Unidos Podemos
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La ruptura de las fuerzas de la izquierda en Andalucía, que llevaba más de un año amenazando con llegar, lo ha hecho de la peor manera posible.

Es injustificable que la coportavoz del Grupo Parlamentario de Adelante Andalucía y miembro de Izquierda Unida, haya solicitado a la mesa del parlamento andaluz, a instancia de la nueva dirección de Podemos Andalucía, la expulsión de los diputados de Anticapitalistas del grupo parlamentario, con Teresa Rodríguez a la cabeza, entre acusaciones de transfuguismo. La resolución de una mesa en manos de la derecha no podía ser otra que la favorable, nadie puede estar más interesados que PP, PSOE y Vox en que esta ruptura terminara por perpetrarse.

No obstante, aún quedan varios capítulos por escribirse de esta historia, más desde que la mesa decidiera dar marcha atrás y admitiera temporalmente a los diputados expulsados, dando un margen a IU y Podemos para demostrar fehacientemente que las acusaciones de transfuguismo son ciertas, algo difícil de demostrar ya que la debilidad organizativa de Podemos se les ha vuelto en contra pues como la propia Teresa Rodríguez ha afirmado siguen siendo inscritos en Podemos.

Estas acusaciones de transfuguismo comenzaron a lanzarse, aunque tímidamente, cuando Teresa Rodríguez anunció rodeada de su entorno político cercano la renuncia a disputar la dirección de Podemos Andalucía al equipo de Pablo Iglesias, a finales del año pasado. Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias habían llegado a un acuerdo en el que Pablo Iglesias se aseguraba el control de Podemos Andalucía y Anticapitalistas mantendría sus posiciones en el Parlamento de Andalucía, pero aquello no fue más que una escenificación que duraría muy poco tiempo.

Que Anticapitalistas haya roto con Podemos no quita el hecho de que Teresa Rodríguez y sus 7 parlamentarios afines fueron elegidos en las listas de Adelante Andalucía y tenían derecho a mantenerse dentro del grupo parlamentario, más aún cuando constituían la mayoría del mismo. Lo ideal hubiera sido haber resuelto la incomodidad de convivir en el mismo grupo parlamentario dos fuerzas que se han separado políticamente, IU y Anticapitalistas, bien con un acuerdo amistoso de ruptura, o bien manteniendo la unidad del grupo parlamentario sobre la base de un acuerdo mínimo que, a cambio, diera independencia organizativa y política a ambas fuerzas. Nada de esto ocurrió.

Aunque depositamos en la dirección andaluza de UP una responsabilidad principal en esto, lo cierto es que ambas partes han abordado los aspectos políticos, tanto en la conformación de Adelante Andalucía como en su ruptura, desde posiciones de aparato, marginando de sus decisiones a las bases y sin tomar en consideración los efectos de aquéllas en la base social y el electorado de izquierda.

Ya fue un hecho irregular que dirigentes de Anticapitalistas, a la cabeza de Podemos Andalucía en ese momento, registraran la marca Adelante Andalucía a su nombre pese a conformarse como una coalición de IU-Podemos. La excusa que se planteó fue adelantarse al robo del nombre por provocadores de la derecha. El tema es que ahora esgrimen ese hecho para hacerla suya y lanzar con ella su propio movimiento, dando la excusa a IU y Podemos para acusarlos de tranfuguismo y de usurpar el nombre de Adelante Andalucía.

Tras la marcha de Teresa Rodríguez, y una vez que la nueva dirección de Podemos Andalucía empezó a rodar, se incrementaron las tensiones entre el bloque IU-Podemos y Anticapitalistas. Tanto es así que en el mes de Agosto salieron a la luz la apropiación de las redes sociales por parte de Anticapitalistas y el vaciado de dinero de las cuentas de los grupos de Adelante en la Diputación de Huelva y la de Málaga.

Así llegamos a la actual situación, donde la dirección de IU ha cruzado todos los límites para poder llevar a cabo esta expulsión. Resulta escandaloso que IU haya expulsado del grupo parlamentario a 8 parlamentarios de Anticapitalistas, pero no a otros tres que siguen a Teresa Rodríguez, para hacer ver que ha sido la mayoría del grupo parlamentario (9, 6 de IU y 3 del sector de Teresa Rodríguez) los que han expulsado a la minoría, 8. Nuevamente, vemos métodos y maniobras de aparato para tratar de resolver asuntos que son políticos.

