Movimiento Obrero
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Desde el día 4 de Mayo los trabajadores de Nissan en Montcada i Reixac, a los que ahora se han añadido los de Sant Andreu de la Barca, están en huelga indefinida contra la falta de claridad sobre el futuro de la planta. El comité de huelga explicó que la empresa quería aprovechar el confinamiento por la emergencia sanitaria de la COVID19 para cerrar la planta sin que los trabajadores pudieran movilizarse.

Aunque la dirección de la empresa quiera cínicamente ganar tiempo diciendo que "no quieren comentar ningún rumor", según el diario japonés "Nikkei" el grupo Nissan-Renault quiere cerrar la planta de Zona Franca, y por extensión, las de Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca que dependen de la primera, y trasladar la producción a diferentes centros de Renault en Francia. El mismo diario declara que Nissan quiere recortar 2.600 millones de gastos anuales y eliminar la marca Datsun destinada al mercado ruso y asiático. Otras informaciones recogidas por el Financial Times apuntan a un traslado de la producción de Zona Franca a la planta de Sunderland en Gran Bretaña.

El sector del automóvil se enfrenta desde hace años a una aguda crisis de sobreproducción. El 28 de mayo, la multinacional japonesa debe presentar un plan mundial de reestructuración que implica reducir la producción de vehículos en un 20% y cerrar entre 6 y 10 plantas en todo el mundo de aquí al 2023. Las filtraciones publicadas en Nikkei son seguramente parte de un plan de la empresa para enfrentar a los trabajadores de un país con los de los demás y para intentar conseguir más ayudas de los Estados implicados. Estas tácticas se deben rechazar con firmeza. Toda la experiencia demuestra que los sacrificios de los trabajadores de una planta (con el argumento de mantener los puestos de trabajo) y las ayudas públicas, no garantizan el futuro. Al contrario, serían el inicio de una espiral descendente.

Por eso es necesario que la estrategia de lucha de los trabajadores de Nissan en Catalunya se coordine con los trabajadores de Renault del resto del Estado (que ya han expresado su solidaridad) y con los trabajadores de Nissan y Renault en toda Europa y todo el mundo. Como parte de la lucha, los trabajadores deben garantizar que no salga ni un solo vehículo de la planta de Zona Franca y sobre todo que la empresa no hace ninguna maniobra para retirar ni maquinaria ni conocimiento de ninguna de las plantas.

El cierre de la planta de Barcelona afecta directamente a 3.500 familias, 25.000 si se suman los trabajadores que producen componentes únicamente para la empresa japonesa. Esto sería una tragedia para miles de familias obreras que perderán su fuente de ingresos vitales durante la crisis más profunda que el capitalismo haya conocido, cuando buscar una alternativa laboral será casi imposible.

Toda la izquierda y el movimiento obrero debemos oponernos de manera firme al cierre de la planta. Es necesario presionar el gobierno central y de la Generalitat para que se opongan también. Como ha declarado el diputado de la CUP Vidal Aragonés, la única solución contra los cálculos cínicos de la dirección capitalista y para salvar el futuro de los trabajadores es la "nacionalización y producción con criterios ecológicos".

Desde la Corriente Marxista Internacional pensamos que esta nacionalización debería ser sin indemnización para Nissan, una empresa que durante años ha disfrutado de millones en ayudas públicas, y sobre todo que esté gestionada bajo el control de los mismos trabajadores afectados.

Los mismos trabajadores de la planta de Zona Franca son los que llevan adelante la producción, los que conocen los potenciales productivos de esta planta. Ellos mismos, en su comité de fábrica, podrían decidir cómo reconvertir la producción hacia fines sociales, como podría ser la producción de material necesario para enfrentarse a la presente crisis sanitaria. Los trabajadores de General Motors y Ford en EEUU, por ejemplo, fueron a presionar a la empresa para fabricar ventiladores mecánicos, normalmente conocidos como "respiradores". En la SEAT de Zona Franca también se fabricaron ventiladores mecánicos. Si el mercado capitalista de vehículos está saturado, se podría reconvertir la producción hacia vehículos de transporte público masivo.

Con la agudización de la crisis económica y la lucha entre los capitalistas por acaparar trozos de mercado, es de esperarse que más plantas y empresas se encontrarán en la misma situación. La lucha de los trabajadores de Nissan es una lucha por el futuro de toda la clase obrera. ¡La valentía de los trabajadores de Nissan muestra a toda nuestra clase el camino a seguir! ¡Viva la lucha de la clase obrera!

¡Nacionalización bajo control obrero sin indemnización!

¡Reconversión productiva según la voluntad democrática de los trabajadores y las necesidades sociales de la comunidad!

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