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ldc001El comienzo de la segunda década del siglo XXI coincide con el tercer año del inicio de la mayor crisis capitalista desde el crack de 1929. En poco más de tres años, hemos pasado de un boom económico que se prolongó desde mediados de los 90 hasta 2007, a la que algunos consideran ya como la mayor crisis del sistema de la libre empresa.

ldc001Abruptamente, los “éxitos” de la Globalización capitalista se han convertido en su contrario.

El comienzo de la 2ª década del siglo XXI  coincide con el tercer año   del inicio de   la mayor crisis  capitalista desde el crack de 1929.

En poco más de tres años, hemos pasado desde un boom económico que se prolongó de mediados de los 90  hasta 2007, a la que algunos consideran ya, la mayor crisis del sistema de la libre empresa. Abruptamente   los “éxitos”   de la   Globalización capitalista  se  han convertido en su contrario

Quienes defendían que había que dejar hacer al Mercado y acabar con el intervencionismo estatal, tras el  inicio de la crisis abandonaron sus viejas creencias y empezaron a utilizar a los gobiernos para llevar a cabo el rescate masivo del sistema capitalista.

Han utilizado sin límite el dinero de los contribuyentes para “nacionalizar las pérdidas de la banca y los monopolios”. Este enorme trasvase de recursos públicos al sector privado, ha hecho crecer el ya elevado endeudamiento de los Estados hasta niveles comparables a los existentes tras  las dos guerras mundiales del pasado siglo.

En 2010, el epicentro de la crisis se trasladó a la vieja Europa, con el estallido de la denominada “Crisis de la Deuda soberana”. El problema se resume en que las economías más débiles de la UE necesitan financiación para hacer frente a la montaña de deudas que han acumulado, pero son pocos los que se arriesgan a prestarles unos fondos que no saben si recuperarán y, si lo hacen, es exigiendo unos intereses abusivos que a su vez agravan los déficits fiscales y aumentan el riesgo de una suspensión de pagos de los Estados que, en caso de producirse, tendría serias repercusiones para sus acreedores. Ya han caído Islandia, Grecia e Irlanda. Ahora parece que le llegó el turno a Portugal; y los siguientes en la lista son España, Bélgica, Italia…

El carácter global y la profundidad de esta crisis del Capitalismo indica, en nuestra opinión, la entrada en un nuevo periodo descendente del sistema y lleva implícita también la ruptura del relativo equilibrio capitalista que predominó en los países más desarrollados durante las dos últimas décadas, tras la caída de la URSS.

Durante los años del auge, sin una orientación de lucha por parte de las direcciones sindicales, muchos asalariados aceptaron a regañadientes el empeoramiento en las condiciones de trabajo y el aumento de la parte de la riqueza nacional que acaparaban los capitalistas. Esto fue así porque, a pesar de todo, el sistema parecía funcionar y, con trabajo duro, horas extras y pluriempleo, muchos trabajadores veían mejorar el nivel de vida relativo de sus familias.

Varias generaciones de trabajadores europeos hemos considerado como algo natural el derecho a la educación pública, la sanidad, las pensiones… Ahora todo eso está en el aire. La pregunta clave que está encima de la mesa es ¿Quien va a pagar la cuenta?

Se está abriendo un nuevo escenario de la relación entre las clases: la burguesía no puede permitir siquiera los mínimos elementos de civilización que han supuesto las conquistas de los trabajadores y, por su parte, la clase trabajadora no va a renunciar sin lucha a las mismas.

En el Estado español, el nuevo escenario se concreta en que, después de las tímidas reformas iniciales de 2008 y 2009, el Gobierno de Zapatero ha pasado a llevar a cabo los mayores ataques contra  los derechos de los trabajadores desde hace décadas.

Hoy, Zapatero y sus correligionarios socialdemócratas en Europa aplican las mismas políticas económicas y sociales que la derecha. Pero, al hacerlo así, están minando sus bases de apoyo entre los trabajadores.

Quienes iniciamos la aventura de esta nueva publicación somos un grupo de militantes de  Izquierda Unida que creemos que este escenario supone una receta acabada para una agudización de la Lucha de Clases, a cuyos primeros compases ya estamos asistiendo en un país tras otro.

Confiamos en nuestra clase y en su capacidad de movilización. Inevitablemente, en este proceso de lucha que se está abriendo, habrá avances y retrocesos pero, finalmente y en base a la experiencia, los trabajadores extraerán las conclusiones necesarias y empezarán a participar en sus organizaciones.

Ante esa  perspectiva, hoy más que nunca es necesario aglutinar y potenciar la fuerza de la izquierda transformadora y revolucionaria. En nuestra opinión, existe un importante potencial para  el crecimiento de IU en todo el Estado, y queremos aportar nuestro grano de arena en la tarea común de fortalecerla.

Con el lanzamiento de la revista Lucha de Clases y de la web www.luchadeclases.org  queremos contribuir al debate ideológico en IU, tarea esta que en el actual contexto adquiere cada vez mayor trascendencia.

Los compañeros que iniciamos esta publicación compartimos los análisis desarrollados en los últimos años por la Corriente  Marxista Internacional y su web www.marxist.com. Al igual que ellos, pensamos que, en los albores del siglo XXI, el marxismo sigue siendo la forma más elaborada del pensamiento humano y, por tanto, el mejor instrumento para comprender y transformar el Mundo. Es por ello que creemos que, hoy más que nunca, el dilema que se le plantea a la Humanidad es entre el Socialismo o la Barbarie.

En cuanto a la estructura de la revista, la sección de Internacional ocupará un espacio relevante. De hecho, el punto de partida de nuestros análisis se basa en la comprensión del  papel crucial que juegan hoy el Mercado Mundial y la división internacional del trabajo. Consecuentemente, una de las claves de la línea editorial de Lucha de Clases será la defensa del Internacionalismo como una necesidad imperiosa de la clase obrera. Otras secciones serán: Estado español; Teoría MarxistaArte, Ciencia y Cultura; y Juventud . Por último, a través de la página de Gallo negro / Gallo rojo queremos reflejar el abismo existente entre la vida cotidiana de nuestra clase y el lujo, corrupción y privilegios de los poderosos.

Nuestro objetivo más importante es lograr que cualquier joven o trabajador de izquierdas  sienta que Lucha de Clases (www.luchadeclases.org) es un instrumento útil  para la lucha y sepa que  puede colaborar en la publicación y expresar sus opiniones. Si logramos esto, habrá merecido la pena nuestro empeño.

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