Movimiento Obrero
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En los últimos días,  ha estallado mediáticamente a nivel estatal un conflicto entre empresarios de la feria, los trabajadores de la Feria de Abril y el gobierno. La patronal, representada en la asociación andaluza de empresarios de la hostelería de la feria, ha convocado un cierre patronal.

Los empresarios alegan que con la nueva reforma laboral aprobada por el gobierno no pueden emplear en la feria a sus trabajadores entre 14 y 20 horas al día sin miedo a las multas de la inspección de trabajo.

En una ciudad como Sevilla, caracterizada por una enorme desigualdad social donde se concentran seis de los barrios más pobres del Estado español, en vez de repartir las horas de trabajo y crear empleo, estos parásitos se dedican cuidadosamente a defender su cuantioso margen de beneficios que se traducen en cientos de millones de euros que se facturan en una semana en la feria de Sevilla. Y es que, según un estudio de la universidad de Sevilla, el impacto que tiene la celebración de la feria de Sevilla en una semana es de 890 millones de euros.

La festividad de la feria no se reduce a Sevilla, es una festividad que se da por todo el Estado español. Estas festividades datan su origen en el siglo XIX, son el resultado de una transformación prolongada en el tiempo de las antiguas ferias mercantiles de compra y venta de ganado.

En la actualidad se ha transformado en fiestas populares que recorren miles de municipios  por toda la geografía española. En todas las ferias de las distintas ciudades y pueblos, se repite el mismo patrón: “sobreexplotación laboral de los trabajadores de la feria”.

Este conflicto cobra el foco mediático en Sevilla por ser esta feria la joya turística de la campaña de fiesta de primavera, pero en poco tiempo habrá ferias en otros lugares y ya hay voces de convocatoria de cierre patronal en otras ferias de la provincia de Sevilla, como las de Mairena del Alcor o Dos Hermanas.

Ante esto tenemos que hacernos varias preguntas. Sí la patronal feriante reclama poder seguir empleando más de 14 horas al día por trabajador ¿Cuánto tiempo llevan haciéndolo?, ¿Qué papel ha jugado en esto el gobierno y la ultraderecha?.

“Primeras reacciones”, VOX salta a escena como la voz de la patronal

Las primeras reacciones a este paro vienen de la ultraderecha por parte de VOX. Macarena Olona, se ha erigido como la voz de dichos esclavistas.

En lo que parece su precampaña como candidata a las elecciones andaluzas, Macarena Olona fue la primera gran personalidad en alertar por twitter con preocupación de la existencia de dicho cierre patronal.

En defensa de la libertad de los empresarios para enriquecerse a costa de la explotación de los trabajadores, utilizando formas de comunicación populistas y folklóricas, Olona amenazaba con acudir al Congreso de los Diputados vestida de flamenca si es que al final se hacía efectivo dicho cierre.

La clase trabajadora en Andalucía, si algo tiene grabado a sangre y fuego, es la explotación durante siglos del señorito andaluz al jornalero del campo.

El arquetipo del señorito andaluz encaja perfectamente con los empresarios en huelga. Así pues, el respaldo de VOX a sus reclamaciones, lo único que les hace a estos es un flaco favor, pues refuerza su imagen de señoritos.

La izquierda gubernamental responde

Con su tono vehemente habitual, Macarena Olona lanza en el Congreso de los Diputados la pregunta sobre este conflicto laboral a la ministra de trabajo Yolanda Díaz.

La respuesta de Yolanda Díaz es una respuesta francamente lamentable. Yolanda en primer lugar niega que la reforma laboral haya impedido que se celebren jornadas laborales diarias de más de 8 horas, correctamente alega que desde 1919 la legislación española en acuerdo con la OIT incorpora la limitación de jornada a 8 horas.

Pero la realidad laboral de la feria de Sevilla, la clase trabajadora sevillana la conocemos muy bien. Desde hace décadas existe  sobreexplotación encubierta y permitida por las autoridades pertinentes.

Si justamente la patronal ahora se queja de que no pueden tener sobreexplotados impunemente a sus trabajadores, ¿es que acaso en años anteriores los tenían trabajando así?. Sí los tenían, de forma ilegal por supuesto,

¿Sobre eso la ministra de trabajo no tiene nada que decir?

La misma línea a la hora de abordar el conflicto, toma Carlos Toscano, subdelegado del gobierno en Sevilla, quien lo reduce todo a un problema de desconocimiento de leyes laborales de la patronal, tras tener una reunión con la asociación de hosteleros.

Sin embargo, la cuestión central por la que esta vez se ha movilizado la patronal feriante, es porque la reforma laboral sí que ha endurecido las sanciones de la Inspección de trabajo. Antes, las multas por sobreexplotación laboral eran de 1.000 euros por empresa, mientras que con la nueva reforma laboral son 100.000 euros por trabajador.

Formalmente el gobierno, no quiere abordar este tema públicamente. En reuniones locales con la patronal señala que las inspecciones de trabajo seguirán haciendo su trabajo. Esta cuestión de momento hace que los caseteros mantengan su cierre patronal.

 Perspectivas sobre el desarrollo del conflicto

 Difícilmente, este conflicto tiene una salida loable por parte del gobierno central para conciliar los intereses de la clase trabajadora y empresarial. El gobierno, tendrá que volver a tomar parte en favor de los intereses de una clase u otra.

A ojos de la clase trabajadora de la ciudad y de la juventud abrumadoramente más combativa estas prácticas esclavistas y señoriales son ampliamente repudiadas. Por la pandemia, esta fiesta lleva dos años sin celebrarse, a pesar de que hablamos de una fiesta tan señera para la ciudad, en las calles y en las redes sociales una gran mayoría de jóvenes alzan su voz y se muestran dispuestos a quedarse sin celebrar esta festividad con tal de no ceder en derechos laborales.

No es probable tampoco, que el gobierno vaya a exponerse más en su deriva conservadora por un sector de empresarios que representa tan poco en el conjunto de la economía nacional.

La salida que se dibuja más factible para la celebración de la feria de Abril, es que el gobierno acabe pactando informalmente la no actuación de la inspección de trabajo en dicho evento. Acción que rechazamos profundamente, pero que iría en consonancia con toda la política de conciliación de los intereses de clases que lleva ejecutando el gobierno PSOE-UP desde que comenzó el mandato, cediendo en cuestiones tan importantes como la reforma laboral.

Por una feria de los trabajadores

Frente a una feria cada vez más mercantilizada, y que sobrevive gracias a la explotación del trabajador, construyamos una feria popular.

Una feria con casetas gestionadas por asociaciones de vecinos, peñas, clubes sociales, sindicatos y movimientos sociales.

Sin casetas señoriales privadas, solo casetas públicas donde los precios de alimentos y bebidas estén abaratados para todos los públicos, ya que desaparecería todo margen de beneficio privado en la gestión de la misma.

Una feria donde se paguen salarios dignos, se reparta el trabajo, donde se promocione la cultura de comunidad colectiva, frente a la del egoísmo consumista que impera.

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