Respuesta a la carta abierta a la juventud comunista

[CATALÀ]

Como es evidente, el sistema capitalista está pasando por una época de crisis agónica, en la que la perspectiva de futuro es que esta se profundice aumentando así el sufrimiento de las masas oprimidas. Esta decadencia del sistema y la incapacidad de la clase dominante para controlar la situación están provocando una enorme polarización, un cuestionamiento cada vez mayor del statu quo, que se traduce en explosiones sociales e incluso levantamientos revolucionarios por todo el mundo. En este contexto, la juventud está jugando un papel destacado, un papel de vanguardia en este cuestionamiento del sistema y en las luchas que derivan del mismo. Así pues, nos encontramos ante una nueva era, en la que las fuerzas revolucionarias, aisladas durante décadas, están encontrando cada vez más eco en la sociedad.

Este análisis y perspectiva muestran la responsabilidad que tenemos los revolucionarios de acelerar este proceso de toma de conciencia de la clase obrera y de preparar, mediante la agitación, la propaganda y la organización, la toma del poder por la clase obrera para su emancipación. La misión histórica de derribar el sistema capitalista nunca ha sido expuesta de una forma tan clara.

En este sentido, como bien indica el artículo:

"Como marxistas, debemos tener claro que no es el programa (tres ejes) ni la estrategia (unidad popular) lo que tiene que ser salvaguardado necesariamente en un momento de cambio de ciclo que ha permitido ver sus limitaciones, sino los objetivos estratégicos (construcción del socialismo en los Países Catalanes como forma de superar toda opresión) y los principios políticos irrenunciables que nos permiten asegurar la independencia de clase como única manera de construir un proyecto comunista".

El marxismo no es meramente una ideología más para escoger de entre el abanico de opciones. El marxismo es la expresión científica de los intereses de clase de proletariado y, en consecuencia, de las masas oprimidas contra el capital. Engels, en su obra Del socialismo utópico al socialismo científico, muestra como Marx no desarrolló sus ideas porque fuera un hombre brillante (ciertamente, lo era), sino porque unas condiciones históricas particulares de auge del capitalismo, con un desarrollo particular de las ideas que reflejaban estos cambios en el sistema de producción de la época en concreto, crearon las condiciones materiales para su surgimiento. Lo que Marx hizo fue elevar la filosofía hegeliana y la economía política inglesa al nivel de una ciencia, sobre la base material de los intereses de la clase trabajadora como clase revolucionaria. Por encima de todo, el marxismo no es sólo una filosofía, un método, la concentración histórica de las luchas del proletariado, sino que es una llamada a la acción, una llamada a la organización y la lucha revolucionaria.

Así, el marxismo parte siempre de un análisis materialista de las condiciones en su complejidad y cambio constante, desde el punto de vista de clase del proletariado. En otras palabras, es la expresión consciente de la clase obrera. Por consiguiente, damos apoyo a la crítica del artículo a la izquierda independentista en la necesidad de adoptar una política de clase sin ambigüedades, de defender como principio la independencia política de la clase obrera y la misión histórica de derribar el sistema capitalista. Toda táctica, consigna, programa, debe partir de estos principios inquebrantables.

El artículo continúa diciendo:

"La cuestión no es querer serlo, sino pensar de forma revolucionaria y actuar en consecuencia, elaborando una estrategia y tácticas comunistas que conviertan el criterio teórico que estamos adquiriendo en criterio político".

Esta afirmación nos parece igualmente acertada. Y añadimos que, para pensar y actuar de manera revolucionaria, es necesario estudiar seria y pacientemente a todos los grandes pensadores marxistas. Y, como la teoría marxista, también hay que estudiar la historia de la lucha de clases para extraer todas las lecciones que nos prepararán para los futuros combates con la burguesía. Ya dijo Lenin que "sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario". Así, creemos que para avanzar en la dirección comunista como apunta el artículo, hay que centrar esfuerzos en la formación teórica de cuadros marxistas que, armados con estas ideas, puedan guiarse correctamente en la actividad práctica, defendiendo una política de clase en todas las luchas, tanto parciales como generales, tanto locales como internacionales.

Finalmente, el estudio del marxismo, y por lo tanto del capitalismo y sus leyes, nos muestran la necesidad de adoptar como principio una política internacionalista, de máxima unión del proletariado internacional contra la burguesía internacional. Esta política se traduce, en Cataluña, en la necesidad de vincular la lucha por la emancipación nacional a la lucha por el socialismo, mostrando el carácter de clase de esta tarea, que recae sobre los hombros de la clase obrera catalana; así como la necesidad de apelar al resto de la clase trabajadora del Estado español en la lucha contra el enemigo común, el régimen del 78 y el capitalismo que lo sostiene. Vemos así cómo la independencia es una tarea revolucionaria, inseparable de la revolución socialista en nuestro país, que a la vez está intrínsecamente ligada a la revolución internacional. Sólo la conexión orgánica entre la misión histórica local de cada clase obrera nacional de derrocar a su propia burguesía y la necesidad de extender la revolución a escala internacional permitirá acabar de una vez por todas con el sistema capitalista e iniciar el camino a la liberación de todos los oprimidos.

Teniendo esto en cuenta, coincidimos con el artículo en la necesidad de establecer en el seno de Arran y la izquierda independentista la política revolucionaria del marxismo y, sobre esta base, construir la organización revolucionaria de cuadros marxistas necesaria para la tarea de la revolución socialista, como primer paso hacia la revolución socialista mundial.