Movimiento Obrero
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Manifestación unitaria en Vitoria-Gasteiz en defensa del empleo y los servicios públicos – El pasado 30 de enero, trabajadores de cerca de 40 empresas, movimientos y asociaciones sociales y populares se juntaron en una manifestación multitudinaria para exigir soluciones a sus problemas.

Las luchas contra los ERE de varias empresas del sector aeronáutico en Euskadi, y específicamente en Álava, no han evitado una cascada de despidos a pesar de la actitud combativa de las plantillas. En Aernnova, la empresa más importante del sector, la lucha se llevó a cabo empresa por empresa en las fábricas vascas, se centró en exigir respuestas al Gobierno Vasco, basándose en que el problema es coyuntural y no estructural. No han unificado su lucha con los trabajadores de las demás factorías, como la de Sevilla sometida a un ERE que supone la destrucción de la mitad de la plantilla y que incluso estaba en huelga desde principios de diciembre. Esta estrategia ha conducido a la derrota a pesar de la heroicidad de los trabajadores.

El Comité de Empresa de Aernnova se encerró durante una semana en la Iglesia de Los Ángeles para reflexionar y reunirse con otros sectores, comités de empresa, sindicatos, colectivos como los pensionistas, repartidores, trabajadores del espectáculo, el sector de la hostelería, etc. para debatir cómo proseguir la lucha.

De esas reuniones, inspiradas en las viejas tradiciones y la experiencia del 3 de marzo de 1976, surgió la necesidad de una gran movilización unitaria de todas las empresas y sectores en lucha.

La manifestación, que tuvo lugar el 30 de enero, un año después de la huelga general en Euskadi en defensa de las pensiones y los derechos sociales, fue un éxito. A pesar de las restricciones obligadas por la pandemia, que imposibilita trasladarse de municipio, los trabajadores de Tubacex y Tubos Reunidos de Amurrio no pudieron asistir, a pesar de la lluvia persistente, del miedo al contagio, a pesar de la actitud del Sindicato ELA, mayoritario en Euskadi, de no apoyarla, teniendo como tiene representación y afiliación muy importante en esas empresas. A pesar de la ausencia de UGT y CCOO y de los comités de las grandes empresas como Michelin o Mercedes Benz que no convocaron a la manifestación, más atentos a sus intereses corporativos que a los intereses de la clase que representan. Pese a todo eso, fue impresionante ver la disciplina y la organización de la marea de los diversos colectivos de trabajadores de todas las edades, marchando tras sus pancartas en filas y con las distancias de seguridad. La plaza de la Virgen Blanca se llenó, y eso ocurre pocas veces, en un emotivo y reivindicativo acto final.

Así lo describe un trabajador del metal:

“Acudí en compañía de mi hijo de 9 años a la manifestación que habían convocado 50 empresas, agrupaciones y sindicatos para reivindicar “empleo digno”.

“Mi impresión fue que a pesar del cierre municipal y mal tiempo, todo el trayecto de la manifestación estuvo lloviendo, acudió mucha gente.

“Estuvo muy bien organizada, constantemente los organizadores recordaban que había que circular en filas de cuatro por toda la calle y respetando la distancia interpersonal de seguridad.

“La gente que acudimos a la manifestación éramos de todas las edades, desde gente muy joven a jubilados, también muchas familias con hijos. La sensación que tengo es que la gente estaba muy concienciada de la importancia de acudir para demostrar su apoyo a todos los sectores afectados por la pandemia. Se notaba mucha unión. Cosa que deberían tomar nota los sindicatos y comités de empresas potentes de Vitoria que no secundaron la manifestación. Que hay que dejar de un lado los intereses ajenos a las necesidades de los trabajadores.

“Durante el recorrido de la manifestación pasamos por el Hospital de Santiago y en la puerta había una representación de los sanitarios con una pancarta a favor de la sanidad pública. Ese fue uno de los momentos más significativos de la manifestación ya que la gente correspondió con gritos de “menos policías y más sanitarios”.

“Mi hijo estaba impresionado de la gente que había y me hacía un montón de preguntas y me decía “claro aita, es que todos tenemos derecho a tener comida en casa. Y si no tienen trabajo los padres no podemos tener comida en casa”. Eso es, si nadie nos compra nuestra fuerza de trabajo no tenemos dinero para subsistir.

“Fue muy emotivo ver a toda la clase trabajadora, independientemente del sector de producción, unida en defensa del trabajo. Pienso que puede ser el comienzo, así lo percibí en la manifestación, de una orientación distinta, unitaria, más decidida de las luchas. Creo que es lo que debemos hacer los trabajadores, porque nuestra experiencia con las instituciones y los sindicatos institucionalizados ha sido el continuo retroceso de nuestros empleos, salarios y condiciones de trabajo en las últimas décadas. Así que tenemos que tomar la iniciativa, recuperar las organizaciones obreras para la lucha, dotarnos de un programa para tener unas condiciones dignas de vida y no depender de sus limosnas.

Sergio Jundiz,

Vitoria Gasteiz, 8 febrero 2021

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