Publicamos aquí la declaración de la Corriente Marxista Internacional del Estado español ante el reciente acuerdo firmado por los gobiernos de España y Marruecos que niega al pueblo saharaui el derecho democrático de determinar su futuro por sí mismo y que solo sirve a las ambiciones imperialistas de ambos regímenes.
Esta semana, la diplomacia marroquí dio a conocer una carta del Presidente del Gobierno español al rey Mohamed VI en la que aquel se comprometía a apoyar la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, bajo la forma de “territorio autónomo”. Esta decisión del gobierno español es una traición abierta a los derechos democráticos del pueblo saharaui de decidir libremente su relación con el Reino de Marruecos, que hasta ahora decía defender, y una nueva muestra del completo alineamiento del llamado “gobierno progresista” con el imperialismo norteamericano y la OTAN.
El Sáhara Occidental es, a los efectos del llamado derecho internacional y según rezan las diferentes resoluciones de la ONU sobre la materia, el último territorio pendiente de descolonización que queda en África, una descolonización que pasa por la celebración de un referéndum de autodeterminación. El pueblo saharaui, a través del Frente Polisario, lleva casi cincuenta años luchando contra el imperialismo español primero y contra la ocupación marroquí después, para obtener la plena independencia del territorio.
El régimen español tiene una responsabilidad histórica con el pueblo saharaui, algo que ha sido asumido por el movimiento obrero español desde hace décadas. En 1975, el rey Hassan II aprovechó la inestabilidad en España ante la enfermedad y muerte inminente del dictador Franco para saltar sobre las minas de fosfatos y los bancos pesqueros del Sáhara Occidental. Muerto Franco, el ahora rey emérito firmó los acuerdos que transferían la administración del territorio a Marruecos y Mauritania (que poco después renunció a su parte ante el creciente conflicto), sellando con ello la primera traición española al pueblo saharaui.
El Estado español está dispuesto a reconocer la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio, supuestamente, de que éste renuncie a sus reclamos sobre Ceuta, Melilla y Canarias, aunque la verdadera contraparte es reforzar la posición del reino alauí en el control de los flujos migratorios hacia Europa, pasando por encima de los derechos de los trabajadores migrantes, para evitar nuevas crisis como la de mayo de 2021. Este acuerdo es un nuevo jalón en el deslizamiento hacia la derecha del gobierno progresista, que se preparara para cargar una vez más la crisis sobre los hombros de los trabajadores. Se demuestra una vez más que la política exterior es una continuación de la política interna.
Con una temeridad difícil de entender, el ministro de exteriores se apresuró a declarar que el gobierno había informado de esta decisión al régimen argelino, el principal apoyo de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) que acoje a cientos de miles de refugiados en su territorio. Esto fue desmentido por el propio gobierno argelino, que no sólo negó haber recibido cualquier información por parte del gobierno español, sino que además llamó a su embajador a consultas. Cabe recordar que Argelia es el principal proveedor de gas natural a España y es quien fija los precios. Un incremento del precio del gas en una situación de inflación como la que vive España en este momento puede tener un efecto explosivo.
Este giro en la posición española sobre el Sáhara no se puede separar de la situación creada por la guerra imperialista en Ucrania y la política cada vez más agresiva de EEUU y la OTAN. Marruecos es el aliado más fiable para la OTAN en la región, y ante cualquier roce EEUU siempre va a terminar apoyando los intereses del régimen marroquí. La administración Trump ya dio el paso de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental en 2020 y esto no ha sido enmendado por la administración Biden, que cuenta también con el régimen marroquí como guardián de sus intereses en la región.
Las verdaderas víctimas de este siniestro baile de máscaras geopolítico son los cientos de miles de ciudadanos saharauis, tanto los que viven bajo la ocupación marroquí como los que sobreviven en los campos de refugiados en suelo argelino. El acuerdo con Marruecos consagra la ocupación militar del territorio saharaui, lo que no hará más que alargar el conflicto armado con la RASD, aumentando la tensión con Argelia y el sufrimiento de la población civil del Sáhara, lo que al mismo tiempo apuntala la represión y el absolutismo en el propio Marruecos.
Esta nueva traición al pueblo Saharaui ha provocado conmoción e indignación en la izquierda. La cuestión saharaui es especialmente sensible para las bases del PCE y el PSOE sobre todo en Andalucía, donde cada verano cientos de familias acogen a niños de los campos de refugiados. Tanto los dirigentes de IU como de Podemos han denunciado el acuerdo y han hecho un llamamiento a la movilización contra el mismo. Dentro del propio PSOE, el acuerdo con Marruecos ha recibido críticas por parte de Izquierda, del diputado Odón Elorza, del senador Javier de Lucas y de la presidenta del Govern balear Francina Armengol. En cualquier caso, está descartada una crisis de gobierno, la dirección de UP no quiere ni oír hablar de tal cosa y Yolanda Díaz ya ha declarado que sería “una irresponsabilidad”. Parece que no hay límites en lo que los dirigentes de UP parecen dispuestos a tragar a fin de permanecer en el Ejecutivo.
Desde la Corriente Marxista Internacional sostenemos que sólo la autodeterminación del Sáhara Occidental y el derrocamiento del capitalismo en Marruecos y Argelia pueden poner fin al conflicto saharaui y magrebí y sentar las bases de un verdadero desarrollo y florecimiento nacional en el marco de una federación socialista de los pueblos del Magreb.
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