Al margen de este episodío, también ha sido especialmente grave esta semana escuchar a la propia Inmaculada Nieto, portavoz de IU en el parlamento andaluz, ofreciéndose a negociar con el  PP los presupuestos andaluces, con el bochorno además de ser rechazada. Todo enmascarado bajo el supuesto objetivo de alejar al PP de la influencia de Vox, pero que luego hemos sabido que en el momento que tendía la mano a la derecha, la mesa del parlamento estaba reunida revisando la decisión que habían tomado una semana atrás.

La ruptura parece difícil de ser enmendada pero ¿cómo hemos llegado a esta situación que parece no tener retorno?

Desde Anticapitalistas se señaló como motivo principal de la ruptura con Podemos la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno con el PSOE. A pesar de que en su día alertábamos, al igual que Anticapitalistas, de los peligros que podía tener ese cogobierno, aun así, ya que Teresa Rodríguez gozaba de una gran autoridad en la base de Podemos y capacidad de influir sobre ellas, ante las expectativas que dicho gobierno generó entre la clase trabajadora, quizás hubiera sido más acertado permanecer en la posición de dirección de Podemos Andalucía, manteniendo una crítica a las concesiones y renuncias abanderadas por Iglesias y Garzón, acelerando la experiencia de la clase con este gobierno e incrementando su autoridad como dirigente del ala izquierda de Podemos. Si al final la ruptura hubiera sido inevitable, los motivos políticos de la misma hubieran sido muy claros y Teresa Rodríguez y Anticapitalistas hubieran salido fortalecidos con la misma.

Pero el problema de esta ruptura no fue tanto el motivo, con el que podemos estar o no de acuerdo, sino la forma y el momento en que se produjo, y es que tomó desprevenida a la base de Podemos, hasta tal punto que aun hoy no ha sido comprendida por la mayoría de la base electoral de Adelante Andalucía

A pesar de que en muchas ocasiones los compañeros de Anticapitalistas han insistido en este punto, como motivo justificado de ruptura con Podemos, lo cierto es que apenas habían mostrado durante años diferencias programáticas con la dirección estatal. Y desde que Unidas Podemos entrara en el gobierno las críticas hacia el gobierno por parte del grupo de Teresa Rodríguez han ido fundamentalmente dirigidas al reparto de los recursos entre las diferentes Comunidades Autónomas. En los últimos días, ha habido declaraciones públicas por parte de diferentes diputados expulsados y apenas han señalado esas diferencias. Es más, en una de las intervenciones de Rodríguez ante los medios, ha llegado a alabar el trabajo de Yolanda Díaz como ministra de trabajo, sin denunciar por ejemplo el perjuicio real que suponen los ERTEs o la ausencia de la derogación de la reforma laboral de la que mucho se habla pero que no llega. Incluso con el reciente rescate a Air Europa con fondos públicos, lo único que desde Anticapitalistas se ha criticado al respecto es la ausencia de un plan de descarbonización. Ni una palabra sobre que el dinero va a manos de una familia millonaria, a cuyos empleados llevamos pagándoles el sueldo desde marzo debido a que están en ERTEs, ni se señala que este rescate supone para la clase trabajadora contar con menos recursos para el fortalecimiento de los servicios públicos.

Pero no solo faltan palabras, tampoco hay diferencias sustanciales en la labor municipal, allí donde ejerce la alcaldía, como es el caso de Cádiz, con respecto a los gobernados por IU-Podemos. De las 25 servicios concesionados, apenas 3 han sido municipalizados. Esto demuestra que en la experiencia municipalista de Anticapitalistas tampoco se ha ido más allá de la gestión económica del Ayuntamiento, la institución más limitada para ello, por lo que no hacen nada sustancialmente diferente a lo que se hace en Ayuntamientos de UP.

A la base, la ausencia de estas diferencias programáticas les provoca una desmoralización añadida a la que ya de por sí puede traer consigo una ruptura. Si no ven diferencias programáticas insalvables, solo queda lo que verdaderamente es: una pugna por hacerse por el control del aparato. Para peor, cientos de miles de votantes de Adelante Andalucía, ven como los dirigentes de los partidos que la conforman se despellejan y se sacan los ojos unos a otros de la manera más desvergonzada imaginable, provocando rabia, desmoralización y tristeza, con la amargura de que esto ayude a pavimentar una nueva victoria de la derecha en Andalucía.

