Un artículo de nuestros camaradas británicos en Socialist Appeal titulado Relatos, "guerras culturales" y la izquierda ha provocado la ira del periodista ‘izquierdista’ Paul Mason. Dijo que nuestra organización "en descomposición" debe abandonar su cosmovisión obsoleta. Alan Woods explica que la pobre papilla del posmodernismo de Mason no es un sustituto de la ciencia del marxismo.

Michel Foucault fue un destacado filósofo francés del llamado posestructuralismo. Ha tenido gran influencia dentro de la corriente posmoderna de izquierdas, entre la izquierda académica y entre los activistas de diversos movimientos como el feminismo, anarquismo y neozapatismo. Muchos activistas lo ven como un complemento e incluso alternativa al marxismo.

En los últimos años, los juegos de azar han extendido su presencia entre la clase trabajadora. Se trata de juegos en los que se arriesga dinero en un suceso mayoritariamente aleatorio, que puede significar la pérdida del dinero arriesgado o, en cambio, una recompensa. Al ganar ese dinero, el jugador experimenta una sensación estimulante, con altas posibilidades de que vuelva a apostar para conseguir esa sensación y ganar más dinero.

La cuestión del Estado ha sido siempre fundamental para los marxistas, aunque normalmente no ocupa la atención de la clase trabajadora. No es una casualidad. El Estado no tendría ninguna utilidad para la clase dominante si la gente no creyese que se trata de algo imparcial, por encima de los intereses de las clases. Por lo tanto, no les interesa atraer la atención de lo que realmente representa esta institución.

David Harvey es profesor de universidad y geógrafo que se define como marxista. Su serie de vídeos sobre El Capital han sido vistos por cientos de miles de jóvenes pertenecientes a una generación que se interesó por el marxismo a raíz de la crisis de 2008. Por esta razón sus recientes declaraciones contra el derrocamiento revolucionario del capitalismo han generado un importante revuelo.

Al calor del auge del movimiento feminista y de las luchas contra la opresión de la mujer, sectores de la izquierda y del propio movimiento feminista han vuelto a rescatar la idea del “salario para el ama de casa” y a calificar el trabajo doméstico realizado por el ama de casa como un trabajo “no remunerado” que se ahorran los capitalistas ¿Cuál es la posición del marxismo sobre esto?