Asia
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El Domingo 26 de mayo, miembros del Ejercito de Pakistán abrieron fuego contra una protesta pacífica en la zona de Jar Qamar al norte de Waziristán. Según informes, 13 personas han muerto y al menos 30 han resultado heridas. Muchos de los heridos se encuentran en estado critico.

Los medios de comunicación pakistaníes, tanto televisivos como impresos, siguiendo los dictados del Estado pakistaní, informan de esta brutalidad desnuda de una manera completamente hipócrita, reflejando la muerte de la llamada libertad de expresión. Los venenosos medios pakistaníes están fabricando la verdad por completo y afirman que  estos manifestante atacaron el puesto de control del ejercito y el ejército abrió fuego en represalia. Un portavoz del Ejército pakistaní lo ha dicho en una declaración, que esta siendo explotada por sus prostitutas de los medios de comunicación, y todos los manifestantes están siendo etiquetados como traidores y agentes del enemigo.

Los manifestantes comprendían alrededor de 100 personas y estaban dirigidos por parlamentarios electos de la zona, incluido Ali Wazir. Iban a asistir a una sentada de la población local contra los secuestros en esa área. Cuando los manifestantes se acercaron a la sentada, la carretera fue bloqueada por el personal del ejército que intentó detenerlos. Se desató una feroz discusión entre el ejercito y los manifestantes, encabezados por los diputados, después de lo cual se permitió que los manifestantes pasaran. Cuando cruzaron las barricadas y avanzaron hacia la sentada, se dispararon ráfagas de metralleta con munición real y la gente empezó a caer en el camino. Muchos videos de esta brutalidad están circulando en redes sociales en este momento, pero ninguna autoridad gubernamental o fuente de medios les esté prestando atención. Ali Wazir fue arrestado inmediatamente mientras intentaba rescatar a una persona lesionada y fue puesto en custodia del ejército. El otro miembro del parlamento en la zona, Mohsin Dawar, fue declarado fugitivo y tuvo que reunir apoyo de la gente de su área en gran número para evitar ser arrestado por el ejército. El todavía esta dirigiendo una sentada en ese área.

Después del incidente, los servicios de teléfono y móviles fueron bloqueados en el área y un toque de queda fue impuesto. Ali Wazir fue presentado ante un tribunal antiterrorista al día siguiente y fue entregado a la policía por ocho días por orden del juez. En Pakistán, esto comúnmente  significa un periodo de tortura brutal. El arresto de Ali Wazir fue ilegal, ya que, de acuerdo con la ley, un diputado no puede ser arrestado sin el permiso previo de la Asamblea Nacional y de su portavoz. Pero nadie se atreve a seguir esta ley en Pakistán.

Represión contra el PTM

Todos los manifestantes y dirigentes pertenecen al Movimiento Pastún Tahafuz (PTM), que esta levantando su voz contra las injusticias y la brutalidad del Estado pakistaní en las áreas tribales –llamadas comúnmente FATA en Pakistán– y para las pastunes en general. Debido a la presión del movimiento, estas áreas tribales se fusionaron a la provincia de Pashtunjwa el año pasado y se incorporaron al pliegue de la constitución y a las leyes pakistaníes. Esto acabó con el periodo de leyes negras, que negaba derechos básicos para la población del área, y que se impusieron bajo el Raj británico, el dominio colonial anterior a la independencia del país, y que continuó muchos después en la llamada independencia.

Este movimiento también demanda el fin de las operaciones militares en áreas pastunes y del patrocinio estatal del terrorismo en Pakistán. Solo unas semanas antes de este incidente, la Asamblea Nacional de Pakistán aprobó por unanimidad una enmienda constitucional, que fue aprobada por el diputado Mohsin Dawar. Pero ahora los mismos diputados estan siendo llamados traidores y enemigos del estado en televisión nacional y prensa.

El Estado pakistaní, siguiendo el dictamen del imperialismo estadounidense, usó estas áreas como plataforma de lanzamiento de la Jihad del dólar en Afganistán en los 80. Después de la invasión de Afganistán liderada por los Estados Unidos en 2001, y la llamada guerra contra el terrorismo, estas áreas se utilizaron nuevamente para imponer una guerra a favor de los beneficios del complejo industrial militar en los Estados Unidos. La gente de esta zona, junto con millones de personas que viven en Afganistán, se han enfrentado a las brutalidades de estas guerras imperialistas en las últimas décadas. Cientos de miles han sido asesinados, mientras que millones se han quedado sin hogar y se han visto obligados a vivir en la pobreza extrema. La guerra imperialista en Afganistán aún continua, estremeciendo la región de manera regular. El Estado pakistaní y su clase dominante se han beneficiado enormemente de estas guerras, se han llevado miles de millones de dólares, mientras que millones viven en la pobreza extrema y padecen el botín y el saqueo de la clase dominante en colaboración con las instituciones financieras imperialistas como el FMI y el Banco Mundial.

El PTM ha levantado su voz contra la brutalidad del Estado pakistaní, pero hasta ahora no se ha conectado con éxito con otras nacionalidades oprimidas que luchan contra esta brutalidad ni con la clase obrera del país en general. La dirección estaba apoyándose en los burgueses liberales y sus ideologías junto con otros partidos e instituciones corruptas del Estado, cuya bancarrota e impotencia  han quedado expuestas en este incidente. El PTM tampoco pudo dar un programa detallado para reunir más apoyo en torno suyo. Ahora el Estado está explotando estas debilidades y ha caído fuertemente contra ellas, tratando de acabar con este movimiento de una vez por todas a través de la represión extrema y la brutalidad. Un portavoz del ejercito ya los había amenazado en una conferencia de prensa el mes pasado, diciendo que ‘se acabó el tiempo’.

Hay una furia y un arrebato en contra de toda esta brutalidad entre las masas, especialmente los pastunes, y se expresará de varias maneras en el próximo periodo. Ningún movimiento puede ser aplastado para siempre, se levantará una y otra vez hasta encontrar la manera de expresar sus quejas y la lava fundida del odio contra todas las instituciones estatales. Las masas regresarán de nuevo en grandes números, tarde o temprano, para ajustar cuentas con toda la sangre derramada por la clase dominante para proteger su lujoso estilo de vida y la riqueza saqueada. El tiempo de las masas oprimidas está lejos de terminar, aún no ha comenzado. Se ha demostrado una vez más que nada puede resolverse dentro de los limites de este sistema capitalista de clase y la única forma de avanzar es derrocándolo a través de una lucha revolucionaria de la clase obrera.

¡Por el fin de la represión estatal contra el PTM y la liberación inmediata de Ali Wazir y de todos los presos políticos!

¡Por la lucha irreconciliable contra el imperialismo y el fundamentalismo islámico!

¡Trabajadores del mundo, uníos!

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