Análisis Político
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En el contexto de continua caída económica sin fin, las últimas encuestas dan a Izquierda Unida más de un 15% de intención de voto. Dicho resultado sería el mejor en la historia de IU (hasta ahora, un 13% en las europeas de 1994) y pone a IU a 8 puntos del PSOE. Pese a ello, y como explicó Cayo Lara en su discurso de cierre de esta X Asamblea General, IU sumamos unos 30.000 miembros en todo el Estado, sin haberse dado un incremento apreciable en la militancia de nuestra organización.

La Asamblea General tenía como eslogan ‘Rebélate’. Estamos de acuerdo, pero debemos ser coherentes y rechazar los recortes y la austeridad como primer paso. En cambio, antes de la celebración misma de la Xª Asamblea, la mayoría de la dirección se movió para pactar con otras "familias" e integrarlas en el nuevo CPF, para dar la imagen de unidad a cualquier precio. Se integró a la CUT de Sánchez Gordillo y a los seguidores del coordinador extremeño Pedro Escobar, cuestionado en la mayor parte del Estado. Y, sobre todo, se integró Gaspar LLamazares, que en su "feudo" asturiano solo obtuvo un 30% de votos. A nivel estatal se le sobrerrepresentó con un escandaloso 20% de representación en todos los órganos de IU.

Pero una parte sustancial de delegados reaccionaron ante el intento de dar esta imagen anodina y 'castrada' de IU. Uno de los frentes donde hubo más enmiendas en la Comisión Política fue el sindical. IU debe convertirse en el nexo de unión entre las diferentes organizaciones activas en la lucha social y sindical: UGT, CCOO, CGT, ELA, LAB, SAT, CIG, Intersindical..., para ser la fuerza que se destaque más por posibilitar la necesaria unidad de la clase trabajadora, conjuntamente de las organizaciones sociales “nuevas” (Mareas, PAH, 15M...) y las tradicionales confederaciones obreras. Las luchas defensivas deben pasar a tener un programa de transformación social e IU debe jugar un papel clave en ello. Una enmienda aprobada desde Valencia reclamó que IU cambie su política dentro de los sindicatos para defender dentro de ellos una política propia.

Enmiendas por la izquierda

Hoy, más que nunca, superar la ineficiente política de consenso sindical que llevan a cabo nuestros timoratos dirigentes de UGT y CCOO, debe pasar por defender una salida socialista ante la crisis capitalista, dando una perspectiva política de clase a la lucha sindical sin la cual ésta es ciega. Pero, siendo realistas, para ello es necesario que IU sea creíble y debe de abandonar la política de co-gestión de la crisis en varias Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. En este sentido, hay que destacar la enmienda aprobada en la Comisión Política que pedía la salida del Gobierno de la Junta de Andalucía, así como el voto contra cualquier tipo de recorte.

El giro a la izquierda de IU, que conecta con nuevos sectores que están saltando a la política en los dos últimos años quedó reflejado en la X Asamblea Federal, no solo por Alberto Garzón, sino en particular por los dirigentes valencianos y cargos públicos de dicha comunidad. La diputada regional Marina Albiol puso toda su autoridad política para lograr rebajar unitariamente en todo el Estado el salario de los cargos públicos a, como máximo, tres veces el SMI, porque, como dijo ella "no defendemos a la clase trabajadora, somos parte de la clase trabajadora".

Si IU quiere convencer a los cientos de miles de jóvenes, trabajadores, desempleados y jubilados que están en la calle no puede llevar la misma política fracasada de la socialdemocracia, aunque el tono predominante del programa propuesto por la dirección se correspondía con el espíritu conciliador del keynesianismo. En cambio, una de las intervenciones más apludidas fue la de Alberto Arregui, por ejemplo, cuando clamó "...¡Yo quiero expropiar a esas 200 familias que controlan el 50% de la economía del Estado español!".

El predominante dominio de los sectores más socialdemócratas en IU no debe ocultar el giro cada vez más perceptible que se está dando en agrupaciones del PCE, colectivos de la UJCE o provincias enteras de IU.

En las próximas semanas vamos a ver de nuevo una ola de movilizaciones de masas: contra la corrupción y la dimisión del gobierno, contra la privatización de la sanidad y la educación (las Mareas verde y blanca), huelgas o las luchas de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH)..., la lista es interminable. Al mismo tiempo que encabeza el máximo de luchas que se dan, IU puede reflejar el mismo proceso que llevó al Syriza a pasar, de un 4,5% de intención de voto, a superar el 30% si es la adalid de la lucha contra los recortes.

Cada acta de diputado, cada puesto de concejal, debe transformarse en una tribuna para construir una alternativa genuinamente revolucionaria, para rebatir la mentira de que no hay dinero para gastos sociales, exigiendo que la riqueza existente se deje de dilapidar en regalos a empresarios y banqueros y sea invertida en beneficio de la mayoría. Para explicar a su vez que no es dentro, sino fuera de los parlamentos y a través de la lucha, donde se defienden nuestros derechos.

El programa y las prácticas más socialdemócratas entrarán en este contexto muy rápida y abiertamente en contradicción con las necesidades de los trabajadores en el conjunto del Estado. Es necesario ya que se organice una red que una dentro de IU a las diferentes corrientes, sensibilidades y federaciones más a la izquierda, dentro del PCE y la UJCE, y en toda IU estatal, una red que en este sentido pueda vehicular hacia fuera de la organización el deseo de intervención de la mayoría de los afiliados, que hoy se ven excesivamente encorsetados por la desaforada orientación hacia el trabajo institucional del cada vez mayor número de cargos públicos electos.

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