19 de febrero, Bahrain. Foto: Al Jazeera EnglishLunes, 21 de febrero 2011: en la naturaleza, un terremoto es seguido por réplicas. Estas pueden ser tan catastróficas en sus efectos como la explosión original. Lo que estamos presenciando es el mismo fenómeno en lo que se refiere a la sociedad y a la política.

Presentamos a continuación una resolución de solidaridad, votada por unanimidad en la reunión del sábado pasado del Frente Bicentenario de Empresas bajo Control Obrero: Nosotros, trabajadores de fábricas ocupadas, consejos de trabajadores y sindicatos revolucionarios, reunidos el día 12 de febrero del 2.011 en la ciudad de Caracas, levantamos nuestra voz en solidaridad con los hermanos trabajadores de Egipto que acaban de derrocar la tiranía de Hosni Mubarak.

14 de febrero. Foto: 3arabawyLa cúpula militar egipcia se ha hecho cargo de la dirección del país y, al mismo tiempo que promete una transición hacia la "democracia" en algún momento, está más preocupada a corto plazo sobre lo que considera "caos y desorden". Es decir, preocupada no sólo por las manifestaciones que han sacudido las principales ciudades de Egipto, sino por algo mucho más peligroso en su opinión: la creciente oleada de huelgas.

29 de enero. Foto: 3arabawy11 de febrero: ¡El tirano ha caído! En el momento de escribir estas líneas, Hosni Mubarak ha dimitido. Esta es una gran victoria, no sólo para el pueblo de Egipto, sino para los trabajadores de todo el mundo. Después de 18 días de continuas movilizaciones revolucionarias, con 300 muertos y miles de heridos, la tiranía de 30 años de Hosni Mubarak ya no existe.

Hoy [14 de febrero] se cumple un mes desde el derrocamiento revolucionario del odiado dictador Ben Ali en Túnez el 14 de enero. El último mes ha sido testigo de una lucha constante entre la clase dominante, que quiere volver a la normalidad burguesa, y los trabajadores y la juventud, quienes hicieron la revolución y están luchando para impedir el regreso del viejo régimen.

Hay situaciones en las que las manifestaciones de masas son suficientes para provocar la caída de un régimen. Sin embargo, la de Egipto no es una de ellas. Todos los esfuerzos de las masas para lograr el derrocamiento de Mubarak a través de manifestaciones y protestas callejeras no han logrado hasta ahora alcanzar su objetivo principal.