Análisis Político
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EDITORIAL DE LUCHA DE CLASES Nº 70 – El Congreso aprobará por una amplia mayoría los Presupuestos del Estado para 2021, sustentado en la mayoría de izquierdas, estatal y nacionalista. Aunque no tienen grandes objeciones a estos Presupuestos, la clase dominante y el ala más derechista del PSOE no parecen contentos. Por otro lado, las maniobras desestabilizadoras de la derecha y del aparato del Estado se mantienen ¿qué perspectiva hay?

El Congreso aprobará por una amplia mayoría los Presupuestos del Estado para 2021. Esta mayoría se apoya en la izquierda, estatal y nacionalista, y en algunos diputados regionalistas.

Ya analizamos el contenido de estos presupuestos en nuestro Editorial anterior. Si bien reconocemos avances en el gasto público y social que ayudarán a aliviar las condiciones de vida de las familias trabajadoras, no revierten completamente los recortes y ajustes practicados desde 2009. Además, agravadas por las consecuencias de la crisis dejada por la epidemia de Covid-19, las cuentas se sustentan en una deuda pública enorme, en torno al 120% del PIB, que implicará pagos anuales de más de 31.000 millones de euros durante los próximos años, haciendo permanente el ajuste.

Hay una alternativa socialista

Esto no debería ser una fatalidad inevitable. La nacionalización de las 100 grandes empresas del país, sin indemnización salvo a pequeños accionistas que depositaron ahí sus ahorros, y bajo el control de los trabajadores, permitiría planificar armónicamente la mayor parte de la producción, derivando los enormes beneficios de decenas de miles de millones de euros que ahora van a unos pocos bolsillos, hacia el bienestar y el avance social, sin deudas ni recortes. Además, debería dejarse de pagar esa deuda pública descomunal causada por la crisis capitalista y que va fundamentalmente a fondos buitre, bancos e instituciones imperialistas (FMI, Banco Central Europeo). Sólo debería devolverse la deuda a los pequeños ahorradores.

La clase dominante maniobra

A la clase dominante y a sus agentes directos dentro del PSOE, aunque no tienen grandes reparos a su contenido, no les ha gustado nada que la aprobación de estos Presupuestos se haya sustentado en Unidas Podemos (UP), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu. Así lo han manifestado Felipe González, Guerra, y sus palafreneros García-Page, Fernández Vara, Lambán y Susana Díaz.

Más allá de su carácter reformista y socialdemócrata, UP, ERC y Bildu cuestionan la monarquía y defienden abiertamente la república (española, vasca o catalana), defienden el derecho de autodeterminación y, eventualmente, atacan a “las élites” y al Ibex35; es decir, defienden posiciones que cuestionan, de palabra, los pilares básicos del régimen del 78 y del propio capitalismo español, y que mañana podrían alcanzar un eco de masas. Por eso, el régimen necesita desacreditar a estos partidos, presentándolos como “apestados”. Pero también necesitan hacer girar al gobierno a la derecha, tratar que el ala derechista del gobierno (Calviño-Mª Jesús Montero-Escrivá-Margarita Robles) tenga las riendas y discipline completamente a UP, a fin de romper el apoyo parlamentario de ERC y Bildu al gobierno. Ahí entraba la “Operación Ciudadanos”, tratar de que Sánchez se apoyara en Arrimadas. Pero esta operación estaba condenada al fracaso, al contar con el rechazo de UP. Aparte, Ciudadanos no ha roto completamente con PP y Vox, y sus 10 diputados no alcanzan para una mayoría, aun con el apoyo del PNV y los regionalistas moderados de Cantabria y Canarias.

Al obstaculizar UP el acuerdo con Ciudadanos, la derecha neoliberal del PSOE ha estallado contra Podemos, reclamando abiertamente la ruptura de la coalición. No cabe duda que estos mercenarios del gran capital estarían dispuestos a sacrificar al gobierno y convocar elecciones anticipadas, aun al costo de que gane la derecha, antes de permitir que UP, ERC y Bildu consoliden una imagen de simpatía en la base de izquierdas como los garantes de la viabilidad del gobierno.

Pero no es sólo UP la que se oponía al acercamiento a Ciudadanos. El “ala Ábalos” del gobierno, que representa a la mayoría del aparato del PSOE, necesita preservar la imagen “de izquierda” todo lo que pueda, para garantizar a corto y medio plazo la viabilidad electoral del partido. No les preocupa UP. Saben que tiene límites en lo que puede pedir y en lo que se le puede conceder.

Sánchez, que es un aventurero, oscila a izquierda y derecha continuamente. Naturalmente tira a la derecha, pero cada vez que la relación con UP se tensa, ofrece concesiones en los temas secundarios, como la inclusión de Pablo Iglesias en la Comisión de Reconstrucción, que gestionará los fondos europeos tras haberlo dejado inicialmente fuera de este organismo. Ante el peligro de dañar irremediablemente sus apoyos parlamentarios en la izquierda, los más seguros, prefirió finalmente soltarle la mano a Ciudadanos, que ha salido muy escaldado en toda esta operación. Visto ahora como traidor por sus aliados en la derecha, y con desprecio por la izquierda, Ciudadanos ha quedado en tierra de nadie con una base social cada día más menguada. Aunque el Ibex35 tratará de promocionarlo con encuestas y dinero, difícilmente podrán reflotarlo.

Los límites del gobierno

Lo cierto es que este gobierno ha mostrado sus límites en lo que puede avanzar. Hay avances democráticos y sociales, pero muy rácanos en su alcance. Lo fundamental de los intereses de los ricos, los banqueros y los industriales es preservado: se mantiene la reforma laboral del PP, el retraso de la edad de jubilación a los 67 años y más, y la represiva Ley Mordaza. No se tocan fundamentalmente los impuestos a los ricos ni la fiscalidad de la Iglesia, ni se depura el aparato del Estado, que sigue siendo una fuente de conspiraciones reaccionarias, como prueba la carta al Rey de 73 altos oficiales en la reserva alentando abiertamente a un golpe de Estado.

Llenar el vacío a la izquierda de UP

Hay un vacío político a la izquierda de UP que puede ser llenado. Lamentablemente, ni Anticapitalistas ni otros grupos que podrían tener la capacidad de proponer una alternativa de izquierdas radical en todo el Estado, están haciendo nada al respecto, salvo en Andalucía (Adelante Andalucía), pero aquí con un cariz nacionalista estrecho, y con un programa vago sin apenas contenido de clase, salvo el rótulo de “izquierdas”.

Independientemente de esto, desde Lucha de Clases, sección española de la Corriente Marxista Internacional, seguiremos insistiendo en la necesidad de un programa socialista revolucionario, republicano e internacionalista, como única alternativa a la crisis capitalista y de régimen del Estado español ¡Únete a nosotros!

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