Análisis Político
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

La crisis del COVID-19 muestra la crudeza del capitalismo, como un dejà vu cíclico, donde todos los esfuerzos se concentran en salvaguardar los intereses privados de la burguesía.

Cada día hay nuevos informes que indican que el impacto de la pandemia en la economía será de magnitudes gigantescas, con estimaciones que pronostican que países como España sufrirá un decrecimiento de su PIB entorno al 8%, el mayor desplome desde la guerra civil, Italia un 9%, Alemania y Francia alrededor del 7%. El conjunto de la zona euro caerá previsiblemente un 7,2%. Por otro lado, China ha visto decrecer su PIB en un 6.8% desde que empezó la pandemia, la primera caída desde 1976. EE.UU no se salva y se prevé caídas del 4.6% como mínimo. La crisis ha llegado al corazón de las economías más desarrolladas, los datos son estremecedores, solo comparables con periodos de guerra.

Ante esta situación, los gobiernos nacionales no tienen margen de maniobra, la crisis de 2008 fué un punto de inflexión en la economía mundial instaurando una nueva etapa, la de la deuda y austeridad. Se ha vivido una periodo de descapitalización y de endeudamiento donde los países vaciaban sus reservas nacionales y su deuda en relación al PIB se acrecentaba más y más. Esto se puede traducir de la siguiente manera: los estados tienen ahora menos recursos e instrumentos para poder afrontar las crisis, sólo pueden recortar en sanidad, educación y pensiones, para mantener un déficit bajo control, y flexibilizar más el mercado laboral para abaratar la mercancía del trabajo (así es como nos ven, como una mercancía más a la que explotar, y contra mas barata mejor, más margen de beneficios), lo que implica una precarización y empobrecimiento de la clase trabajadora sin precedentes.

Las consecuencias de la austeridad de estos últimos años se han visto latentes ahora más que nunca, donde el sistema sanitario se ha visto colapsado por el virus por la falta de camas de UCI, respiradores, personal sanitario, falta de equipos de protección, etc. Y cuál ha sido la respuesta del Gobierno Español para proteger a la clase trabajadora? Los ERTE. Pedro Sánchez dijo que los ERTE eran un instrumento para salvaguardar los empleos, que era la única salida para que el desempleo no se desplome de forma estructural. Sin embargo los datos indican otra realidad, y es que una gran parte de los ERTE no se van a revertir como consecuencia del entorno hostil en el que nos encontraremos, con un mercado internacional muy dañado debido a la caída de las principales economías, el turismo restringido, un sector terciario afectado por los aforos limitados, etc- ejemplos de que estas medidas están enfocadas a preservar los beneficios de las grandes multinacionales con medidas donde se flexibiliza el despido.

El desempleo masivo que estamos sufriendo estos meses va a provocar un empobrecimiento de la clase trabajadora, dejando el consumo restringido y enfocado en pagar los gastos esenciales como comida, alquiler o la hipoteca. Las prestaciones por desempleo no se empezarán a percibir hasta mayo agonizando más las situaciones de aquellas familias más vulnerables antes de esta crisis. La crisis sanitaria pasará, pero las consecuencias del desplome económico vienen para quedarse, y los estados se están endeudando cada vez más para intentar paliar la situación. Entonces, la pregunta es: quién se sacrificará para pagar todo esto?

¿Reforma o revolución?

La subida de impuestos indirectos, la congelación de las pensiones, la reforma laboral o los recortes son medidas económicas que van más allá de los partidos políticos, ya que cualquier partido que no rompa con el capitalismo deberá mantener un control del déficit y deberá aplicar políticas de recortes. No hay otra, al fin y al cabo alguien debe pagar la deuda.