Esta falta de diferencia programática seria con respecto a IU y Podemos se expresa en la dirección andaluza de Anticapitalistas en su giro al nacionalismo andaluz apelando al “mantra” del sujeto político andaluz con voz propia en el Congreso de los Diputados, que no esconde más que el deseo de contar con un aparato en Andalucía independiente de Madrid, utilizando para ello como justificación ideológica un andalucismo vacío de contenido de clase, y alejado además del sentir de la clase obrera andaluza. Una voz propia, pero que no parece que esté claro qué se va a pedir con esa voz, a la vista de los compañeros de viaje de los Anticapitalistas, dos pequeños aparatos “andalucistas” de unas pocas decenas de personas que no representan nada. estos “andalucistas” que forman parte de la Adelante Andalucía impulsada por la compañera Teresa Rodríguez ¿van a reivindicar una reforma agraria que arrebate la tierra de las manos de los terratenientes? Primero la voz y después el programa, cuando precisamente un programa y un lenguaje radical que conecte con las masas, tal como fue percibido Podemos en 2014, es lo que podría encontrar un eco social significativo en un contexto de crisis económica sin precedentes históricos y que sin duda se agravará en los próximos meses.

Se demuestra la orientación exclusivamente institucional, ya sea en Andalucía o en Madrid con voz propia, y que ha llevado consigo una despreocupación, tanto por la construcción de una estructura organizativa como por el fortalecimiento ideológico de la base militante, lo cual también ha sido determinante en la forma en la que se han devenido y afrontado los conflictos entre organizaciones.

Ahora, las bases no están invitadas a decir ni una sola palabra. La tendencia a los pactos por arriba, y donde sólo se ha consultado a los militantes a golpe de click durante años, cuando los acuerdos ya estaban cerrados por los dirigentes, han sido el mejor caldo de cultivo para dejar vía libre al aparato del PCE para acabar de la peor forma posible con el proyecto de unidad de la izquierda en Andalucía.

Enmendar esta situación es harto complicado, sobretodo si por ninguna de las partes hay voluntad de rectificar, lo cual deja a las bases tremendamente desmoralizadas, hartas de que se les deje al margen de las decisiones que toman sus dirigentes y que en este caso hasta han tenido que pasar el bochorno de que se haya dejado en manos de PP, PSOE y Vox la última palabra con respecto a la composición del Grupo Parlamentario de Adelante Andalucía. Un grupo parlamentario para el cual fueron necesarias las manos de todos esos militantes que se dejaron la piel durante la campaña para llevar a cada rincón de cada pueblo una marca sacada de la manga unos meses previos a las elecciones.

Como antes se ha hecho referencia, con las perspectivas económicas que tenemos en la mano, la izquierda no se puede permitir el lujo de autodestruirse mientras fuera de las paredes del Parlamento de Andalucía millones de andaluces viven al borde del abismo y sin una referencia clara a la izquierda del PSOE.

En las últimas horas los diputados expulsados han emitido un breve comunicado en el que hablan de poner fin al enfrentamiento y llegar a un acuerdo. Sin duda es un principio, aunque hace falta más que unas líneas escritas. Es necesaria la recomposición de la coalición, aunque sólo sea en el frente electoral, dando libertad a cada parte a que desarrolle su línea política y su propio programa. Pero en ningún caso se le debe dejar vía libre a la derecha a que se mantenga en el gobierno una legislatura más.

Incluso aunque haya una diferencia tan grande en cuanto a la posibilidad de un un futuro cogobierno con el PSOE en Andalucía, como señalan los compañeros de Anticapitalistas, lo cual no es nada descabellado viendo la defensa a ultranza y libre de críticas de ningún tipo que hacen al actual gobierno central; si esa posibilidad de cogobierno se materializarse, se podría llegar al acuerdo de que el sector de Anticapitalistas pasara a la oposición, apoyando las medias progresistas que hubiera y oponiéndose a las demás.

Todas las partes deben anteponer el interés de las familias trabajadoras a los intereses propios de aparato, y deben ponerse manos a la obra en restablecer la coordinación y que se erija como la oposición a la derecha en Andalucía, en las instituciones y sobretodo en la calle.

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