Constantemente somos bombardeados con el mito de que el capitalismo impulsa la innovación, tecnología y el avance científico. Se nos dice que la competencia, combinado con la motivación por el lucro, empuja a la ciencia hacia nuevas fronteras y le da a las grandes corporaciones el incentivo para desarrollar nuevas medicinas, drogas y tratamientos. Se nos dice que el mercado libre es el mayor motivador para el avance humano. Pero en realidad, la verdad es exactamente lo opuesto. Las patentes, la ganancia y la propiedad privada de los medios de producción son en realidad los más grandes obstáculos que la ciencia haya conocido en la historia reciente. El capitalismo está retrasando todos y cada uno de los aspectos del desarrollo humano, y la ciencia y tecnología no son una excepción.