El reformismo plantea que el problema de la austeridad es ideológico y de voluntad política. Sin embargo, esto es falso. La austeridad y los ataques a la clase obrera son la consecuencia orgánica del capitalismo en crisis. La respuesta de los gobiernos y bancos centrales durante la crisi del 2008 fue salvar por encima de todo a las grandes empresas y los bancos, mediante el dinero gratis y acumulando grandes deudas, es decir, rompiendo sus propias reglas. La consecuencia inevitable de esta política es ajustar cuentas, o en otras palabras, mantener los intereses de la clase dominante por encima de la clase trabajadora y demás clases oprimidas en un mercado estancado. Con la crisi actual vemos que la respuesta de los gobiernos y bancos centrales va en una línea parecida, y por lo tanto podemos afirmar con toda seguridad que las consecuencias también van a ser generalmente las mismas: socialismo para los ricos, miseria para los pobres.

Bajo esta crisis tan profunda del sistema capitalista, dar concesiones sustanciales a la clase trabajadora, como lo es el Estado del bienestar, significa atacar directamente a los intereses y los beneficios de la burguesía. El reformismo va a volver a demostrar que no sirve para dar una salida a la clase trabajadora; simplemente intenta limar las contradicciones del sistema en épocas de expansión dando ciertas concesiones a la clase trabajadora para mantenerla bajo control, pero en contextos donde el sistema está en crisis y no hay margen de maniobra para la burguesía, los reformistas o bien deberán adoptar una línea revolucionaria bajo presión desde abajo, o bien acabarán traicionando y velando por los intereses de la clase dominante. No hay otro camino. Los marxistas no estamos en contra de las reformas, al contrario, somos los defensores más consecuentes, pero consideramos que la única forma de consolidarlas y ensancharlas es enfrentándonos al sistema capitalista en su conjunto.

Cuando decimos que los gobiernos trabajan para que la burguesía mantenga sus intereses y que es a costa del esfuerzo de la clase trabajadora, no lo decimos de una manera abstracta, sino de una manera concreta. Hay muchos indicadores que demuestran esto:

  • El gasto público, sin tener en cuenta las pensiones y los intereses provocados por la deuda, el 2017 era de un 26% inferior que la de 2008.
  • El PIB en 2017 fue superior en 50.000 millones de euros nominales al de 2008, pero la parte destinada a los salarios se ha reducido en 12.500 millones de euros.
  • Alquiler al alza, conformando una nueva burbuja. El 43,3% de los arrendatarios españoles destinan más del 40% de sus ingresos para pagar el alquiler.
  • Los beneficios empresariales de las compañías no financieras fue del 42,8% del valor añadido bruto del 2017, continuando la tendencia de crecimiento desde 2008. En cambio, los salarios reales son un 1.7% menores que en 2008.
  • Con el cambio del mercado laboral, 40.000 millones de euros se han transferido de rentas de trabajo en el excedente bruto de explotación, es decir, las empresas se ahorran este importe en salarios para llevar a cabo su actividad económica , y como consecuencia, más margen de beneficios a costa de más precariedad laboral.

Los Estados no son neutrales. Lenin decía que "mientras exista la propiedad privada, el Estado burgués, aunque sea una república democrática, no es más que una máquina en manos de los capitalistas para aplastar a los obreros". Se palpable como el régimen de austeridad no ha solucionado ninguno de los problemas derivados de la crisis, de hecho, ha preparado las bases para la próxima: cada vez hay más desigualdades y los ricos acumulan más riqueza. Hay un mercado laboral con una rotación y una temporalidad muy altas, con unos salarios a la baja, provocando una pérdida de poder adquisitivo por el encarecimiento de los alquileres y del nivel de vida.

Las reservas de grasa que acumulaba la burguesía se han agotado y cada vez tienen menos margen de maniobra. Hace más de diez años que los trabajadores han puesto todo su esfuerzo para cumplir las demandas de unos gobiernos que sólo velaban por los intereses de la clase dominante. Sin embargo, los recortes han empeorado drásticamente las condiciones de vida, al tiempo que han agudizado las contradicciones del capitalismo. ¡La única manera de acabar con la austeridad y todo el sufrimiento que provoca es rompiendo con el capitalismo y dirigirnos hacia el socialismo!

Puedes enviarnos tus comentarios y opiniones sobre este u otro artículo a: [email protected]

Para conocer más de “Lucha de Clases”, entra a este enlace

Si puedes hacer una donación para ayudarnos a mantener nuestra actividad pulsa aquí