras del propio fiscal del Supremo, abrirán “un abanico de posibilidades imposibles de valorar en este momento”. Dicha documentación se refiere a la pingüe comisión que Juan Carlos de Borbón pagó a su examante y exsocia Corinna Larsen para tratar presuntamente de comprar su silencio.

Más grave aún para la corona es la crisis que se abrió en el mes de septiembre por la decisión del gobierno de no invitar a Felipe VI a la entrega de despachos de la nueva promoción de jueces en Barcelona. Aunque el Gobierno no quiso explicar los motivos de su decisión, está claro que la cercanía del tercer aniversario del referéndum del 1-O y la posibilidad, cada vez más avanzada, de un indulto para los presos políticos catalanes influyeron decisivamente en la ausencia obligada del rey en dicho evento. Pero más aún, en nuestra opinión, influye el que este acto fuera una celebración presidida por una cúpula del poder judicial de mayoría conservadora, mantenida artificialmente por la negativa del PP a pactar su renovación, así como la connivencia del rey con dicha mayoría. En el acto de entrega de despachos, tanto el presidente del CGPJ Carlos Lesmes como el propio monarca, de forma epistolar, escenificaron dicha relación privilegiada, con reproches nada velados al Gobierno y gritos de “Viva el rey”. “La justicia se ejerce en nombre del rey”, recordaron oportunamente los magistrados, demostrando una vez más el carácter de viga maestra del régimen que ostenta la corona y cómo esta se identifica cada vez más abiertamente con la derecha y con los elementos más reaccionarios del aparato del Estado.

Este comportamiento motivó protestas justificadas por parte de los ministros de Unidas Podemos (UP) en el Gobierno, que acusaron al rey de faltar a la neutralidad política que se le presupone a la jefatura del Estado y, en palabras de Alberto Garzón, de “maniobrar contra el Gobierno” junto a la mayoría conservadora del Poder Judicial. Esta posición de los ministros de UP, que por supuesto motivó una avalancha de acusaciones y peticiones de ceses por parte de la derecha, contrasta con el silencio vergonzante del PSOE. Estos son igualmente conscientes de las maniobras de Zarzuela, pero callan debido a que su compromiso con la estabilidad del régimen, y por tanto con la corona, es total.

Los dirigentes de UP deberían sacar todas las conclusiones de estos hechos. La corrupción del emérito, el carácter cada vez más bonapartista de Felipe VI y la identificación cada vez mayor de la corona con la reacción son una bomba de relojería para el futuro de la monarquía y por ende del régimen. La profundización de la crisis económica y social, agravada por los efectos de la pandemia y la incompetencia absoluta de todas las administraciones para hacerle frente, son dinamita en los cimientos del régimen del 78 y pueden llevarse por delante su cada vez más débil, aislado y cuestionado vértice: la monarquía.

La movilización del 18 de octubre es un primer paso en la tarea de levantar un frente republicano del que las organizaciones que conforman UP deberían formar parte si quieren seguir contando políticamente en el próximo periodo. Con o sin UP, las nuevas generaciones cada vez más van a identificar la idea de la república con dejar atrás toda esta herencia de corrupción, atraso y violencia que simboliza la monarquía. La idea de la república va a estar ligada a la idea de la revolución.