Europa
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La elección más caótica de la Vª República acaba de dar a luz a un nuevo jefe del Estado. Al término de la primera vuelta, ya se conocía al vencedor de la segunda. Millones de electores de izquierda se esforzaron en ir a votar por Macron para asegurar la derrota de Marine Le Pen. Y es que tampoco ningún dirigente de izquierda o sindical les proponía una alternativa concreta; la mayor parte incluso pedía el voto para el candidato de En Marche! Sin embargo, los 20,7 millones de votos obtenidos por Macron carecen de un significado positivo. Al mezclar votos que en la primera vuelta habían ido a Fillon, Macron, Hamon o Mélenchon, no se obtiene más que una masa informe, sin fisonomía de clase.

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Macron se prepara para lanzar una ofensiva implacable contra las condiciones de vida y de trabajo de la gran mayoría de la población. El día 25 de abril, el presidente del Medef (equivalente francés de la CEOE), acompañaba su apoyo a Macron con una advertencia: “Francia no puede permitirse otros cinco años de medias tintas”. Así, la Ley de Trabajo, las leyes Macron, los recortes presupuestarios y las decenas de miles de millones de euros abonados a las cajas de la gran patronal, bajo el gobierno de François Hollande, no serían más que “medias tintas” con respecto a lo que la clase dirigente exige. Y no cabe duda que el nuevo presidente esta más que dispuesto a obedecerle.

Macron mantendrá probablemente cierta ambigüedad entorno a su programa hasta la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Luego, si logra una mayoría parlamentaria, se quitará la careta y anunciará unas contrarreformas mucho severas que las que figuran en su programa oficial. Adoptará en mayor o menor medida el programa de François Fillon, es decir el que necesita la burguesía para poder defender la “competitividad” de sus empresas y sus márgenes de ganancias, dada la crisis del capitalismo francés. En resumen, Macron le declarará la guerra a los trabajadores. ¡Las organizaciones del movimiento obrero han de prepararse para ello sin demora!

Dicho esto, las elecciones legislativas de los próximos días 11 y 18 de junio serán muy abiertas. La potente dinámica de la Francia Insumisa, que ha llevado a Mélenchon a rozar el 20%, puede mantenerse y ampliarse. La Francia Insumisa debe llevar una campaña ofensiva, radical y mostrar a las claras su determinación de victoria. Sus candidatos pueden y deben estar presentes en la segunda vuelta en un gran número de circunscripciones. Por su parte, el PS participará en distintos tipos de alianzas y acuerdos dudosos con el movimiento de Macron, quien buscará también llegar a acuerdos con la derecha. Este potaje de “centro” abrirá un espacio importante por la izquierda.

La Francia Insumisa puede también continuar debilitando al Frente Nacional. Los resultados detallados de la primera vuelta mostraron que la campaña radical de Mélenchon ha permitido restarle al FN los votos de un número importante de trabajadores y desempleados enfurecidos por la corrupción y la impotencia de los “partidos de gobierno”. Este movimiento puede y debe continuar.

Miseria del “frente republicano”

Durante el periodo entre las dos vueltas, las sirenas del “frente republicano contra el FN” sonaron sin descanso. Ahora bien, este “frente” estaba constituido mayormente por dirigentes políticos que son personal y directamente responsables del ascenso del FN en los últimos veinte años. Su cinismo e hipocresía sin límites les llevaron a indignarse en todos los tonos con la postura de Mélenchon respecto a la segunda vuelta. El dirigente de la Francia Insumisa hizo bien en resistir a estas presiones y negarse a entrar en el lodazal del “frente republicano”, pues este “frente” le hace el juego al FN, dándole la oportunidad de presentarse como “el único enemigo del sistema”. Por ejemplo, Marine Le Pen declaraba, la noche del domingo: “las formaciones políticas que han tomado la responsabilidad de hacer que elijan al señor Macron se han desacreditado a si mismas y han perdido toda legitimidad para representar una fuerza de alternancia o incluso de oposición creíble”.

El pasado domingo, Marine Le Pen obtuvo 10,6 millones de votos, es decir 5,1 millones más que su padre en 2002, Jean-Marie Le Pen solo había aumentado sus votos en 700.000 entre las dos vueltas, en esta ocasión Marine Le Pen los incrementó en 3 millones entre las dos vueltas. ¡Todo un éxito para el “frente republicano”!

La dirección del PCF, que no pierde oportunidades de cometer errores, llamó a votar por Macron en la misma noche del 23 de abril. Explicaba que inmediatamente después de haber votado por Macron, el día 7 de mayo, empezaría a luchar en contra de su política. Pero esta nueva “teoría de las dos etapas” no se sostiene. En menos de un mes, la primera vuelta de las elecciones legislativas dará lugar a cierto número de enfrentamientos entre la derecha (En Marche! o Les Républicains) y el FN. Si la dirección del PCF mantiene su posición sobre el “frente republicano”, deberá, según toda lógica, llamar a votar a la derecha en aquellas circunscripciones donde la derecha se enfrente al FN, para, una vez más, cerrarle el paso a éste. Esta ya era su posición en la segunda vuelta de las elecciones regionales de 2015. Resumiendo, la dirección del PCF propone “luchar” contra la derecha... salvo cuando pide el voto por la misma.

El resultado de la consulta interna de la Francia Insumisa, el pasado martes, mostró que la farsa del “frente republicano” es rechazada por un número creciente de jóvenes y trabajadores. El 65% de militantes “insumisos” que han rechazado el voto a Macron en la segunda vuelta han dado un mensaje claro. No se lucha contra el FN pidiendo el voto por partidos de derecha. Una lucha seria contra el FN supone la movilización de la juventud y los asalariados en base a un programa de ruptura con el capitalismo, ya que es la crisis del sistema la que alimenta el voto al FN. Es también la impotencia de los gobiernos de izquierda de estos últimos veinte años en resolver los problemas de las masas. La izquierda y el movimiento obrero deben volver a las ideas y al programa de la transformación revolucionaria de la sociedad. Estas ideas y este programa serán defendidos por Révolution. Llamamos a todos los que quieran ayudarnos en esta lucha a que se unan a nosotros.

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