En los últimos años, los juegos de azar han extendido su presencia entre la clase trabajadora. Se trata de juegos en los que se arriesga dinero en un suceso mayoritariamente aleatorio, que puede significar la pérdida del dinero arriesgado o, en cambio, una recompensa. Al ganar ese dinero, el jugador experimenta una sensación estimulante, con altas posibilidades de que vuelva a apostar para conseguir esa sensación y ganar más dinero.

La elección de Donald Trump en Estados Unidos y el auge de Marine Le Pen en las elecciones presidenciales francesas han sido, naturalmente, recibidas con alarma por millones de personas en todo el mundo. Algunos incluso, han advertido de un nuevo auge del fascismo. Como marxistas, creemos que es importante no sustituir un análisis serio por el alarmismo y la exageración. En este artículo, Rob Sewell –editor de Socialist Appeal– pregunta: ¿Qué es el fascismo? y ¿es una amenaza inminente hoy?

Desde que la crisis capitalista devino en crisis política a escala global, no son pocas las declaraciones alertando de las “amenazas a la democracia” que representarían movimientos de masas como los que estamos presenciando estos meses, así como por parte de ese cajón de sastre llamado “populismo”, en el que invariable y desvergonzadamente se mezclan organizaciones tan opuestas como Podemos y la Lega de Salvini. ¿Pero cuál es realmente esa democracia que está amenazada?

Mañana 28 de mayo hay convocada una jornada europea de movilizaciones contra las políticas de austeridad de la Unión Europea, impulsadas por el "Plan B contra la austeridad y por una Europa democrática". Aprovechamos la ocasión para republicar un artículo que elaboramos en diciembre pasado sobre las lecciones de Grecia. El punto fundamental es: no es suficiente proclamar el rechazo a la austeridad y proponer una alternativa. Eso ya lo defendió Syriza cuando llegó al gobierno en enero de 2015, y no lo llevó a cabo; sino: qué debería haber hecho Syriza concretamente tras llegar al gobierno y tras ganar el referéndum del 5 de julio contra el plan de ajuste de la UE, para derrotar esas políticas de ajuste. He aquí nuestra posición al respecto.

Desde el comienzo de la crisis de 2008, los partidos y movimientos anti-inmigración han avanzado en Europa y los Estados Unidos. Incluso han logrado ganar a ciertas capas de la clase trabajadora para su programa. Esto ha llevado a un sector del movimiento obrero a adaptarse a estas ideas, pidiendo controles fronterizos más estrictos, justificando su posición con citas de Marx. Tales políticas miopes no tienen nada que ver con Marx ni con las tradiciones de la Primera, la Segunda o la Tercera Internacional, como demostraremos.

PxSLecciones de Grecia

El problema de Tsipras, como el de muchos dirigentes de la izquierda española y europea, es que tienen una concepción “reformista”, y no revolucionaria, de la lucha por la transformación de la sociedad; es decir, buscan dentro de un capitalismo en profunda crisis soluciones imposibles a los problemas y necesidades de las familias trabajadoras y demás sectores populares.